El boom del performance, una expresión de arte sensorial | El Nuevo Siglo
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Sábado, 21 de Septiembre de 2019

HACE UN SIGLO surgió una alternativa llena de múltiples manifestaciones: el performance. Este, además de exhibir materialmente el pensamiento del creador ante un público, busca poner en contacto al espectador con los sentidos, convirtiendo esta simbiosis en una experiencia, no solo en una exposición bidimensional.

“El origen del performance se ubica históricamente en las vanguardias artísticas, como lo eran el Dadaísmo, el Futurismo y el Surrealismo que de forma lúdica realizaban acciones en tiempo real. Luego, después de la Segunda Guerra Mundial se generaron otros movimientos como el Accionismo vienés o el Gutai en Japón, que de una forma bastante visceral, respondieron a esa época, poniendo en escena el cuerpo violentado”, le dijo a EL NUEVO SIGLO Adriana García Galán, profesora de Arte de la Universidad de Los Andes.

Con la llegada del performance se desencadenaron otras corrientes artísticas importantes como el Fluxus, un grupo de acción internacional o los happenings de Allan Kaprow, que experimentaron con el cuerpo y con la presencia para generar situaciones que rompían con la cotidianidad y con la lógica de la obra de arte como mercancía.

Según García, el performance es más visible en algunas época que en otras y para este año vuelve a estar en el centro de la Feria Internacional del Arte de Bogotá, ARTBO, que culmina hoy en el Gran Salón de Corferias, donde esta máxima expresión de arte es el eje central de este importante evento para la industria.

En esta plataforma de circulación para las artes plásticas, el performance estuvo presente en varias de sus exhibiciones, pero en especial en las secciones “Sitio” y “Proyectos”, que se convirtió en una ventana para esta corriente artística.

Una máxima expresión de arte

Pero, ¿qué es el performance o el arte de acción? Para Adriana García “es una forma de arte en la que el cuerpo del artista ejecuta una acción en un determinado tiempo y espacio, que es compartido con los espectadores y se crea una situación casi como un estado mental”.

Es una manifestación de arte que para muchos causa controversia y confusión, pero que para otros es una extensión del pensamiento que despierta consciencia en el público hacia problemáticas sociales, políticas o ambientales.

El performance, además, ha llegado a otras dimensiones. Así lo aseguró García: “Muchas veces esas acciones que parecieran pertenecer solo al terreno de lo simbólico pueden afectar de manera contundente la realidad. Teniendo en cuenta que el concepto de tiempo real se ha expandido a partir del desarrollo de las telecomunicaciones y de Internet”.

En el mundo abstracto del performance existen grandes referentes internacionales que han generado un impacto en la sociedad con sus obras como la artista serbia, Marina Abramovic, quien causó polémica con su experimento llamado Rhythm O, en Italia, el cual durante seis horas se autodenominaba un objeto y no un ser humano, haciéndose responsable de todo lo que el público le hiciera en su cuerpo. Un performance que reveló lo violento y oscuro que puede ser el alma.

Artistas como Esther Ferrer en España, pionera del performance, representaron una influencia para esta corriente alrededor del mundo, pues sus obras eran realizadas en un momento complicado, donde el pensamiento de libertad y el hecho de ser mujer en un mundo machista se hacían difíciles.

Colombianos

En Colombia hay artistas actuales que están trayendo un concepto de arte más sensorial y virtual como los colombianos José Alejandro Restrepo y María Teresa Hincapié, quienes fueron parte de la sección “Sitio” en ARTBO, exhiben su obra Parqueades, un video-performance que representa situaciones cotidianas de una mujer en un parque que se repiten sin fin en televisores de época.

El Colectivo Atractor (Casa Hoffmann) también participa en la sección con obras de performance como la de Leonel Vásquez, quien en sus instalaciones explora los sonidos y sus maneras sutiles de habitar cuerpos, espacios y paisajes.

“Proyectos” es otra de las secciones dedicada a la visibilización del arte performático, donde participan 11 trabajos de reconocidos artistas contemporáneos para analizar este concepto en la vida diaria y en aspectos que van desde rituales religiosos y sociales que marcan el paso del tiempo, hasta el performance de la bolsa de valores que lidera nuestro sistema económico global.

Adicionalmente, Pedro Gómez Egaña, uno de los artistas de performance más reconocidos en la industria, estuvo en ARTBO con obras sonoras y entre otras más, para explorar la relación entre tecnología y misticismo, así como los matices emocionales y espirituales de la cultura digital.

A pesar de que el arte de acción se ha vuelto frecuente hoy en los museos, ferias y diferentes escenarios a nivel mundial, nunca ha hecho que otras corrientes del arte sean abandonadas como la pintura o la escultura. “Ahora se ve más el performances, ya después en otro tiempo no se verá tanto”, comentó.

Y agregó que “pensando en palabras de Eduardo Galeano, el performance puede funcionar como testimonio, como profecía o denuncia y en el mayor de los casos tienen afectaciones en esa realidad en la que actúa”.