Buena noticia para Bogotá-región | El Nuevo Siglo
Domingo, 31 de Julio de 2022

* Sí a financiación para segunda línea del Metro

* Troncal de la Calle 13, una obra de alto calado

 

Si algo ha quedado demostrado en lo corrido del siglo respecto a los polos de desarrollo socioeconómicos de cualquier urbe metropolitana moderna y con vocación de futuro es que los ejes transversales de los mismos tienen que sustentarse, prioritariamente, en la capacidad de movilidad de la ciudadanía y la infraestructura multimodal para responder a las demandas que en materia de transporte tenga el aparato productivo.

Bogotá, sin duda alguna, ha avanzado de forma superlativa para tratar de superar el atraso endémico en movilidad vial. Sin embargo, todavía falta mucho camino por recorrer, como lo prueba el hecho de que sea una de las capitales suramericanas en las que el recorrido de una distancia estándar tarda más tiempo comparativamente.

Es claro que la entrada en funcionamiento de más troncales del sistema articulado de transporte masivo, la progresiva organización del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), la ampliación de la red de ciclorrutas, la regulación del tráfico automotor con la medida de ‘pico y placa’ y la construcción ya en marcha de la primera línea del Metro constituyen las principales apuestas de la ciudad en materia de solución a la movilidad de pasajeros y carga. Sin embargo, la demanda en estos dos ámbitos supera claramente a la oferta, sobre todo en los términos de una ciudad-región cada vez más dinámica, como lo evidencia el hecho de que genera una cuarta parte del Producto Interno Bruto nacional.

Para enfrentar ese desafío hay proyectos de amplio calado en marcha, ya sea en etapa de diseño o en construcción. Además de las obras para la primera línea del Metro o la ampliación de Transmilenio por la 68, en la ciudad hay decenas de frente de obra abiertos. A ello se suman los desarrollos viales perimetrales en el norte de la ciudad, que comprometen esfuerzos departamentales y nacionales, así como el avance del proyecto de Tren de Cercanías, sobre todo el que comunicará entre Facatativá y la capital del país, que sería el primero en entrar en funcionamiento en tres o cuatro años.

Además de lo anterior, la semana pasada los bogotanos recibieron una muy buena noticia, ya que el Departamento Nacional de Planeación confirmó la aprobación del documento Conpes que compromete recursos para la construcción de la segunda línea del Metro y la Troncal de la Calle 13. Se trata, obviamente, de dos megaproyectos que demandarán una inversión billonaria y que una vez comiencen a operar serán trascendentales para superar el trancón en la ciudad-región. Como ocurre con todas las obras de este tipo el 70% de los recursos los aportará la Nación y el 30% restante lo pondría el Distrito Capital.

En el caso del Metro, la inversión en la segunda línea será de 34,9 billones de pesos y en la Troncal de la Calle 13 se destinarán 4,97 billones. No menos de dos millones de capitalinos se verán beneficiados sin contar con los habitantes de la ciudad-región, que día tras día sufren incontables trancones para llegar a sus sitios de destino. A ello hay que añadir que ambas soluciones de transporte ambientalmente sostenibles contribuirán a disminuir la contaminación en varias de las zonas con mayor nivel de polución en la capital del país.

Lo importante, en todo caso, es que asegurada la financiación, se proceda a seguir adelante con todos los estudios de viabilidad financiera, diseños y demás instancias. Es clave señalar que la segunda línea del Metro tendrá un trazado principalmente subterráneo, con un recorrido desde el nororiente de la ciudad en la calle 72 con Avenida Caracas, impactando a los habitantes de Chapinero, Barrios Unidos, Engativá, y Suba, hasta terminar en la zona noroccidental en Fontanar del Río, donde se emplazará el Patio Taller. Se estima que la demanda de la línea será de más de 49 mil pasajeros por hora por sentido. En cuanto a la citada Troncal de la Calle 13, los diseños señalan que iniciará en la carrera 50 hasta el límite con el río Bogotá cruzando las localidades de Fontibón y Puente Aranda. De acuerdo con Planeación Nacional, la demanda estimada del corredor es de cerca de 15 mil pasajeros por hora por sentido, que será atendida por 30 buses articulados y 74 biarticulados, con tecnología eléctrica.

Estas dos grandes apuestas en materia de infraestructura de movilidad vial se constituyen, como se dijo, en una buena noticia para los capitalinos y la región circundante. Y prueba, también, que solo pensando en grande y destinando recursos significativos se podrá superar el grave déficit que aún se tiene en materia de transporte de carga y pasajeros.