Definitivamente la institución Policía Nacional es grande e importante en la vida y organización del Estado, tanto que los gobiernos no escatiman esfuerzos para llegar hasta sus anales y trayectoria, buscado hacer presencia en ella. Los hemos tenido preocupados por su progreso, profesionalización y éxito operativo, persuadidos que apoyados en ella pueden mostrar resultados gratificantes y valederos para su gestión de gobierno.
Otros en cambio, la han mirado con desdén, dando escasa importancia a su presencia en la organización del gobierno y lucha contra la delincuencia en todos los ámbitos como escenarios delictivos, olvidando que la tradición ha demostrado la jerarquía de esta organización en la convivencia y paz nacional. Esto, sin olvidar aquellos gobernantes que evadiendo el menor miramiento, han tratado de meterle mano a la institución, para sacar réditos personales o éxitos partidistas en periodos aciagos y turbulentos de nuestra historia, golpeando su imagen y profesionalismo, soportes inamovibles que sustentan la filosofía y doctrina, al direccionar y condicionar sus actuaciones con sesgos de diferente índole, que desdibujan el perfil policial en el entorno internacional, estadio donde hoy es respetada, acatada y admirada por sus aportes, logros y proyectos.
Esta tendencia no mengua en los tiempos modernos y es así como asistimos a propuestas de cambios, ajustes o reformas venidas de diferentes escuelas del pensamiento, acuñadas con disimiles presentaciones, olvidando claro está, que se enfrentan a una institución centenaria, curtida y probada por muchos avatares y cambios sucedidos a lo largo de su existencia. Llueven ideas, opiniones, conceptos e inventivas, sin detenerse sus promotores a revisar si en tiempos pretéritos estas inquietudes o sugerencias fueron consideradas y sometidas a pruebas exitosas llegando, con el transcurrir de los días, a percibirse desplazadas por variados motivos, como la presencia tecnológica, que tantos cambios ha generado en esta institución.
Sería saludable entender que la Policía Nacional de los colombianos ha cumplido 130 años de existencia y en esta centuria ha probado toda clase de cambios y acomodos; los hombres y cuerpo de policías que les cupo el honor de dirigir los destinos y evolución policial, portaron sus conocimientos y experiencia lograda a través del diario compromiso y constante operación, en defensa de la vida honra y bienes de los colombianos, quienes la han acompañado y admirado a través de los años. Estos comandantes buscaron y utilizaron estrategias de diferente orden en lo operativo; así como medios que potenciaran y ajustaran la parte organizacional, tan importante y susceptible en el manejo de estas fiscalizadas instituciones, sin olvidar el tema administrativo, base fundamental del progreso e imagen moral., Todos esos recursos dieron piso a lo que es hoy nuestra policía.
Ahora la institución promueve el tejido social policía – ciudadanía, como medio de seguridad y paz.