Al continuar con la compilación de tesis del Gran Reinicio, propuesto por Klaus Schwab y Thierry Malleret en el Foro Económico Mundial, hay preferencia para el caso de Colombia por una traducción orientada más hacia la Gran Reconstrucción o el Gran Restablecimiento, en aras de dilucidar los retos para este y los próximos años, con consecuencias de longitud incierta.

En el comienzo de esta trascendental legislatura se puede tener claro que las condiciones derivadas de la complejidad del manejo de una pandemia o mejor del Covid y del posCovid-19, tiene la dupla indisoluble de la Reconstrucción con Cohesión Social, vale repetirlo, como el mayor de sus desafíos.

Es este todo un reto que enfrenta el Presidente y que aunque suena bien, dadas nuestras condiciones, no es un camino fácil de armar. El fin último y difícil es, como dice Schwab: que no lleguen a ser pocos los que prosperen.

Este objetivo específico da luz al primero de los obstáculos que puede enfrentar su liderazgo, del cual se tiene plena conciencia y es llegar al punto que las dificultades por alcanzar los medios de vida (con la esperanza que no toque el hambre), el desempleo, la destrucción de emprendimientos, los temores y la salud mental, por ejemplo, estimulen un descontento social y político, además mal alimentado por una polarización empecinada o por actos de violencia e inseguridad. Hasta ahora parece haber comprensión y signos positivos en su misma favorabilidad ´

Por demás, el restablecimiento tiene que basarse en una empatía, gobernanza, conexión regional e institucional, o como se quiera titular, que de alguna manera fortalezca la relación del centro con los gobiernos locales, de la Nación y Bogotá para empezar y por supuesto de la Nación y todos los municipios. No es fácil con unas amplias brechas regionales, baja descentralización y con líderes de orillas políticas que tienen la presión de enfrentar la emergencia. De todas maneras, la credibilidad en la búsqueda de cohesión social se derrumbaría con actos de corrupción. La política de anticorrupción, transparencia y pudor de los servidores públicos es transversal.

Por último, la gestión que fortalezca la solidaridad en grande, mundial, viene a ser el hilo que hilvana la cohesión social. No se trata de eventos aislados y coyunturales, tiene que ver con la cooperación entre las naciones, donde la labor diplomática es central y se suma a una gestión por consolidar una cooperación público-privada y entre las distintas ramas del poder público, que sienten las grandes reformas estructurales atrevidas, antes tibias, que se requieran.

Reformas que como preámbulo deberían inspirarse en el estímulo al rehacer empresarial, donde también es necesaria la cooperación entre empleadores y empleados, hacia la conciencia de medidas y hechos por realizar.

En la Reconstrucción con Cohesión Social está el aprovechamiento de las oportunidades manifiestas, que puede contar con obstáculos, susceptibles de manejar con pinzas, para asegurar su potencial de transformación.

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

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