Bogotá aspiracional  | El Nuevo Siglo
Martes, 3 de Septiembre de 2019

“La capital se permeó de la polarización nacional”

En medio de este debate electoral por la Alcaldía de Bogotá surge la pregunta del millón: ¿realmente tanto candidatos como sufragantes estamos pensando en la ciudad?

Como respuesta a este interrogante viene a colación la tesis de Martha Nussbaum, la filósofa estadounidense, quien sacó a la luz la influencia de las emociones en las sociedades liberales y la democracia, más concretamente en su libro “Emociones políticas”.

Ella asegura que nos equivocamos en pensar que solo las sociedades fascistas son las intensamente emocionales, porque toda sociedad necesita reflexionar sobre la estabilidad de su cultura política y sobre la seguridad de los valores más apreciados, aún en épocas de tensión.

Y el punto central viene a estar en la ciudad que queremos o en la sociedad que aspiramos. Para entenderlo basta con remitirnos al llamado marketing aspiracional o a las marcas aspiracionales que se concentran en los motivos, los deseos y las diferencias que atraen al consumidor. En la política pasa lo mismo: las sociedades en el fondo tienen una aspiración de nación, de país, de ciudad.

No obstante, en el caso de Bogotá, hoy aparece como la capital que se permeó, como una esponja, de la polarización nacional y que entró en el juego de una contienda electoral basada en ataques a la persona de los candidatos -que alimentan además con un extraño encanto a las redes sociales y sus memes-, lo que ha terminado por generarle una enorme pérdida a las propuestas de ciudad.

Dice Nussbaum que todas las sociedades necesitan de algo parecido al espíritu de la tragedia y al de la comedia, para moldear su destino. “Todas esas emociones públicas, a menudo intensas, tienen consecuencias a gran escala… Pueden imprimir a la lucha por alcanzar esos objetivos un vigor y una hondura nuevos, pero también pueden hacer descarrilar esa lucha, introduciendo o reforzando divisiones y formas diversas de desatención…”.

Así, dice, entra en relación el llamado espíritu del ciudadano Cherubino, que se apega a la sociedad aspiracional y la búsqueda de justicia, estabilidad y progreso, con otras emociones que, de ser ignoradas, amenazan con desbaratar proyectos admirables.

En este escenario es hora de despertar la marca aspiracional de Bogotá. Bogotá como ciudad de las oportunidades no puede perder su rumbo. Hay que dejar abrir el telón.

Para la capital se hace imperativo irradiar su visión como ciudad con más y mejores servicios. Esto comienza por proteger la vida de sus habitantes con servicios esenciales como son la seguridad, la atención en salud y la conservación del medio ambiente. Estos son la base para alcanzar una mayor competitividad y mejor calidad de vida, con obras de movilidad y transporte de gran envergadura.

Sobre la ruta de los servicios esenciales podemos proyectar una Bogotá de talento, innovación y tecnología, teniendo en cuenta que la ciudad produce el 29% del PIB nacional y que de este el 70% corresponde a la generación de servicios.

Quienes aquí vivimos podríamos acceder a un homogéneo paquete de servicios en cualquiera de sus localidades para un mejor vivir en esta ciudad de ciudades.

Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI uribemariaelisa@gmail.com