Cambio climático, nuevo eje | El Nuevo Siglo
Miércoles, 22 de Septiembre de 2021

* Ahora sí se erige como prioridad global

* El reto de pasar de promesas a la acción

 

De la alarma generalizada a la acción concreta contra el cambio climático. Ese puede ser el principal mensaje que está dejando la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que se desarrolla en Nueva York. La mayoría de las intervenciones de los presidentes y jefes de gobierno ante el pleno del ente multilateral más importante del planeta han coincido en que, aparte de la urgencia de seguir enfrentando la pandemia, la otra gran prioridad global debe ser asumir compromisos tangibles y verificables para luchar o, al menos, contener el calentamiento global y sus lesivas consecuencias.

El secretario general de la ONU António Guterres fue el primero en insistir en que el mundo debe actuar con más decisión para reducir la emisión de gases de efecto invernadero y desacelerar el aumento de las temperaturas medias del planeta, ya que el cambio climático se ha convertido en la amenaza más grande a la supervivencia de la raza humana.

El portugués reiteró que el mundo se encamina a un rumbo "catastrófico" ante el riesgo real de aumento de la temperatura 2,7 grados centígrados en las próximas décadas. Aunque valoró algunos avances en el cumplimiento del Acuerdo de París, fue enfático en advertir que debe redoblarse de manera urgente el paso, tanto en las acciones para combatir el cambio climático como en incrementar el presupuesto mundial para la materia, que no debería ser inferior a 100 mil millones de dólares anuales. Incluso trajo a colación que apenas la mitad de los países ha actualizado sus compromisos de reducción de gases contaminantes, siendo las potencias -que son las que más causan el calentamiento global- las más lentas o incumplidas en este aspecto.

El testigo de esa carrera vital lo tomó luego el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien reiteró que su gobierno no solo acelerará las metas internas para la reducción de gases de efecto invernadero y desarrollo sostenible, sino que duplicará los recursos que destina su país a las naciones menos desarrolladas para hacer frente al cambio climático. Esto implicaría elevar ese monto a no menos de 11 mil millones de dólares.

China, la otra gran potencia global -que al igual de EU está en el top de países con economías más contaminantes-, tampoco se quedó atrás en esa línea de pasar de la alarma a medidas concretas. El presidente del gigante asiático, Xi Jinping, en una comparecencia virtual ante el pleno de la ONU, dijo que su país reforzará su apoyo a naciones en desarrollo para fomentar la producción de energías verdes y bajas en carbono, razón por la cual no construirá ni financiará más centrales eléctricas que trabajen con carbón en el extranjero.

Ya el lunes el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, había advertido su preocupación debido a que las grandes potencias incumplían sus metas y promesas para combatir el cambio climático.

Otra de las voces que se escucharon al respecto en esta asamblea de la ONU fue la del presidente Iván Duque, quien ha ganado protagonismo en esta cruzada global. El mandatario colombiano insistió en la necesidad de acciones inmediatas y audaces para enfrentar el cambio climático, al tiempo que reiteró la urgencia de que la banca multilateral y las grandes potencias incrementen la financiación internacional para el desarrollo sostenible y energías renovables en todo el planeta. Incluso planteó que todos los gastos e inversiones de acción climática estructural puedan situarse por fuera de la línea tradicional de medición del déficit fiscal

Obviamente hay dudas y reservas sobre qué tan rápido se pueden aterrizar estos nuevos compromisos que han expuesto presidentes y jefes de gobierno ante la ONU ¿Podrá Biden convencer a un Congreso dividido del aumento de ayuda externa de acción climática? ¿Cuál será el cronograma chino de financiación de energías limpias y cuáles termoeléctricas ya no financiaría?...  

Por el momento lo único claro es que todos estos anuncios tienen como telón de fondo la preparación del mundo para la conferencia climática COP26, que se realizará en Glasgow (Escocia), en noviembre próximo. Un cónclave al que se llega con las alarmas prendidas y con las promesas previas de que habrá más, mejores y vinculantes compromisos de lucha contra el calentamiento global. Allí se verá, en realidad, qué tanto el mundo, sobre todo los países que más contaminan y generan el cambio climático, pasarán de las promesas a las medidas concretas y verificables.