Italia, en tierra derecha electoral de cara a comicios | El Nuevo Siglo
AFP
Jueves, 22 de Septiembre de 2022
Redacción internacional

Hace tres años impactó la sociedad con su autodefinición: “soy madre, soy italiana, soy cristiana. No me lo quitarán”. Desde entonces y con un discurso que explica tan sencilla como claramente sus profundas raíces conservadoras, Giorgia Meloni, hoy se encamina a romper el techo de cristal político en ese país, la tercera economía de la zona euro.

A su juventud (45 años), tenacidad (enfrentar sin recelo alguno a reconocidos líderes), fuerte personalidad (habla con respeto, pero sin tapujos) pero sobre todo a su mensaje de profundo arraigo conservador (sus detractores la encasillan en una ‘peligrosa’ extrema derecha por haber admirado a Mussolini en su juventud), “La Meloni” como la llaman los italianos tiene como antesala a la jornada electoral de este domingo un logro personal y de peso político: unir a la derecha.

Ese era el sueño de la líder de Fratelli d'Italia (Hermanos de Italia), formación de centroderecha a la que se unió a los pocos días de que la fundara Ignazio La Russa, en diciembre de 2012 y quien por entonces fungía como coordinador del Pueblo de la Libertad, del hombre fuerte de la política italiana, Silvio Berlusconi, figura clave en el meteórico ascenso de Meloni y con quien se convirtió en la ministra más joven en la historia del país (tenía 21 años).

Por visión más que por olfato político, desde su curul parlamentaria se mantuvo -al igual que su partido- en la oposición al gobierno de Mario Draghi, el economista que fue llamado de urgencia, en febrero del año anterior, a presidir el Consejo de Ministros (premier) ante la grave inestabilidad política, ya que en lo corrido de esa legislatura -que se proyecta de cinco años- habían caído dos gobiernos.

Tecnócrata más no político, el llamado “Súper Mario” logró sortear con éxito el poder por 17 meses, durante los cuales gestionó las ayudas europeas pospandemia para reactivar la economía pero el aumento del desempleo y su cuestionado bajo perfil frente a la guerra en Ucrania hicieron que perdiera apoyo parlamentario, forzándolo a renunciar el pasado julio.

La “gran hermana” de Italia se perfila desde entonces como la favorita a sucederlo ya que con su agenda programática, arrolladora personalidad y el ambicioso proyecto de que un gobierno de derecha complete los cinco años de mandato, comenzó la imparable suma de seguidores, al punto que todas las encuestas coinciden en que será la más votada, logrando entre el 24% y 25% de los votos del favor de las urnas este domingo.

Conscientes de que con Meloni se alcanzaría una gobernabilidad estable y de largo plazo, los otros partidos de derecha cerraron filas tras ella, a saber, Forza Italia (FI) de su mentor Berlusconi y la Liga anti inmigración de Matteo Salvini.



Ese frente unido y fuerte es la antípoda de sus rivales de izquierda, ya que el Partido Democrático (PD) de Enrico Letta no logró que entraran a la coalición el clave electoralmente Movimiento 5 Estrellas de Guiseppe Conte y el Tercer Polo que conforman los partidos de Matteo Renzi (Italia Viva) y Carlo Calenda (Acción). Solo sumó a la alianza Europa Verde, Izquierda Italiana y Compromiso Cívico -este último creado por Luigi di Maio, que sería insuficiente para formar gobierno.

Según las últimas encuestas conocidas, el pasado 9 de septiembre debido a que están prohibidas en las dos semanas que preceden las elecciones, Hermanos de Italia marca una intención de voto se le atribuye del 24 al 25%, por delante del izquierdista PD que registra entre el 21 y el 22%.

