La ruta del presidente Duque | El Nuevo Siglo
Viernes, 10 de Agosto de 2018

El presidente Duque asumió el cargo en una sobria ceremonia a los 42 años de edad, que lo convierte en uno de los presidentes más jóvenes en la historia de Colombia. Su juventud es garantía de dinamismo, energía y diligencia en la gestión de los asuntos públicos, tal como lo ha venido demostrando desde que ganó la elección presidencial; no ha descansado un solo día. Y a ello une una sólida preparación académica en derecho económico, administración pública y derecho internacional que tendrá oportunidad de demostrar en su paso por el gobierno.

Esa formación le ha dado una gran capacidad de penetración de los problemas públicos y de identificar falencias en la ejecución de políticas que es necesario corregir. Su talante es el de la ponderación y el equilibrio; su lenguaje es incluyente. Por ello su convocatoria a unirnos frente a propósitos colectivos superando la página de la confrontación.

En el discurso de posesión traza una hoja de ruta de los retos que enfrentará su gobierno. Por eso nos invita “a que todos construyamos un gran Pacto por Colombia, a que construyamos país, a que construyamos futuro y a que por encima de las diferencias estén las cosas que nos unen… Cuando nos unimos como pueblo nada nos detiene. Cuando todos aportamos somo capaces de hacer realidad proezas propias que ni siquiera el realismo mágico es capaz de imaginar.”

Del mismo modo, dijo que recibía un país convulsionado, “más de 300 líderes sociales han sido asesinados en los últimos dos años, los cultivos ilícitos se han expandido exponencialmente en los últimos años, bandas criminales aumentan su capacidad de daño en varias regiones del país y se han hecho promesas y compromisos con organizaciones sociales sin asegurar su financiación.”

Por otro lado, ayer fueron presentados al Congreso diferentes proyectos de ley que se ocupan de temas que tienen que ver con la eliminación del voto preferente y la adopción de listas únicas para las corporaciones públicas que tanto se ha venido reclamando  para poder controlar las campañas electorales. Ello es coherente con la tesis de que las curules son de los partidos y no de los aspirantes. Se propone limitar a tres los períodos en tales corporaciones y se plantea que haya equidad de género en la conformación de las listas.

En otro proyecto se busca la adopción de “pliegos tipo” para la contratación en todas las entidades públicas con el de fin de reducir los riesgos de corrupción, y la imprescriptibilidad de los delitos contra la administración pública. También habrá reformas, según se anuncian, a la política de salud que, a pesar de los esfuerzos que se han hecho, los problemas en este sector no se han podido superar. Lo mismo ocurrirá con la justicia, en la que quedó pendiente una gran reforma que arregle los desajustes institucionales que vienen de tiempo atrás, y enfrentar el hacinamiento carcelario con una adecuada política criminal.  Para sacar adelante los planes de reforma, contará con la colaboración resuelta y eficaz de la vicepresidente Marta Lucía Ramírez.