El agua no es un recurso renovable, cuídelo | El Nuevo Siglo
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Domingo, 11 de Septiembre de 2016
Alvaro Sánchez

Hace algún tiempo tuve la oportunidad de escribir en estas líneas sobre las barbaridades que se siguen enseñando en los colegios sobre los temas ambientales en general y el agua en particular. Debo decir que eso no ha cambiado de ninguna manera. Es más se sigue enseñando que esta es un recurso renovable e inclusive conozco de casos en los que los estudiantes reciben malas calificaciones por afirmar lo contrario.

Quiero volver sobre el tema y hacer algunas apreciaciones que, espero, sean de utilidad dada la inutilidad de la oficina de educación del ministerio del ramo.

Comencemos por tener claros algunos conceptos o definiciones que colaboren en la comprensión del asunto: el agua es un recurso natural puesto que es producida por la naturaleza misma, sin intervención ninguna del ser humano. Por lo tanto, su contribución al mantenimiento de la vida del planeta es natural. Y para que un recurso natural pueda ser considerado renovable sus ciclos de regeneración deberán ser superiores a su velocidad de extracción. Ahora, si bien se puede afirmar que el agua tiene un sistema de ciclos, también se puede afirmar que si se descompone o se contamina con determinados materiales, jamás volverá a ser recuperada por la naturaleza. El planeta no produce agua nueva, el agua es estable sobre la tierra.

Por otro lado, podemos analizar el hecho de que se define un recurso no renovable como “depósitos limitados o recursos con ciclo de regeneración por debajo de los ritmos de explotación”. Es evidente que estamos contaminando y consumiendo el agua de manera irresponsable, incluso estamos descomponiéndola para producir energía en un acto irracional desde el punto de vista de la supervivencia de la especie.

¿Qué está ocurriendo?

Según datos de la FAO, entre 1955 y 2015 se triplicó el consumo del agua en todo el mundo. Ello mientras que el consumo por habitante ha aumentado casi en un 50%, llegando a alrededor de 835 litros por habitante/mes, de los cuales los sectores agrícola e industrial consumen más del 92%. Desde esta perspectiva, la contaminación y destrucción de fuentes naturales, aunado al mal uso que hacemos del agua y al aumento desmedido de la población, están poniendo en jaque la provisión de agua de nuestro planeta.

Hoy por hoy se puede afirmar que algo más del 43% de la superficie seca de la tierra son zonas desérticas (con pluviometrías de menos de 250mm/año) o semidesértica (entre 250 y 500mm/año) como consecuencia de esto cerca de un tercio de la humanidad vive en zonas prácticamente privadas de agua. Entre tanto, en otros lugares del mundo y en forma irresponsable se están trastocando los sistemas hídricos naturales haciendo que los depósitos de agua subterráneos no se reabastezcan, de esta manera los hábitats naturales se deterioran y las especies se van extinguiendo poco a poco pero cada día más rápido.

¿Cómo está el mundo?

En 2008 y por iniciativa del gobierno boliviano, la asamblea general de las Naciones Unidas aprobó una resolución que reconoce el agua potable y el saneamiento básico como derechos humanos universales. Sin embargo, algo que no se puede manejar por medio de resoluciones es el hecho de que el precioso líquido está muy mal repartido por el planeta. En algunos casos, como en Las Vegas, el problema se soluciona con dinero y el agua se ve por doquier. A pesar de que la pluviometría media se acerca a los 200mm/año, el consumo promedio en esta región es el doble que en todos los estados unidos y cerca de 5 veces la media mundial. No todos tienen ese dinero. Por ejemplo, un habitante de Ciudad Petra consume 17 veces menos agua que un estadounidense promedio y las enfermedades producidas por este motivo atacan frecuentemente a la población.

En más del 55% de las capitales del mundo hay escasez de agua en mayor o menor medida. Lo más grave es que mientras mayor es el problema, mayor es el desperdicio por las fallas en las tuberías que transportan el líquido. Una cifra adicional: uno de cada 5 habitantes del planeta no tiene acceso a agua limpia potable.

¿Cómo funciona?

El agua corriente en el planeta ya es mayor de edad y pasa de los mil millones de años manejando un ciclo constante, que comienza en los océanos, en los cuales está el 96% de este recurso hídrico en el planeta. El agua es calentada por los rayos solares y arrastrada por los vientos, tornándose en nubes que terminan por descomponerse en lluvias, alimentando las fuentes hídricas que retornan al mar. Alguna cantidad de agua se filtra y penetra en la tierra. Este maravilloso ciclo hidrológico tiene un punto débil que complica su comprensión: el agua no cae siempre en las mismas cantidades, en las mismas fechas y en los mismos lugares.

¿Qué está pasando?

El cambio climático y el calentamiento global están haciendo más variables los ciclos del agua y destruyendo glaciares. Las lluvias aumentan por ratos su intensidad, pero también aumentan los periodos de sequía. Por efecto de la temperatura y de la tala de bosques las corrientes aumentan su velocidad y retorna muy rápido a los océanos, alterando los ciclos hidrológicos. A causa de esto ríos, lagos, lagunas y mares tenderán a desaparecer.

En la conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, llevada a cabo en Rio de Janeiro en junio de 1992, se incluyeron algunos conceptos sobre el tema del agua en el capítulo 18. Sin embargo, esto no es suficiente para calmar la sed de más de 300 millones de personas que no tienen ningún acceso a agua potable. El planeta entero agradecerá cualquier esfuerzo por racionalizar el consumo de agua y por evitar el aumento de la variación de los ciclos del agua.

Finalmente debo insistir en la importancia de cambiar los textos y cambiar los contenidos que se enseñan en esta materia. Seguir enseñando que el agua es un recurso renovable no baja de ser un atentado contra nuestra supervivencia.

* alsanchez2006@yahoo.es @alvaro080255