Los dendroenergéticos en Colombia | El Nuevo Siglo
Sábado, 29 de Agosto de 2020

El planeta se mueve en el campo de la utilización de los recursos renovables y en la necesidad de utilizar cada vez menos los recursos no renovables, es claro que ésta debería ser la tendencia dado lo finito de estos últimos y las posibilidades de crecimiento de los primeros; en este contexto, ha cobrado una gran importancia el desarrollo de proyectos dendroenergéticos.

Colombia, por sus características climáticas, su ubicación en el trópico, su variedad de climas, su potencial hídrico y lo extenso de su territorio, debería ser una potencia en éste tema y tener un liderazgo a nivel regional en el mismo; si bien es cierto que existen pequeños desarrollos, también es cierto que la presencia del estado brilla por su ausencia, tanto en la organización como en el control de los mismos.

Los dendroenergéticos son, básicamente, todas las energías obtenidas a partir de biocombustibles sólidos, líquidos y gaseosos, primarios y secundarios, derivados de bosques, árboles y vegetación leñosa en general; evidentemente nos estamos refiriendo a vegetación abundante en nuestro territorio.

La producción y utilización de dendroenergéticos podría tener inmensas ventajas para el desarrollo del país, pero también podría llegar a acarrear grandes peligros; el asunto radica en la adecuada explotación de los recursos y en los controles efectivos que pudieran establecer las autoridades ambientales.

Los principales problemas se derivarían de la posibilidad de que, quienes producen los dendroenergéticos, comiencen a talar indiscriminadamente y a sustraer selvas y bosques, en busca de un negocio lucrativo de por sí; es ahí en donde se requiere un esquema de planeación, que debe partir del ministerio de ambiente y ser compartido con las CAR’s a través del SINA, junto con un adecuado esquema de control que vigile e impida la tala no permitida, aumentando las sanciones y penas por el daño ambiental, normas que además debe de hacer cumplir.

Las ventajas, parten como ya expresé de las características físicas y de ubicación de nuestro territorio, así como del hecho cierto de que permite asegurar ingresos dignos a los cuidadores de las reforestaciones que se den en Colombia, ingresos que se derivarán de la poda y proceso de la misma para alimentar los procesos de producción; si a las comunidades que habitan en las zonas reforestadas, o en sus alrededores, se les garantiza un ingreso por este medio, podremos tener la absoluta seguridad de que estarán interesados en el cuidado del bosque y en la protección del mismo.

Adicionalmente, estos procesos, limpios ambientalmente hablando, cuentan con abundantes fuentes de financiación y con varios inversionistas interesados; se requiere de voluntad política para su desarrollo.

Surge entonces la pregunta ¿Qué se está haciendo en el país para desarrollar este tipo de proyectos? Y la respuesta es bastante sencilla de adivinar, nada; correspondería al ministerio de ambiente liderar programas masivos de reforestación (no perdamos de vista que tenemos un compromiso internacional de hacerlo), y asegurar su permanencia en el tiempo, que mejor que lograr generar ingresos a las comunidades y asegurar su bienestar, protegiendo simultáneamente la permanencia de lo reforestado y combatiendo la deforestación. ¿Hará algo a este respecto el Ministerio de ambiente?

alsanchez2006@yahoo.es

@alvaro080255