Cautela de calificadoras ante plan pospandemia | El Nuevo Siglo
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Jueves, 2 de Julio de 2020
Redacción Economía
La emergencia ha puesto sobre el tapete la situación fiscal del país que es seguida con lupa por parte de las agencias de riesgo. Las firmas prefieren esperar una reactivación de las actividades para revisar el perfil de la deuda colombiana

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El llamado del Gobierno a las calificadoras para que no determinen sus notas ante el manejo económico que el país le está dando para atender la emergencia sanitaria por el Covid-19, parece que ha tenido efecto en las firmas.

Ayer, Moody’s aclaró que no ha cambiado su calificación de mayo pasado de Baa2 estable, sino que continuamente está revisando la situación financiera del país.

Asimismo, la agencia de riesgo Standard & Poor’s (S&P), que en marzo pasado degradó la calificación crediticia de grado de inversión del país al nivel BBB-, desde estable, sobre todo por la caída en los precios internacionales del petróleo, también ha preferido esperar el desarrollo de la situación y los resultados fiscales que ha generado el coronavirus. 

La firma calificadora, sin embargo, ha resaltado del país, una larga tradición de manejo prudente de la macroeconomía, la flexibilidad de la política monetaria y cambiaria, así como una respuesta oportuna de las autoridades a la emergencia, que mitigan parcialmente el incremento en los riesgos externos.

 

Revisiones

Por su parte, la posición de Moody’s le salió al paso de un comunicado del Ministerio de Hacienda según el cual la calificadora había reafirmado su nota para el país, sin embargo, la firma aclaró que lo único que hizo fue una revisión semestral de los elementos que sustentan la calificación.

De acuerdo con información de la agencia calificadora, hizo un reporte anual sobre el país titulado “Gobierno de Colombia – Baa2 estable: análisis anual de crédito” mediante el cual profundizaron sobre los factores que sustentan la calificación actual de Baa2 con perspectiva estable.

Explicó que la última acción de calificación para el Gobierno de Colombia se produjo el 23 de mayo de 2019, cuando cambió a estable desde negativa la perspectiva de calificación del país y afirmó su calificación de Baa2.

Ayer, César Arias, director de Crédito Público y Tesoro Nacional, resaltó que, con esta decisión, Colombia se mantiene como un país grado de inversión por las tres principales calificadoras de riesgo internacional, Moody´s (Baa2), S&P Global (BBB-) y Fitch Ratings (BBB-).

 

Fortalezas

De otro lado y en un detallado informe, Moody´s analiza fortalezas y debilidades de la economía colombiana.

Entre las fortalezas que destaca la calificadora señala que “el perfil crediticio de Colombia equilibra una economía grande y relativamente resiliente -US$$324.000 millones en 2019-, una historia de políticas macroeconómicas predecibles y un sólido historial de servicio de la deuda contra una dependencia relativamente alta de los productos básicos, una base de ingresos comparativamente estrecha y una estructura de gastos rígida”.

Asimismo, indica que “la estructura favorable de la deuda de Colombia es otra fortaleza crediticia, que mitiga los riesgos derivados de una mayor carga de la deuda pública”.

Sostiene que “la deuda aumentará este año impulsada por el impacto del brote de coronavirus en el crecimiento económico, la depreciación de la moneda y la respuesta de política fiscal del Gobierno”.

Sin embargo, consideramos que los riesgos a la baja y al alza están ampliamente equilibrados ahora que las perspectivas de crecimiento a mediano plazo y el compromiso con la consolidación fiscal evitarán una erosión de la fortaleza fiscal del país.

La presión al alza sobre el perfil de crédito podría desarrollarse si el Gobierno reduce los déficits fiscales de manera sostenible, abordando los desafíos de su baja ingesta de impuestos y su rígida estructura de gastos. El crecimiento económico -a su nivel potencial de 3,5% o más- y de desequilibrios presupuestarios inferiores a lo esperado, conduciría a una disminución de los coeficientes de deuda pública, también ejercería presión al alza sobre la calificación. El aumento de los ingresos públicos también ayudaría a mejorar la asequibilidad de la deuda, para lo cual Colombia está retrasando a la mayoría de sus pares de calificación. Reforzar el marco de política fiscal, incluidos aspectos como la regla, la presupuestación y la asignación de recursos entre los diferentes niveles de gobierno, también sería positivo para el crédito.

 

Debilidades

Las debilidades crediticias de Colombia incluyen una estructura de gastos rígida y una base de ingresos estrecha, que limitan la capacidad de las autoridades para responder a futuras perturbaciones. Dada la relativa dependencia de las materias primas de Colombia y su exposición a las perturbaciones de los términos de comercio, estos desafíos son una restricción importante en el perfil crediticio de Colombia.

La presión a la baja en el perfil de crédito probablemente resultaría de la continuación del déficit primario, lo que podría conducir a un aumento persistente de las métricas de deuda pública.

Otro shock grave para el crecimiento económico también puede ejercer una presión a la baja sobre la calificación, dado que las métricas ya se han deteriorado. Surgiría una presión negativa adicional si el déficit por cuenta corriente se ampliara y el país se dependiera más de las entradas de deuda externa para financiar la brecha, y si esto condujera a un debilitamiento de los amortiguadores externos del país.

 

Lo que viene

Espera que la economía se contraiga alrededor del 5,5% en 2020 -la primera contracción anual del PIB desde 1999- como resultado del brote de coronavirus, y se expanda un 4,2%. Los resultados económicos de Colombia en 2020-21 estarán en línea con la mediana de Baa.

Pronostica una recuperación gradual que comenzará en el tercer trimestre del año y una aceleración en 2021 apoyada principalmente por la demanda interna. Sin embargo, todavía existen importantes riesgos a la baja para la recuperación económica.

Las perspectivas de crecimiento a mediano plazo seguirán dependiendo de la inversión y de que la productividad gane el potencial de crecimiento de Colombia se vea limitado por los cuellos de botella en la infraestructura, en particular el transporte.

Mejorar los cuellos de botella de la infraestructura de transporte, así como los obstáculos al comercio no arancelarios, sería clave para mejorar el potencial de exportación de la economía. La administración del presidente Iván Duque también ha hecho hincapié en la necesidad de aumentar la productividad.