La comedia negra abre el telón en el Teatro Libre de Bogotá | El Nuevo Siglo
Los actores Alejandro Aguilar y Ricardo Vesga harán las veces de cómplices para desarrollar una intrincada trama donde el pudor y la cordura están fuera del juego.
Cortesía Teatro Libre
Viernes, 5 de Agosto de 2022
Redacción Cultura

Con la intención de ahondar en el “mundillo” del periodismo amañado, posverdades y otros descaros, la compañía de teatro El Clan Films presenta “Discretas bestialidades”, una comedia negra bajo la dramaturgia y dirección de Santiago Merchant, en la que los actores Alejandro Aguilar y Ricardo Vesga harán las veces de cómplices para desarrollar una intrincada trama donde el pudor y la cordura están fuera del juego.

Nando (mejor conocido como Plat) fue un popular reportero de la prensa amarilla de este país. Sus artículos con fotografías polaroid y sus gacetas suplementarias de los martes en la tarde lo hicieron volar muy alto.

“Una estrategia de comunicación acertada es vital para el posicionamiento de los productos culturales”, dice.

La trama se centra en la historia de un hombre cargado de deudas e inseguridades que está a punto de colapsar. ¿La solución? Buscar al mejor asesino para que aniquile sin pudor a hombres honrados y de esta manera poder abastecerse nuevamente de novedades descarnadas a todo color. Pero su fatigosa búsqueda se ve truncada hasta que Braulio (asesino profesional quien tiene una repulsiva fobia por la gente gorda) aparece de manera inusitada como una luz de esperanza. Es así como el regordete Nando y el frívolo Braulio tendrán conversaciones muy “placenteras” alrededor de la muerte, la estética, el sobrepeso y otras discretas bestialidades.



En palabras de Merchant, el director, “la intención de valerse de la ‘obesofobia’ (tipo de fobia a la obesidad) radica en mostrar, de alguna manera, que los excesos son evidentemente repulsivos, sobre todo, los excesos que operan en el amañado Estado colombiano y que tienen que ver con la corrupción, el estatus del terror, el vejamen, la impunidad, el descaro; lo que convierte el texto en una “patáfora”, es decir, una suerte de extensión metafórica de esta metáfora misma. Una apología a la normalización de la violencia y de lo que hasta ahora parecía imposible: “la estupidez”.