¿Cómo influye la decoración del hogar en el estado de ánimo? | El Nuevo Siglo
Los espacios pueden o no ayudar a las personas a sentir motivación y equilibrio.
Instagram Larissa Del Río
Domingo, 7 de Agosto de 2022
Redacción Cultura

El bienestar y la felicidad son dos aspectos necesarios y que todos quieren sentir al llegar a casa. Muchos estudios demuestran que la decoración del hogar y los colores que se utilizan en ella influyen directamente en el estado de ánimo, la concentración y el confort.

“¡Esa pared gris que me enferma!”, “¡no podemos vivir juntos!”, son algunas frases que sin saberlo tienen mucho que ver con la casa o apartamento donde se vive. 

De acuerdo con Larissa Del Río, pionera en psicología de espacios, el lugar en el que se habita es determinante en “nuestra calidad de vida y en la manera de asimilar los cambios en el trabajo, así como en la forma de relacionarnos”.

Larissa Del Río ha creado un modelo único que integra su profesión como psicóloga, y el diseño de interiores, la arquitectura y la decoración. Ella consigue comprender esa interacción entre las personas y su entorno, previo al comienzo de cualquier proyecto arquitectónico o de interiorismo.

Según Larissa, la psicología juega un rol primordial para asegurar que los ambientes creados por los arquitectos y/o diseñadores tengan un impacto positivo en los estados anímicos, mentales y comportamentales de los futuros habitantes. 

Ahora bien, ¿cuánto cuesta remodelar una casa en Colombia? El costo promedio de una remodelación está entre 500 mil pesos y un millón 500 mil pesos por metro cuadrado. Este valor puede variar según la zona de la casa que se desea remodelar y la complejidad de los arreglos. Significa hacer cambios profundos, estructurales y de fachada, como ampliar espacios, solucionar problemas de humedad o modificar todos los pisos del inmueble.

Sin embargo, muchos quedan frustrados al no estar satisfechos con los arreglos y no saben el porqué. Para esta psicóloga de espacios, “las personas construyen, decoran sus espacios personales con fines netamente estéticos y funcionales, pero desconocen cómo transformar sus casas en una fuente de recarga energética para cumplir sus sueños”.

Es vital entender que los espacios pueden o no ayudar a las personas a tener motivación en las mañanas, un sueño reparador, tener hábitos sanos, propiciar la creatividad, la productividad, la claridad mental, la salud emocional y en general una vida saludable.

Hoy en día la casa se ha convertido para muchos en el lugar permanente para vivir y trabajar. Allí se desempeñan múltiples actividades, desde aprovechar el comedor para el colegio virtual y home office (teletrabajo) durante el día, hasta transformarlo en la noche en el lugar de reunión para cenar juntos.

Esta nueva realidad ha obligado a las familias a invertir en sus casas, para tener una adecuada productividad. Además, “nos estamos cuestionando acerca de cómo estamos invirtiendo nuestro dinero, tiempo y energía, para tener un balance entre nuestra imagen física externa, y nuestra privacidad e intimidad”, afirma Larissa.



¿Cómo es el proceso de transformación?

La transformación de la vida de las personas a través de los espacios se desarrolla en tres sencillos pasos:

1.    El diagnóstico: se analiza la relación psicológica y emocional que tienen las personas con los diferentes espacios y objetos, para identificarse con ellos.

2.    Sanar heridas o superar duelos: porque hay que darle identidad al espacio o volverlo más acogedor.

3.    Transformación del espacio físico: en este punto, un equipo de diseñadores de interiores, arquitectos y decoradores ejecutan los cambios del espacio, basados en el concepto psicológico.

Después de todo este proceso habrá un nuevo look del espacio, ambientes más armónicos, que generen paz, calma e inspiración. También existe la opción de realizar una nueva distribución o incorporar elementos de decoración, una nueva paleta de colores, cojines, tapetes, mobiliario, para generar un cambio visual con el que se mejore la experiencia con el espacio.

Larissa también se le mide a los proyectos grandes, que impliquen cambios en las estructuras, en los acabados, ampliar o crear nuevos lugares, diseño de mobiliario a la medida, diseño de iluminación, entre otros.

Y es que la iluminación del hogar condiciona directamente el estado de ánimo.

La luz natural, especialmente la del sol, es la que más vida da a los interiores y los hace más acogedores. Por lo tanto, mejora el humor. No se siente de la misma manera cuando por la mañana los rayos de sol entran por la ventana, que cuando el día es gris y nublado. Esto se debe a que la luz natural estimula la producción de serotonina y endorfinas, lo que ayuda a aumentar el ritmo cardiaco y genera optimismo.

La luz artificial puede influir de manera diferente según la tonalidad de la luz. Una luz cálida y agradable crea una atmósfera más suave y acogedora, por lo que proporciona mayor confort. En cambio, una luz blanca puede: interferir en el ciclo de sueño provocando insomnio, desarrollar dolores de cabeza o puede aumentar el nivel de estrés.

Adicionalmente, Larissa ofrece capacitaciones sobre los colores, las texturas, los aromas, los materiales que generan bienestar y equilibrio. “Les enseño a conocerse a través de su casa, a reconectar con su hogar, a identificar los bloqueos que les impiden tener su casa soñada, a darle calidez con sus propios gustos y estilo único, para que aprendan a proyectar su belleza interior en su espacio exterior y gocen de una vida en armonía”, enfatiza.

Agrega que “lo que más me gusta de estos procesos es ver cómo con cambios en la distribución de los elementos decorativos, con sacar algunos objetos que no traen emociones agradables, con escoger una nueva paleta de colores, instantáneamente se comienzan a ver cambios en las personas, cómo reciben un nuevo aire y obtienen bienestar en todas las áreas de su vida”.

En cuanto a la paleta de colores, se recomiendan tonos claros, como el beige o el blanco, porque tienden a ser los ideales para una habitación, ya que fomentan la sensación de alegría y dinamismo.

Los colores muy saturados, como el rojo o el naranja, generan ansiedad, estrés y agresividad. Pero se pueden utilizar con moderación en detalles para aportar calidez.

Los tonos cálidos, como el marrón o el gris, son perfectos para el otoño y el invierno porque favorecen la sensación de calidez.

Es importante evitar los colores muy oscuros, porque transmiten sensación de encierro y bochorno. Y los tonos más fríos como el azul, el malva o el verde transmiten sensación de serenidad, tranquilidad y ayudan a sentirse relajado.

Cinco pasos indispensables

“La percepción que tengamos de nuestro espacio y lo que este refleja es vital para mantenernos activos y para mejorar nuestra calidad de vida”, asegura Larissa Del Río, quien recomienda estos sencillos pasos para comenzar a renovar la vida a través del espacio en el que se vive:

1- Despojarse de pertenencias que ya no sirven en la vida de las personas y que no traen los mejores recuerdos.

2- Escoger una paleta de colores con la cual sentirse identificado y que, además, evoque emociones agradables.

3- Identificar el concepto que se tiene sobre lo que es un espacio ideal, visualizar con qué objetos, colores, formas se siente mejor.

4- Es muy importante reconocer los gustos y personalidades de cada persona que haya en los espacios habitados.

5- Crear espacios de convivencia estética, de tal manera que cada integrante sienta que está representado en los ambientes.