Les sigue el antisistema 5 Estrellas que alcanzaría un máximo de 15%, mientras que los otros dos partidos de derecha, la Liga y el Forza Italia obtendrían 12% y 8%, respectivamente. Como se ve, “La Meloni” casi que duplica a su socio y con quien tiene marcadas diferencias programáticas, “El Capitán Salvini”, por lo que se vislumbra una compleja más no insalvable negociación política para formar gobierno y en las que se da por descontada la labor mediadora de Berlusconi.

La intención de voto por bloques señala que la coalición de derecha podría obtener entre el 45% y el 55% de los escaños en el parlamento, con alta posibilidad de que alcance mayoría en Senado y Cámara.

Los “disidentes” de la alianza izquierdista (% Estrellas y Tercer Polo) miran desde la barrera este pulso de los dos grandes políticos, con la esperanza de que su apoyo pueda ser clave para formar gobierno, en caso de una fractura en los mismos.

Sistema complejo

En las legislativas anticipadas de este domingo y enmarcadas en temas claves como la economía, la guerra en Ucrania y el futuro de los jóvenes los italianos elegirán a sus representantes en las dos cámaras del Parlamento, de donde saldrá el elegido para formar gobierno.

Aunque se repetirá el sistema electoral estrenado en 2018, estos comicios implementan la reforma constitucional aprobada -por referendo- en septiembre de 2020 que determinó la reducción de curules de 630 a 400 en la Cámara de Diputados, así como de 315 a 200 en Senado.

También se rebajó la edad electoral, ya que hasta el año pasado se debía tener 25 años para ejercer el derecho al voto y ahora es de 18.

La Constitución establece que la renovación de las cámaras debe realizarse cada cinco años, pero en la práctica alcanzar el final teórico de la legislatura depende de la estabilidad del Gobierno. Los últimos comicios, de hecho, tuvieron lugar en 2018.

El sistema electoral ha sido reformado muchas veces y mientras sus defensores indican que se busca poner fin a la constante inestabilidad política, los detractores argumentan que favorece la implantación de bloques y a los partidos con mayor expansión territorial.

Bautizado como “Rosatellum”, en honor al diputado del izquierdista Partido Democrático que propuso la última modificación, que data de hace cuatro años, establece un sistema doble de reparto de escaños. Así, el 36 por ciento de los mismos se distribuyen mediante circunscripciones uninominales, es decir que gana el más votado.  Esta fórmula opera para 147 curules de la Cámara y 74 de Senado.

Otro 61 por ciento de los legisladores, que representan 245 diputados y 122 senadores, se designados a partir de un sistema proporcional de listas, con entre uno y ocho escaños por circunscripción, en función de la población que tengan.

La normativa reserva el 2 por ciento de los escaños -ocho en la Cámara baja y cuatro la alta- para los italianos que viven en el extranjero, también mediante un sistema proporcional de listas por partidos.

Se establece, de igual forma, un umbral mínimo en la votación, de tal manera que no obtendrán ningún escaño los partidos que se presenten en solitario y no logren al menos el 3 por ciento de los votos a nivel nacional, mientras que para las coaliciones se eleva al 10 por ciento.

La jornada del domingo definirá la composición del Parlamento, que asumirá el próximo 13. De las negociaciones poselectorales (entre los más votados), que tradicionalmente no son fáciles, se define el nominado a primer ministro, quien recibirá el encargo de formar gobierno del presidente de Italia, Sergio Matarella.

Salvo un descache grande de las encuestas o una división entre los conservadores, la joven líder de Hermanos de Italia será la llamada a presidir el Consejo de Ministros, convirtiéndose en la primera mujer en alcanzar tal dignidad.

Los dirigentes de la coalición, Meloni, Berlusconi y Salvini concitan un fuerte apoyo electoral, tal cual se evidenció este jueves en el cierre de campaña con la “toma a Roma”, una multitudinaria concentración ciudadana que al unísono expresó uno de los eslóganes de su líder: “Italia primero”.

Giorgia Meloni es un fenómeno político en el “país en forma de bota” y que entra en tierra derecha./Redacción internacional