Revive la sinfonía de Mendelssohn en el Teatro Colón | El Nuevo Siglo
Andrés Orozco-Estrada dirige las más importantes agrupaciones tales como la Filarmónica de Berlín, la Orquesta Nacional de Francia y la Sinfónica de Chicago.
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Miércoles, 24 de Agosto de 2022
Redacción Cultura

El aclamado director de orquesta Andrés Orozco-Estrada regresa en la temporada 2022 de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia para presentar un ciclo de tres conciertos en los que se interpretarán las cinco sinfonías que el compositor alemán Félix Mendelssohn escribió para orquesta completa. El Mendelssohn Fest tendrá lugar en el Teatro Colón de Bogotá los días 26 y 27 de agosto, y 2 de septiembre.

Mendelssohn, gran prodigio de la composición, compuso 15 sinfónicas para orquesta de cuerdas. Tenía solo 15 años cuando escribió su primera sinfonía para orquesta completa y 33 años cuando escribió la última de su producción. Su música se caracteriza por conservar los modelos y las prácticas clásicas de Haydn, Mozart y Beethoven, al mismo tiempo que incluía aspectos clave del Romanticismo, el movimiento artístico que exaltaba el sentimiento y la imaginación por encima de la forma y las tradiciones rígidas.

Es así como se da una nueva y valiosa colaboración entre la Sinfónica Nacional y el director de orquesta colombiano que mayor prestigio ha tenido a nivel mundial, el maestro Andrés Orozco-Estrada, quien sigue dirigiendo a las más importantes agrupaciones tales como la Filarmónica de Berlín, la Orquesta Nacional de Francia y la Sinfónica de Chicago, entre muchas otras.

El Mendelssohn Fest es el resultado de una emotiva relación artística entre Orozco-Estrada y la Sinfónica Nacional de Colombia, que promete cautivar al público asistente y que se proyecta como el más importante evento del sector sinfónico en este 2022. 

La Orquesta ha invitado a participar en el Festival al Coro de Cámara Javeriano y al Coroncoro Ensamble Vocal, ambos dirigidos por la maestra Ana Paulina Álvarez, en la interpretación de la segunda sinfonía de Mendelssohn, obra que cerrará esta fiesta de la música en Bogotá. 



Contexto del maestro

Previo a cada concierto, el maestro Orozco-Estrada brindará un valioso e ilustrativo contexto para la escucha consciente de cada una de las cinco sinfonías del compositor alemán. 

La intención de la Sinfónica Nacional de Colombia y del maestro Andrés Orozco-Estrada es reconocer y visibilizar la obra de diversos compositores que han marcado la historia de la música sinfónica. Es un festival que inicia, en su primera edición, con Félix Mendelssohn, pero que año tras año obtendrá un nuevo nombre, un nuevo compositor, una nueva experiencia para el público, y sobre todo, una nueva oportunidad de expandir los conocimientos acerca de los grandes fenómenos de la música sinfónica.

Para el director de orquesta, la intención de realizar un festival es básicamente porque “tenemos que mostrarle al público que además de Mozart, Beethoven o Tchaikovsky, por nombrar algunos, existieron compositores de un talento impresionante como Félix Mendelssohn que también merecen que su música sea reconocida, escuchada y disfrutada”.

Sus cinco sinfonías, aunque pocas si se comparan con las más de 40 de Mozart, exigen de los artistas la más alta calidad interpretativa. El reto ahora será el interpretarlas todas en tan solo tres conciertos, un desafío de gran importancia para la Sinfónica Nacional, que la eleva a un estándar de calidad muy alto. 

¿Quién fue Mendelssohn?

Mendelssohn era descendiente de una gran familia judeo-alemana donde los valores intelectuales y la moralidad estaban firmemente colocados en el centro de cualquier preocupación. Fue un admirado compositor, pianista y director de orquesta en toda Europa. Estimado por Goethe, redescubrió e interpretó la Pasión según San Mateo de Bach, dirigió música compuesta por sus contemporáneos e hizo de su ciudad favorita, Leipzig, la capital musical de Alemania.

La obra de Mendelssohn floreció entre un clasicismo radiante y equilibrado y un Romanticismo fantástico. La claridad de su genio melódico fue radiante mientras sus formas fueron siempre inteligibles y sólidamente estructuradas. Ya sea que trate temas de viajes (Sinfonía Escocesa, 1842), espiritualidad (Sinfonía de la Reforma, 1830) o virtuosismo (los conciertos para violín o piano), Mendelssohn poseía un encanto evidente. Así como su éxito llegó muy temprano, murió en 1847 a la prematura edad de 38 años, devastado por la muerte de su hermana, la pianista y compositora Fanny Mendelssohn, y sucumbiendo al exceso de trabajo.

Judío de nacimiento y bautizado en el luteranismo por decisión de sus padres, en su niñez Félix fue duramente hostigado por el creciente antisemitismo que poco a poco se apoderaba de Alemania. La música de Mendelssohn fue silenciada por el nazismo en 1933. No solo su música desapareció: su estatua, en Leipzig, fue destruida. Superados aquellos años nefastos, la obra de Mendelssohn, sin enemigos de ningún tipo, suena y solo provee placeres intensos.

Alumno de composición de Carl Friedrich Zelter (a través del cual conoció al gran Goethe), los primeros trabajos de Mendelssohn en este terreno se tradujeron en 12 sinfonías para cuerda, algunas pequeñas óperas, un Octeto para cuerda y la obertura El sueño de una noche de verano. Estas dos últimas obras marcan el inicio de su madurez como compositor.

Fue, además, un buen intérprete de violín, viola y piano, facetas a las que más tarde se añadiría la de director de orquesta. En este ámbito, una de sus primeras y más recordadas actuaciones tuvo lugar en 1829, cuando interpretó en Berlín La Pasión según San Mateo, de Bach, en un concierto que supuso la recuperación de esta obra después de un siglo de olvido. Bach, junto con Mozart y Haendel, constituiría uno de los pilares de su estilo.

Pocos años más tarde, en 1835, le fue confiada la dirección de la orquesta de la Gewandhaus de Leipzig, cargo que ejerció hasta su prematura muerte. Su hermana Fanny Mendelssohn (1805-1847) fue también compositora de talento, autora de valiosos lieder y piezas para piano.

 

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