La política exterior de Trump: entre “halcones” y civiles | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Presse
Jueves, 19 de Septiembre de 2019
Redacción internacional
El Presidente designó a Robert O´Brien en reemplazo de John Bolton, inclinándose por un civil luego de haber elegido a tres asesores de corte militar. Mientras, en Latinoamérica, incluyendo Colombia, llegan Kozak y Goldberg, hombres con posiciones más duras que sus antecesores

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LO SABÍA Richard Nixon cuando en medio de la guerra de Vietnam empezaron a llamar a su equipo de asesores “halcones”. Una denominación que con el tiempo empezó a ganar promotores, como el exasesor de Seguridad  Nacional de Donald Trump, John Bolton, un veterano de la diplomacia y discípulo de Henry Kissinger, quien decidió romper con el Presidente la semana pasada.

Con la salida de Bolton, la política exterior de Estados Unidos ha tenido un revolcón no solo por el posible viraje que puede tener la posición de Washington frente a Venezuela, Irán y Corea del Norte, sino porque coincide con el nombramiento de delegados de Estados Unidos en zonas de influencia como Latinoamérica y Colombia.

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El primer civil

La llegada de Robert O´Brien, el cuarto asesor de seguridad de Trump luego del despido de Bolton, significa que el Presidente está buscando un consejero menos mediático y con menor experiencia en los asuntos diplomáticos, que no tenga una opinión sobre cada una de las decisiones tomadas unilateralmente por el Republicano.

“Mientras que el extrovertido John Bolton de la NSA era bombástico, una personalidad externa con un ojo para las cámaras de televisión, Robert O'Brien es un jugador burocrático detrás de escena”, escribe el corresponsal de la BBC en Washington.

Es claro que O`Brien, un hombre que ronda los 60 años y ha dedicado la mayoría de su vida profesional a su firma de abogados, muestra un rompimiento con la experiencia de Bolton, quien llegó a convertirse en un momento en un rival de Trump, más que en su consejero.

Avasallado en algún punto por la experiencia probada de Bolton, Trump nombra a alguien menor que tienen un perfil civil, algo que no había sucedido con sus anteriores asesores de Seguridad Nacional, quien, además, lo puede ayudar a reconciliarse con el establecimiento conservador, ya que O´Brien fue asesor de Mitt Romney y trabajó con George W. Bush.

Con la designación de O´Brien, Trump envía un mensaje que puede, según la prensa local, leerse de dos maneras: está cada vez más distanciado de algunos sectores militares o busca enfrentar los desafíos geopolíticos con un delegado que tenga un tono más conciliador por su perfil de civil. Hay que tener en cuenta que Michael Flynn,  HR McMaster y Bolton habían sido militares o tenían un perfil militar, como el caso del último.

La mayoría de analistas, sin dejar a un lado lo primero, opina que parece ser que Washington ha tomado nota de sus errores estratégicos y quiere darle un vuelco a su política exterior, pero esta lectura no parece del todo acertada si se tiene en cuenta los enviados norteamericanos en Latinoamérica y Colombia.

 

Kozak, ¿halcón?

Al mismo tiempo que el nombramiento de O´Brien da a entender que Trump se inclina por un consejo civil y ejecutivo, la designación de Michael Kozak como subsecretario de Estado para América Latina muestra que su rompimiento con los “halcones” no es del todo cierto.

Diplomático con amplio recorrido en la región, Kozak llega a la subsecretaría para enfrentar los desafíos regionales de Washington, que, entre otros, tienen como foco la posible transición política en Venezuela. Aunque el encargado por el Presidente para liderad este proceso ha sido Elliot Abrams,  el subsecretario llega a jugar un rol importante, sobre todo, frente a la unidad de los países en escenarios como el Grupo de Lima y la OEA.

La posición de Kozak frente a la posible transición política en Venezuela no ha sido conocida, sin embargo, su historia diplomática en Latinoamérica puede dar algunas señales.

En Panamá, durante Manuel Noriega, Kozak tuvo un rol determinante para negociar la salida del dictador y dio “el ultimátum antes de que decidiera intervenir militarmente”, cuenta Infobae.

Si bien en el caso de Panamá mostró una inclinación por una salida pacífica, que al final no se dio y Estados Unido decidió intervenir, Kozak es señalado de apoyar una intervención en Chile para capturar al jefe de espionaje de la dictadura de Augusto Pinochet, Orlando Letelier.

La mayoría de analistas estiman que en el caso de Venezuela Kozak será más decidido y frentero, al estilo Bolton, que dado al diálogo y los mensajes indirectos.  

Falta ver si, como nunca se llegó a saber, su papel será más determinante que el Elliot Abrams, como pasó con Bolton, o será secundario al delegado espacial de Estados Unidos para Venezuela.

 

Otro experimentado

Desde el sábado, el nuevo embajador de Estados Unidos en Colombia se encuentra en el país, a la espera de asumir credenciales frente a las autoridades nacionales como titular de esa nación.

Goldberg ya ha estado dos veces en la embajada y se le conoce por ser un diplomático conservador. A finales de la década de los 90 fue uno de los encargados de negociar el Plan Colombia con el gobierno de Andrés Pastrana.

En mayo fue designado por Trump para asumir el cargo, pero hasta agosto tuvo la aprobación del Congreso norteamericano. Si bien es difícil calificarlo de “halcón”, sus posiciones frente al combate contra el narcotráfico y los cultivos ilícitos parecen ser más duras que la de su antecesor Kevin Whitaker.

Analistas estiman que con el nombramiento de Goldberg el Presidente norteamericano le envía un mensaje a Colombia: llega un hombre que viene, entre muchas cosas, a monitorear la lucha contra el narcotráfico.

En medio del aumento de las tensiones geopolíticas, Estados Unidos ha designado a tres diplomáticos cuyos perfiles envían mensajes encontrados. O´Brien representa una política menos hostil que la de Bolton, pero, para Latinoamérica, la llegada de Kozak significa posiciones más decididas, al igual que con Goldberg en Colombia.