“Con la comida muchos venezolanos han encontrado un rincón del país en Bogotá” | El Nuevo Siglo
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Domingo, 11 de Septiembre de 2022
Redacción Economía

Actualmente en Colombia hay un promedio 2,3 millones de ciudadanos venezolanos, es decir, un 36% de la migración de ese país. Así lo afirmaron recientemente el Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario y la Fundación Konrad Adenauer.

Colombia, al ser un país que comparte 2.219 kilómetros de frontera con Venezuela, ha facilitado el paso de los migrantes al territorio nacional. Sin embargo, no son las ciudades fronterizas las que más albergan personas provenientes del vecino país, sino la capital, en donde actualmente hay cerca de 534 mil migrantes, siendo las localidades de Usme, Ciudad Bolívar, Bosa y Usaquén las que tienen mayor presencia no solo de venezolanos, algunos de ellos refugiados, sino también de colombianos retornados, según datos de la Alcaldía Mayor.

Como todo proceso de migración, la llegada de foráneos a cualquier territorio trae consigo varios aspectos que vienen con cada persona, como por ejemplo la música, las tradiciones, la forma de hablar y una de las que más se extraña cuando se está lejos, la comida.

Ese es el caso de Kender Mantilla, un venezolano de 32 años nacido en Caracas que vive desde hace cuatro años en Bogotá y que desde hace tres tiene un puesto ambulante de comidas rápidas. “En mi puesto vendo diferentes tipos de perros calientes, hamburguesas y pepitos venezolanos”, comida rápida que aunque tiene similitudes con la colombiana, presenta características que le aportan sabores distintos. Por ejemplo, Kender resalta que “la diferencia de la hamburguesa venezolana con la colombiana está en la salsa”. 

Las hamburguesas

“Nosotros usamos la salsa de ajo, la guasacaca, salsa de queso y de maíz. Estas salsas no son muy comunes en Colombia. Además, preparamos hamburguesas con chuleta ahumada, que en Bogotá no existían”, afirmó.

En cuanto a los clientes, sostiene que aunque la mayoría son venezolanos, también tiene varios colombianos. “A clientes que son de aquí les ha gustado mucho la comida venezolana y eso es muy bueno para mi negocio”. 

Por otra parte, afirma que cocina con sazón venezolana pero sigue extrañando algunos alimentos que no se consiguen en Bogotá, o que cuando se encuentran son muy costosos, como es el caso de algunos quesos. 

De otro lado, los precios que tiene Kender en su negocio oscilan entre $4.500 para las hamburguesas de carne mientras que para las que llevan pechuga de pollo el precio es de $6.000. Algunos comensales venezolanos con los que habló EL NUEVO SIGLO coincidieron en que el sabor de su país definidamente se siente en la comida de venta ambulante de este joven caraqueño, que antes de llegar a Bogotá trabajaba como operador de máquina. 



“En Venezuela también cocinaba porque me gustaba, pero nunca me había metido de lleno a trabajar con comida. Aunque me ha ido bien con este negocio, los primeros días fueron difíciles porque nadie me conocía, pero ahora ya tengo muchos clientes. Además, no tengo competencia porque al lado hay otra persona que vende arepas con chorizo. Lo más importante es hacer las cosas bien y que a la gente le guste”, dijo Kender.

La necesidad

Encontrar un pedacito de Venezuela en las calles de la capital colombiana para los más de 500 mil migrantes del vecino país, sin duda es algo grato, pero sobre todo delicioso. La comida tiene el enorme poder de transportar a las personas a lugares, a recuerdos de una cena en familia y aportan algo de nostalgia cuando se está lejos y más aún cuando no se está fuera del país porque se quiere sino porque hay que hacerlo. 

Por nostalgia, por cultura, costumbre, emprendimiento y por su puesto por los más de 2.300.000 de venezolanos que hay en todo el territorio nacional, la gastronomía del vecino país ha crecido y ahora es más común encontrar lugares especializados en comida de Venezuela.

Este es el caso del restaurante Venezuela Bistro que promete a sus comensales “lo mejor de la gastronomía venezolana”, en Bogotá. 

Alternativas

EL NUEVO SIGLO habló con una de las empleadas de este restaurante ubicado en un sector exclusivo de la ciudad en la localidad de Chapinero. Se trata de Yolimar Palacios, una venezolana, quien asegura que allí se encuentra la comida con la sazón más cercana a la de su país. 

De otro lado afirma que lo que más piden los venezolanos son empanadas. “La empanada de pabellón es la que más piden los comensales; trae tajadas de plátano maduro, suero costeño, caraotas y carne desmechada. Además la masa es diferente a la de las empanadas colombianas, porque es dulce”. 

Los precios en el Bistro para estas empanadas oscilan entre los $8.000 y $13.000. Mientras que los almuerzos están entre $14.000 y $16.000. 

Este restaurante que lleva cerca de tres años en la capital del país es administrado por venezolanos y colombianos. Entre tanto los cocineros son venezolanos en su totalidad. De allí su éxito. Seguro es algo parecido a cuando un bogotano o alguien del interior del país sale a las ciudades costeras y puede degustar de los mejores pescados hechos por personas de la región. 

Así mismo si se quiere probar una buena comida venezolana en Colombia, el secreto es que la sazón solo tenga manos venezolanas, así lo afirman algunos migrantes del vecino país.

Negocios con éxito

El hecho de que haya tantos venezolanos en la capital colombiana ha llevado a que este tipo de negocios sean exitosos. “Muchos venezolanos dicen que han encontrado un rincón de Venezuela aquí en Bogotá”, aseguró Yolimar. 

Agregó que en el restaurante donde trabaja, “la sazón, el sabor y la manera de preparar todas las comidas son muy cercanos a lo que puedes encontrar en Venezuela”. “En la zona hay más restaurantes de comida venezolana, aunque no muy cercanos”, dice Yolimar. 

Sin duda esta es la prueba de que no solo las ventas ambulantes de comida a ‘la venezolana’ como la que prepara Kender en Bosa, sino también los diferentes platos que se encuentran en restaurantes como el Venezuela Bistro, hacen que la gastronomía del vecino país haya escalado varios peldaños y además haya encontrado su lugar lejos de las calles de Caracas, Valencia, San Cristóbal, Maracaibo y muchas otras ciudades que hoy tienen hijos ‘regados’ por Colombia y que sienten un poco más cerca a Venezuela con una arepa, una cachapa, una empanada, un tequeño, una hallaca o muchas otras preparaciones que ahora se encuentran fácilmente en Bogotá y en muchas regiones del país.