¿Cómo ordenar uso del agua en la cuenca del río Bogotá? | El Nuevo Siglo
Censo de usuarios para la formulación del Plan de Ordenamiento del Recurso Hídrico terminaría a finales de 2022.
Cortesía CAR
Miércoles, 10 de Agosto de 2022
Redacción Nacional

La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) actualmente adelanta el censo de usuarios para la formulación del Plan de Ordenamiento del Recurso Hídrico (PORH) del río Bogotá, a través de visitas a viviendas y establecimientos comerciales en centros urbanos y rurales ubicados a lo largo de la cuenca del río, desde su nacimiento en Villapinzón hasta su desembocadura en el municipio de Girardot. 

La actividad, que según la CAR se realizará durante los meses que restan del año, busca reunir información que permita caracterizar a la población de la cuenca, es decir, conocer para qué o en qué tipo de actividades hace uso del agua del río, para de esta manera formular proyectos que permitan garantizar la calidad y cantidad del recurso. 

Cabe resaltar que la actividad está a cargo del Consorcio PORH-SH Río Bogotá, que hará el levantamiento de información y los monitoreos (toma de muestras de agua). 

Por su parte, Walter Leonardo Niño, ingeniero del Laboratorio Ambiental de la CAR, le dijo a EL NUEVO SIGLO que “en este censo de usuarios del recurso natural se recorren todos los ríos, quebradas y lagunas del sistema hídrico del río Bogotá con un equipo de encuestadores, quienes verifican si hay captaciones, es decir, si hay mangueras o estructuras que deriven el agua del río. Cuando se llega a los predios se identifica para qué se utiliza el agua y se diligencia un formato, teniendo en cuenta si es para uso doméstico o para uso agrícola; en ese caso se revisa cuántas hectáreas son y para qué cultivos se usa. Asimismo, se revisa si el recurso es utilizado para ganadería”.

Puntos clave del censo

De acuerdo con la CAR en el censo se identifican cuatro aspectos durante el recorrido por la cuenca del río.

El primero es revisar quiénes están haciendo vertimientos, es decir, una vez utilizada el agua verificar cómo se está devolviendo el recurso; por ejemplo, algunos lo hacen por medio de mangueras.

Lo segundo es revisar si el vertimiento es proveniente de una casa, de la agricultura o la ganadería. El tercero es la identificación de obras hidráulicas. “En este caso se identifica, por ejemplo, si hay un muro que está desviando el río o un puente que puede estar afectando la dinámica natural de la corriente”, afirmó Niño.

Y finalmente el cuarto aspecto tiene que ver con la explotación directa del río, es decir, “cuando se saca arena o explotando material de arrastre del río”, dijo el ingeniero.

Cabe destacar que, aunque son cuatro puntos diferentes, la encuesta es la misma. En un mismo formulario se identifica el uso del recurso hídrico por parte de los habitantes de la cuenca.



Primera etapa

Según Niño durante la primera etapa se están realizando estas encuestas específicamente a los habitantes de la cuenca del río Bogotá; a su vez está dividida en 19 unidades hidrográficas de nivel 1, entre las que se destacan el río Apulo, el río Negro, el Embalse del Sisga, entre otros. “A su vez el censo también se realiza en las cuencas nivel 2 (129), que son mucho más pequeñas, es decir, que se está haciendo en toda la jurisdicción de la CAR”, dijo el ingeniero Niño.

El censo empezó en noviembre de 2021 y se prevé que se termine entre noviembre y diciembre de 2022. El objetivo es llegar a 23 mil encuestas aproximadamente. De acuerdo con la CAR a fecha de hoy hay 13.996 registros.

Objetivos

La CAR tiene varios objetivos con este censo. El primero es actualizar la línea base de cuáles son los usos y quiénes son los usuarios del recurso hídrico de la cuenca del río Bogotá. “Una de las conclusiones que podemos tener hasta el momento es que entre el 60% y 70% del uso de las aguas del río Bogotá y de todos sus cuerpos de agua es para uso agrícola. Otro uso minoritario es ganadería, uso doméstico y piscicultura”, afirmó el funcionario de la Corporación.

Otro de los objetivos importantes es identificar cuáles son los vertimientos que se están generando, de dónde provienen y cuáles son los puntos críticos de los mismos.

Finalmente, lo que se pretende con este censo es implementar procesos que lleven a una mejor gestión y administración del recurso. Uno de esos procesos es la formulación del Plan de Ordenamiento del Recurso Hídrico, que define para qué sirve el agua en la jurisdicción de la cuenca y para mejorar las condiciones de calidad y cantidad de este recurso.

“Teniendo un conocimiento mucho más cercano de cómo es el comportamiento de los usos y los usuarios, se puede identificar dónde hay conflictos por uso, ya sea porque el agua es de mala calidad o por baja oferta del recurso y por el contrario mucha demanda del mismo”, aseguró Niño.

Proyectos luego de terminado el censo

Según la CAR las conclusiones del censo permitirán, entre otras cosas, hacer reglamentación del uso del agua, identificar zonas donde es necesario el acotamiento de rondas hídricas para proteger las márgenes de los ríos, definir la carga contaminante en diferentes sectores del río, y además iniciar proceso de concesionamiento, es decir, legalización de usuarios, ya que muchos de ellos no cuentan con permisos para la utilización del agua.

De acuerdo con la entidad territorial, luego de terminar el censo a finales de 2022 se hace una verificación de los datos entregados por el consorcio PORH-SH Río Bogotá. Según la CAR actualmente la firma ha entregado información de cinco unidades hidrográficas. Estos datos se están sistematizando en una gran base datos que implica la realización de mapas para georreferenciarlo y así a inicios de 2023 el informe sea publicado en la página de la Corporación para revisión pública.

Por otra parte, la institución recalcó que los profesionales que están elaborando el censo no están autorizados para realizar cobros ni imponer sanciones o multas, ya que únicamente requieren obtener información estadística.

Entre tanto, la entidad resaltó que de la información que se obtenga depende la formulación de proyectos que permitan a futuro trabajar para mejorar la calidad del agua y garantizar su disponibilidad.