Lo que no se ve | El Nuevo Siglo
Lunes, 3 de Agosto de 2020

Frecuentemente leemos en los medios de comunicación titulares que culpan de la fuerte crisis económica y social del mundo al Covid-19. Sin embargo, el virus sólo es culpable de producir enfermedades respiratorias y de transmitirse velozmente. El desempleo, la pobreza y el profundo malestar social son producto de las decisiones de los gobernantes. Aunque aun es muy pronto para determinar si fueron correctas o equivocadas, hay algunas señales preocupantes.

Como le explicó el escritor y economista francés Frédéric Bastiat, en su ensayo sobre “lo que se ve y lo que no se ve”, los seres humanos solemos concentrarnos en lo que fácilmente se percibe e ignoramos todo lo demás. Esto sucede en esta pandemia, estamos tan concentrados en el número de nuevos casos, nuevas muertes, y nuevos recuperados, que dejamos de ver las consecuencias ocultas de las decisiones de los gobernantes para enfrentar la pandemia.

En marzo, periodistas, políticos y líderes de opinión, salieron a pedir a gritos cuarentenas estrictas, ignorando que para millones de colombianos que viven del producido del día esto no era una opción. Al final, el Gobierno nacional y los locales cedieron a la presión y encerraron a la población en un momento donde el número de casos era relativamente bajo, y la capacidad hospitalaria estaba en niveles normales. No pasaron muchos días para que las personas salieran desesperadas a buscar comida. Solo se concentraron en lo que era visible.

Ahora, cuando vamos a cumplir cinco meses de cuarentena, las consecuencias se multiplican. Enumeraré solo algunas invitando al lector a siempre hacerse la siguiente pregunta:

 ¿Qué será lo que no se ve?

Las UCI están llenas de pacientes, sin embargo, en algunos casos menos de la mitad con Covid. ¿Qué ocurrió? El Gobierno limitó la prestación de servicios de salud durante las primeras semanas de la pandemia (cuando el número de casos no era significativo), esto implicó que muchas personas con condiciones criticas no se atendieran y su estado de salud empeoró. Esta decisión también produjo millonarias pérdidas para los hospitales.

Las restricciones a los servicios de salud de médicos y clínicas independientes, como las de salud dental y ocular, aquellos que el Gobierno definió como no esenciales, hizo que agobiados por la falta de ingresos y ante la falta de efectividad de las ayudas oficiales cerraran la prestación del servicio de forma definitiva. Esto nos va a dejar una oferta de salud muy limitada en el futuro.

Las decisiones de decretar ley seca aumentaron el contrabando, la venta de licor adulterado y las fiestas clandestinas; además significará una reducción importante en los ingresos de los departamentos, recursos que eran destinados para financiar la salud.

Cada vez que anuncien una nueva restricción, piense en lo que no se ve. Le dimos poder absoluto a nuestros gobernantes, y recuerden: “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente” Lord Acton.

 @camiloguzmansa