“Sentí la necesidad de devolverlo a la vida a través de las letras” | El Nuevo Siglo
Beatriz Caballero es titiritera, dirigió el primer Festival Nacional de Títeres y el segundo Encuentro de Titiriteros; ha escrito guiones y libretos e incursionado en el cine y la televisión.
Cortesía Beatriz Caballero
Domingo, 7 de Agosto de 2022
Redacción Cultura

Luis Caballero fue uno de los pintores colombianos más arriesgados, influyentes e importantes del siglo XX en América Latina. Murió en el año 1995 y desde entonces su hermana, la escritora Beatriz Caballero, ha mantenido vivo su legado y sus visiones como artista. Por eso desempolvó sus recuerdos y todas las vivencias, y los plasmó en el libro “Luis, hermano mío”, que acaba de lanzarse el pasado miércoles en la Galería El Museo de Bogotá.

Además, Beatriz Caballero es titiritera, dirigió el primer Festival Nacional de Títeres y el segundo Encuentro de Titiriteros; ha escrito guiones y libretos. Ha incursionado en el cine y en la televisión. También ha traducido obras de teatro, ha publicado unos 10 libros y es hija del periodista y escritor Eduardo Caballero Calderón y hermana del también pintor Antonio Caballero.

Orgullo y satisfacción son los sentimientos que afloran en Beatriz al recordar al pintor fallecido, y de quien heredó sus proyectos y el manejo de su legado: obras, pinturas y dibujos, entre otros.

“Luis, hermano mío” es un retrato del pintor; en él hay biografía, memorias, diario, álbum de fotografía y anécdotas. La escritora relata minuciosamente la infancia y adultez del artista, así como sus primeros pasos en el arte.

“Si Luis se llega a enterar de que estoy escribiendo un libro sobre él, me mata. O, quién sabe, a lo mejor se muere de la curiosidad”, señala la autora en el epígrafe del libro, editado por el grupo Penguin Random House. EL NUEVO SIGLO habló con Beatriz Caballero para profundizar un poco más sobre esta publicación.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo fue la experiencia de retratar a su hermano en estas páginas?

BEATRIZ CABALLERO: Escribí en el libro la vida de mi hermano, cómo era en persona, más allá de su vida pública, y para mí ha sido un orgullo y satisfacción  sacar todos esos recuerdos. Él me enseñó muchas cosas, todo lo que soy se lo debo a él. La experiencia fue muy gratificante al plasmar en esas páginas cómo era de generoso, divertido e inteligente. Éramos muy unidos, compartíamos todo el tiempo y eso vale más que cualquier otra cosa.

ENS: ¿Cómo nació la idea de escribir un libro sobre el pintor?

BC: Sentí la necesidad de contar todo sobre mi hermano, y así nació este proyecto. Es la vida de Luis vista por su hermana menor. Quise relatar todo, desde que era un niño, las anécdotas de mamá y su personalidad. Cada día me fui llenando de él y decidí hacer una lista de recuerdos, de nuestras épocas, de nuestra niñez y escribía papelitos con sus frases que luego fui acotejando en capítulos. Ha sido un orgullo que esto me tocara a mí. Aunque por momentos entraba en contradicción porque a veces dudaba sobre qué importaba más en la vida de un artista: su obra o su vida personal. Y él era muy tímido, reservado y protector. Estar en cada momento de su vida fue un regalo para mí. Entonces, este libro relata cuándo comenzó a pintar y la forma en la que me incluyó en su vida y eso fue mi más grande orgullo.

ENS: ¿Quiere decir que este libro es un homenaje que le hace a Luis Caballero?

BC: Eso de homenaje ahora es una moda. No, solo quise plasmar los recuerdos de una hermana menor protegida por su hermano mayor. La intención es dar a conocer a Luis más allá de sus pinturas y, además, él me dejó encargada de su obra al morir. En el testamento dejó dicho que su obra era para mí y empecé a dedicarme y a meterme en el mundo del arte, sin saber cómo hacerlo pero lo he logrado. Y ya de manera comercial me dispuse a llevar sus cuadros a todos los museos de Colombia. Fui a las ciudades principales y siento que siempre ha estado en mi vida. Cada vez que llegaba a un lugar se me venían recuerdos juntos. La gente me hablaba de él, me preguntaban por él y todo eso se fue acumulando, creo que por eso tuve la necesidad de devolverlo a la vida a través de las letras.



ENS: ¿Cómo fue el día del lanzamiento del libro, qué sentimientos afloraron?

BC: Fue muy emocionante. Esa tarde en la Galería El Museo llegó mucha gente, demostrando su interés en conocer la vida de mi hermano. Yo antes había organizado los lanzamientos de dos libros míos en el museo pero nunca había sido tan emocionante como esa tarde. Luis fue un pintor muy reconocido, incluso es considerado uno de los mejores pintores del siglo XX en Colombia y para poder plasmar toda su esencia en el libro me tuve que leer todos sus textos, sus contenidos, los catálogos de sus exposiciones, lo que me ayudó a enfocar cada línea.

ENS: ¿Cuál cree usted que ha sido la mejor enseñanza que dejó el artista?

BC: El mensaje en sus obras, su maestría en el dibujo. Era excelente porque en cada pintura lograba plasmar las cosas más allá de lo visible, de lo entendible. Por ejemplo, para él los gestos de amor, erotismo, religiosidad o violencia son iguales en sus cuadros, donde no sabe distinguir si los personajes se están amando u odiando y me parece que es un elemento muy especial.

ENS: ¿Cómo ha sido su trayectoria artística?

BC: Empecé siendo titiritera, dirigí el teatro del Parque Nacional y dos festivales nacionales de títere. Me encantan los títeres, ya colgué los muñecos y tomé la escritura para niños. Poco a poco fui evolucionando e hice un libro sobre papá (Eduardo Caballero Calderón) que se llama “Papá y yo”. Luego me interesó la historia y escribí “Las siete vidas de Agustín Codazzi”. Finalmente, plasmé la vida de Luis. Hasta el momento escribo lo que he vivido en primera persona. Y actualmente estoy dedicada a continuar el legado artístico de mi hermano, estamos haciendo un catálogo de todas sus obras.

ENS: ¿Qué le ha dejado todo este mundo de las letras, de continuar con el trabajo de promoción de cuadros de Luis Caballero?

BC: He aprendido a lidiar con el mundo del arte, que es un mundo muy difícil. Esto del comercio es algo complejo; aparecen cuadros falsos y yo de tanto trajinar con ellos ya sé cuándo un cuadro es de Luis y cuándo no lo es. Ha sido todo un descubrimiento. Es apasionante lidiar con eso y poder responderle, me llena de orgullo, porque él confió en mí hasta el último día de su vida sin ninguna condición.

 

Luis Caballero, pintor