Al psiquiatra | El Nuevo Siglo
Jueves, 19 de Septiembre de 2019

INEXORABLEMENTE el estado de violencia e inseguridad que sufre el país terminará pasando factura a la economía.

Nos estamos matando entre sí. Crueldad de criminales contra líderes sociales, comunales, gestores de paz y candidatos, da escalofríos.

Somos una sociedad enfermiza. La nación está en modo temor.

Van en aumento extorsiones, amenazas, inseguridad callejera, intimidaciones, agresiones, atentados y crímenes.

Fiscalía General está recibiendo un cúmulo mensual de denuncias ciudadanas relacionadas con amenazas e intimidaciones.

Procuraduría sigue viendo el creciente número de casos sin resolver. El procurador Carrillo está actuando y firme, pero él solo no puede.

Hoy es tendencia informar sobre muertos a manos de sicarios financiados por organizaciones terroristas enquistadas en el narcotráfico.

Bandas de secuaces regados por las regiones acechando a sus ‘presas’.

Están aniquilando a voceros de la comunidad y aspirantes a elecciones territoriales del 27 de octubre. Por dos razones: son piedras en el zapato y una amenaza para los corruptos.

Debe haber un montón de contratos ‘torcidos’ que carteles criminales de la contratación no quieren perder.

Los entes de control deberían ‘esculcar’ las cuentas de administraciones municipales para ver qué se encuentra.

Seguramente hay muchos ‘guardados’ en alcaldías y gobernaciones.

Mientras haya corrupción y políticos mañosos y oportunistas, habrá de dónde echar mano.

El rio revuelto de la campaña electoral regional no deja ver lo que va aguas abajo.

Sin embargo, estar matando a personas vinculadas con la reconciliación, el perdón y la reparación, no es un cabo suelto. Hay una relación en el método de los asesinatos.

Sacar de la contienda a reconocidos candidatos de poblaciones y a quienes apenas asoman a la vida política, corresponde a una bien orquestada estrategia de exterminio.

¿Quién está detrás de esos crímenes? ¿Quién los financia? ¿Hay cabezas visibles en la política tradicional? ¿Parapolíticos, reincidentes dela guerrilla, gamonales, amos de la coca y la minería ilegal?

Preguntas que deben tener respuesta antes de que el país entierre más víctimas.

Ola creciente de violencia también se origina en la fobia y el odio de nuestros dirigentes nacionales.

En el Congreso se dan madera y se tildan de lo peor. Es un circo romano.

En redes sociales trinan ataques llenos de venganza y rencor.

El Estado colombiano luce fracturado.

Es urgente poner el establecimiento en retiros espirituales.

Como cantó el genio español Camilo Sesto: “tarde o temprano algún sueño se cumple y pasan los días sin que el cielo se nuble, hay alguna razón para abrir el corazón”.

Es así o nos seguimos matando de palabra y obra.

También, tarde o temprano, la economía sufrirá las consecuencias.

Más personas asisten hoy al sicólogo según cifras de las EPS.

Crece solicitud de atenciones prioritarias en psiquiatría.

Sociedad está sufriendo algún episodio de estrés, ansiedad, incertidumbre y temor al entorno.

Mayor desconfianza pasará cuenta de cobro, tarde o temprano.

Vivimos en un país donde algunos cometen locuras. Locos fuera de control.

Quienes están desempleados y más pobres, imaginemos el drama.

El vividero aquí no es fácil.