
El director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, salió al paso de los que quieren anticiparse a las discusiones del salario mínimo para el 2024. Pero asimismo señaló los riesgos que hoy tiene la economía, sobre todo por el impacto que pueden causar el fenómeno de El Niño y las reformas estructurales que propone el Gobierno. Señala, asimismo, que el dato de inflación de agosto va a impedir que se reduzcan las tasas de interés para este mes. Pero cree que este año la economía va a crecer 1,5 %.
Contraproducente
EL NUEVO SIGLO: Ya se está hablando en algunos sectores del aumento del salario mínimo para el próximo año. ¿No cree que es muy prematuro tocar ese tema cuando todavía se maneja el impacto que ha dejado para las empresas el alza de este año y no se sabe si la inflación seguirá bajando?
LUIS FERNANDO MEJÍA: Yo creo que en general las expectativas de aumentos altos del salario mínimo, sin tener certeza de cuál va a ser la cifra final de la inflación, pueden ser contraproducentes, porque incluso al final de cuentas genera una expectativa política para las negociaciones que arrancarán en los próximos meses. Y desde luego esas expectativas están eventualmente alejadas de los elementos técnicos que deben ser tenidos en cuenta primordialmente en esa discusión, que son la inflación causada para este año, que es mejor. Desde luego es inconveniente hablar hoy sobre aumento del salario mínimo.
ENS: ¿Es que se quiere adelantar todo?
LFM: Hay que esperar qué tan rápido continúa el descenso de la inflación y con base en eso hacer una discusión no solamente política, sino especialmente técnica por los efectos que sabemos que tiene el aumento del salario mínimo en los costos de producción, los costos salariales y naturalmente en esta coyuntura de crecimiento económico.
Riesgos de la economía
ENS: ¿Cuáles son los principales riesgos que ve de cara al final de año?
LFM: Pues naturalmente hay varios. El primero, el impacto del fenómeno de El Niño que ya sabemos que se vienen los efectos; ya hay reducción en los embalses que se han reflejado justamente en un aumento en el precio de bolsa de la energía, lo que provocaría la entrada de las generadoras térmicas para sustituir la generación hídrica. Además, todavía tenemos incertidumbre sobre qué tan intenso va a ser y eso por supuesto podría jugar en contra de la economía, porque no solamente afecta el precio de la energía, sino eventualmente la dinámica de la inflación que hasta ahora viene mostrando señales relativamente positivas. El segundo elemento tiene que ver con la incertidumbre en general que hay en el país por motivo de las reformas estructurales, en particular la de salud, la laboral que ha generado tanta polémica y la pensional, que luce más razonable del punto de vista de los objetivos que persigue. Pero es el precio de la energía el escenario central que puede ser afectado por el fenómeno.
ENS: ¿Pero hay otros elementos que también afectan?
LFM: Sí hay elementos regulatorios en el sector de energéticos en ciertos niveles como el petrolero, así como en el sector de vivienda y en infraestructura que, en la medida en que no se resuelvan, podrían generar afectaciones adicionales en la actividad de sus sectores. Yo diría que esos son los elementos más importantes y obviamente en general la dinámica de la inflación, pero si no retrocede en la medida en que lo espera el Banco de la República, eso podría limitarle el espacio justamente para que el Banco reduzca sus tasas de interés, con la consecuente afectación de la actividad económica para esta segunda mitad del año.
Los intereses
ENS: Precisamente con los datos que se conocieron en agosto de inflación, que no bajó, ¿eso demoraría un poco la rebaja de intereses?
LFM: Totalmente. Podemos decir desde Fedesarrollo que no hay ningún espacio para que el Banco en la reunión de septiembre empiece a reducir sus tasas. Aunque el dato fue inferior al de julio, estuvo por encima de las expectativas del mercado y con una inflación mensual núcleo, es decir, sin el precio de los alimentos y los bienes regulados de dos dígitos, pues infortunadamente no vemos la posibilidad para esa reducción. Seguramente la Junta del Emisor evaluará esta posibilidad de hacerlo a finales del año, tal vez en noviembre y diciembre.
El crecimiento
ENS: Con el corte de la economía en el segundo semestre, ¿cómo cree que podría terminar el año respecto al Producto Interno Bruto?
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LFM: Lo primero es recordar las cifras del crecimiento en la primera mitad del año. Tuvimos un crecimiento del 3 % en el primer trimestre y del 0,3 % en el segundo, que fue más bajo y eso nos da un crecimiento para la primera mitad cercano al 1,7 %. Nosotros estimamos desde Fedesarrollo que en esta segunda mitad del año el crecimiento estará cercano al 1,3 %. Eso nos da tranquilidad frente a lo que había sido nuestro pronóstico inicial. En diciembre del año pasado publicamos unos pronósticos para el 2023 y estábamos en el 1,5 %. Fíjense en lo que ha venido pasando, por ejemplo, por el lado del Banco de la República y otros analistas del mercado: las primeras previsiones eran del 0,2 % de crecimiento y paulatinamente las han venido subiendo. La gran mayoría están alrededor del 1 % por encima y nosotros creemos que la cifra de 1,5 % va a ser el resultado más probable para el año completo.
Industria y comercio
ENS: Se conocieron los datos de la industria del comercio para julio y ya se ve también que no se han logrado recuperar, disminuye la producción y bajan también las ventas. ¿Qué opina sobre esos resultados?
LFM: Eso no es nuevo, realmente cuando usted mira el comportamiento de la industria y por otro lado el del comercio también en el segundo trimestre, no fue bueno y eso refleja los niveles de la contracción de actividad económica. No hay que olvidar tampoco que los crecimientos que tuvieron el comercio en la industria en el 2021 fueron realmente extraordinarios. Fueron un crecimiento de dos dígitos y eso también genera un efecto base que juega en contra de las cifras para el comercio y la industria en este año. Entonces nosotros ya habíamos incorporado esos elementos en nuestro pronóstico, a pesar de las cifras que no son buenas naturalmente. Ojalá fueran más positivas, pues eso nos está afectando el comportamiento de la actividad económica.
El impacto en el bolsillo
ENS: A su modo de ver, ¿esa alta inflación qué tanto ha afectado el bolsillo de los colombianos?
LFM: Naturalmente la inflación no ha sido una buena noticia. El año pasado superó el 13 % y este año, transcurridos ocho meses, todavía estamos por encima del 11 %. Y en ese sentido la afectación al bolsillo de los hogares ha sido importante, alta; de hecho, esa es una de las razones por las cuales nosotros consideramos que la confianza del consumidor no ha levantado cabeza. Se combina el efecto de una menor actividad económica que por supuesto indica las oportunidades de empleo con unas cifras que han sido mejores de lo esperado, por un lado, pero por otro lado la inflación afecta directamente el bolsillo de los hogares en las compras que hacen día a día, y eso naturalmente generara niveles de desconfianza. Pero la buena noticia es que por fin la inflación tocó techo en marzo y que ha venido reduciéndose paulatinamente desde ese mes. Ojalá esa reducción siga para eventualmente darle alivio al bolsillo de los hogares en Colombia.
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