Nuevas generaciones y cambio | El Nuevo Siglo
Sábado, 4 de Agosto de 2018

Mientras que usted lee estas líneas se desarrolla un trascendental foro en las inmediaciones de Villa de Leyva. Trascendental por su contenido; trascendental por su pertinencia.

Construyendo el Cambio” es el nombre del primer Congreso Nacional que se da después de las elecciones regionales y presidenciales, organizado, como no, por las Nuevas Generaciones del Partido Conservador que lidera el inquieto y patriota Daniel París.

Conscientes de la realidad nacional e imbuida en las tesis de la doctrina conservadora universal, centenares de jóvenes, provenientes de los rincones más recónditos del territorio, hacen lo que les corresponde: promover el cambio, como lo han hecho todos los grandes conservadores de la historia, como Jefferson, Hamilton o John Jay.

Y lo hacen al estilo que les es propio, sin revueltas, sin asonadas, sin capuchas en la cabeza ni harapos sobre la cara para ocultar la actitud del canalla. Lo hacen como les enseñaron, con propuestas escritas, holísticas y sesudas sobre la mesa, pues le temen a los discursos populistas cargados de buenas e irrealizables intensiones que lo único que hacen es fomentar el desánimo y la violencia entre las gentes.

Son jóvenes que asumen su misión histórica, su puesto en el tiempo y, enfrentando al infatigable Cronos, deciden proponer con respeto y firmeza cambios a las autoridades del Partido Conservador Colombiano.

Al grito de “unidad” y “cambio” movilizan ideas económicas, políticas, doctrinarias, sociales y ambientales. Como un tsunami de incalculable valor intelectual, apuntalan sus esfuerzos a rodear un partido que abraza los destinos del poder en torno a la primera mujer vicepresidenta de nuestra patria, acaso la mujer más importante en la política de nuestra nación.

Con una nación profundamente dividida a propósito del legendario robo del 2 de octubre de 2016; con las arcas públicas saqueadas por el déficit fiscal, las vigencias futuras y la deuda externa más alta de la historia y, con  una corrupción pública y privada campante por las riveras del país de Jorge Isaacs, enfrenta el nuevo gobierno un reto doble: por un lado, sacar al país de la postración material y espiritual en la que nos encontramos y, por el otro, a través de ello, evitar que los populistas antisistema se posen en el poder para no desalojarlo jamás.

La posibilidad de que este gobierno triunfe sin un partido conservador limpio, unido en torno a la doctrina y muy fortalecido por sus bases y sus élites, es remota. Por eso estos jóvenes pueden contribuir notoriamente a la reedificación, ya no digamos del Partido de Caro y Ospina, sino de Colombia toda.

*Miembro de la Corporación Pensamiento Siglo XXI.

@rpombocajiao