La encrucijada de la oposición venezolana | El Nuevo Siglo
Viernes, 11 de Septiembre de 2020

El régimen de Nicolás Maduro ha convocado  a elecciones legislativas en Venezuela con el único propósito de hacerse a las mayorías en  la Asamblea Nacional  que detenta la oposición desde 2015 y de donde deriva el título de presidente interino Juan Guaidó que ha sido reconocido por más de 60 países en el mundo,  entre los cuales se destacan Estados Unidos, varios países de América y de la Unión Europea. En esa condición,  países como Inglaterra y Colombia, con los que Venezuela ha manejado intereses comerciales en el pasado, decidieron entenderse con Juan Guaidó.

Por ello lo que está en juego no es de poca monta; hacerse a las mayorías en el órgano legislativo representa un interés estratégico para el madurismo porque socava la base  que produce la legitimidad  del gobierno interino de Juan Guaidó.

La oposición en el hermano país, que revivió con Guaidó al obtener reconocimiento  y debilitar al gobierno de Maduro frente a la comunidad internacional, si bien no ha podido derrotar al régimen, si ha jugado un papel de importancia en los dos últimos años.  Ahora vemos que las fuerzas de oposición se han dividido de nuevo frente a la decisión de participar en las elecciones convocadas para el próximo 6 de diciembre. Ocurre que Henrique Capriles, al parecer, ha llegado a algún tipo de acuerdo con el gobierno de Maduro  al gestionar la liberación de 110 presos políticos, de los más de 400 que, según distintas fuentes, hay en dicho país. Unido a ello, según  se informa, buscaría un entendimiento  con los partidos minoritarios para presentarse en las elecciones de diciembre.

Esas decisiones individuales debilitan el liderazgo de Guaidó y del bloque que reúne a la oposición del que hacen parte las agrupaciones que representan Leopoldo López, María Corina Machado y el propio Henrique Capriles. En 2015 participaron y ganaron las elecciones, pero el régimen despojó de sus competencias al órgano legislativo con la ayuda del Tribunal Supremo y luego promovió una Constituyente que la terminó de bloquear.

Es deseable que en Venezuela haya elecciones libres y transparentes con todas las garantías de imparcialidad, que es precisamente lo que no ha ocurrido en los sucesivos eventos electorales. Lo anterior significa que si no hay un órgano electoral realmente independiente del Ejecutivo que tenga la supervisión de organizaciones internacionales, es exponerse a jugar el papel de legitimador del régimen  y de un proceso electoral que, desde ya, se avizora perdería la oposición que quedaría sin aire para seguir invocando la falta de legitimidad del régimen de Venezuela.

Es lamentable que la oposición en Venezuela en lugar de fortalecerse y mantenerse viva y actuante se fraccione en personalismos que alimentan los egos de sus principales dirigentes que anulan los esfuerzos desplegados en .los últimos años en su proceso de unificación y que a nada importante los va a conducir. La división es un retroceso que los deja sin estrategia, sin brújula y sin carta de navegación que quienes manejan el poder en Venezuela  sabrán aprovechar de la mejor manera para mantenerse en el poder.