Transcurridos los primeros seis meses de la guerra, el fantasma del invierno ya comienza a asomarse y la Unión Europea está viendo, cada vez con más preocupación, el encarecimiento del gas, lo que a su vez ha llevado a que la producción de fertilizantes caiga y que a largo plazo se ponga en riesgo la seguridad alimentaria de Europa. Hasta Suiza, uno de los países más ricos del mundo, se está viendo amenazada por la escasez.

Es bien sabido, y el mundo aún lo está padeciendo, que con climas extremos como la ola de calor que aún está azotando a la mitad del mundo, este es un bien preciado que se ha encarecido notoriamente y hoy, con el mayor proveedor de este producto en guerra con la UE, es incierto lo que pasará.

Por lo mismo, la presidencia de la UE tomó ayer la decisión de organizar una reunión de carácter “urgente” sobre la crisis energética. En efecto, el primer ministro de la República Checa, país que preside actualmente la Unión, declaró ayer que convocará una reunión "urgente" para abordar la crisis energética, desencadenada tras la invasión rusa de Ucrania.

“La presidencia checa convocará a una reunión urgente de los ministros de Energía para tratar las medidas de urgencia específicas para hacer frente a la situación energética", indicó el primer ministro, Petr Fiala, quien advirtió que el continente debe preparase para el invierno.

Durante los últimos meses los 27 Estados miembros de la UE han intentado disminuir su dependencia de Rusia en el abastecimiento de petróleo y de gas, pues la reducción del suministro y la preocupación respecto al futuro hicieron que los precios de la energía en Europa se dispararan.

A este respecto el ministro checo de Industria y Comercio, Jozef Sikela, dijo que "estamos en una guerra energética con Rusia y esto perjudica al conjunto de la UE", y añadió que el Consejo Europeo de Energía debería reunirse "lo antes posible".

Precios en Alemania y Francia baten récords

Los precios mayoristas de la electricidad para 2023 en Alemania y en Francia batieron nuevos récords ayer, con 850 y más de mil euros por megavatio hora (851 y más de 1.001 dólares), respectivamente.

Esta explosión de precios (que rondaban los 85 euros por megavatio hora -85,1 dólares- hace un año) se debe, entre otros motivos, a la disminución del envío de gas ruso a Europa desde la guerra en Ucrania. Muchas centrales térmicas utilizan gas para generar electricidad, y su cotización se encuentra además a niveles récord.

En Francia, el cierre de reactores nucleares por problemas de corrosión también impulsó el récord de precios, pues solo 24 de los 56 reactores franceses funcionan en este momento.

Energía disparada en Reino Unido

Situación similar prevé en el Reino Unido, país en el cual el tope tarifario de la energía de los hogares se proyecta que aumentará un 80% a partir de octubre y las facturas de gas y electricidad podrían seguir incrementándose de forma "considerable" en 2023, en plena crisis del coste de la vida.

El tope pasará de las actuales 1.971 libras (unos 2.325 dólares) que paga al año un hogar medio a 3.549 libras (4.180 dólares), anunció el regulador Ofgem.

"El alza refleja la progresión continua de los precios mundiales al por mayor del gas, que empezó con los desconfinamientos después de la pandemia de covid, y fueron llevados a niveles récord cuando Rusia interrumpió lentamente sus suministros de gas a Europa", afirmó el organismo.

Teniendo en cuenta la tendencia actual, Ofgem advirtió que "los precios podrían agravarse de forma considerable en 2023". Este tope tarifario está calculado según la media de los precios mayoristas del gas en los meses anteriores, y los expertos esperan que este límite supere las cuatro mil libras (4.730 dólares) en enero y hasta las seis mil libras (7.096 dólares) en primavera, según las proyecciones más pesimistas.

Algunos hogares están tomando medidas desesperadas, según este responsable, como renunciar a la calefacción o desenchufar el frigorífico.

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Suiza se prepara para posible escasez

Por su parte Suiza, uno de los países más ricos del mundo, se está viendo amenazado por una escasez de energía o incluso apagones para el invierno que se avecina, pues su dependencia del gas ruso y de las nucleares francesas son grandes.

Con cientos de plantas hidroeléctricas esparcidas por los Alpes, Suiza produce energía de sobra durante los meses de verano. No obstante, al llegar el frío, debe recurrir a la importación.

En general esto no es un problema, pero este año, con la guerra en Ucrania y la reducción del suministro de gas ruso a gran parte de Europa, la amenaza de una escasez grave de energía se hace cada vez más real.

Suiza no es el único país europeo en alerta, pero su situación es especialmente precaria dado que carece de instalaciones de almacenamiento de gas. Habitualmente depende de las importaciones de los países vecinos de la Unión Europea (UE), especialmente de la electricidad producida con gas en Alemania.

Sin embargo, ahora que el bloque se preocupa por su propio suministro, Suiza, país externo a la UE, se encuentra al final de la cola. Y para agravar el problema, la vecina Francia ha tenido que paralizar la producción en la mitad de sus reactores por los hechos previamente mencionados.

Suiza ha estado trabajando para mejorar su sistema de producción y almacenamiento de energía, pero ni siquiera la gran apertura el próximo mes de una nueva y potente central hidroeléctrica de bombeo y almacenamiento evitará los problemas de este invierno.

Producción de fertilizantes cayó un 70%

La escalada de los precios del gas hasta niveles récord provocó la reducción de más del 70% de la capacidad de las empresas productoras de fertilizantes en el Viejo Continente y aboca al sector a una crisis sin precedentes. Así lo advirtió el “lobby” que agrupa a las principales compañías y asociaciones europeas de esta industria, incluidas las españolas Fertiberia y Anffe (Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes) o la noruega Yara.

En un comunicado, Fertilizantes Europeos, asociación formada por 17 fabricantes de fertilizantes y ocho asociaciones nacionales, sostuvo que, con los actuales costes del gas natural, entre ocho y diez veces por encima que en Estados Unidos y otros centros de la industria de fertilizantes, los productores europeos no pueden competir en el mercado nacional y mundial.

"La industria europea de fertilizantes está en plena crisis porque el mercado europeo del gas está en quiebra", afirmó Jacob Hansen, director general de Fertilizantes Europeos, en referencia al impacto de los precios récord del gas natural, que representan el 90% de los costes variables de producción de la industria e "imposibilitan la competencia de los productores europeos".

"Como resultado, más del 70% de la producción europea ha reducido la capacidad", agregó Hansen, señalando que, si la situación se mantiene, los productores restantes también pueden verse afectados.

De este modo, Fertilizantes Europeos considera necesario analizar el mercado del gas para abordar los desafíos actuales, apoyar a la industria nacional y restaurar la confianza del mercado, además de evaluar seriamente las políticas de gestión de crisis para la industria de fertilizantes para minimizar las repercusiones a largo plazo para la seguridad alimentaria de la UE.

"Alejarse de la dependencia de los suministros de energía y materias primas de Rusia no se puede lograr cerrando plantas y trasladando puestos de trabajo fuera de Europa", añadió Hansen, para quien hace falta "una corrección urgente" de las políticas de gas actuales para hacer frente a esta crisis tan grave.

"Europa necesita una industria nacional de fertilizantes sólida para seguir produciendo alimentos y, a la larga, desarrollar la economía del hidrógeno de Europa utilizando amoníaco verde suministrado por la industria de fertilizantes", apostilló.