ODS a medio camino | El Nuevo Siglo
Lunes, 15 de Julio de 2019
  • Reaccionar al último campanazo de la ONU
  • Pobreza, hambre y salud, principales alertas

 

El 25 de septiembre de 2015, agotada ya la agenda de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los líderes de todo el planeta decidieron ponerse unas nuevas metas globales, esta vez denominadas Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), a cumplir en un plazo de 15 años. Metas relacionadas con erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para toda la humanidad. Esa agenda, que debe estar culminada hacia 2030, requiere 17 compromisos y acciones muy puntuales de gobiernos, sector privado, sociedad civil y de cada persona en particular.

Año tras año se hace una evaluación de cómo cada país avanza en el cumplimiento de los ODS. Se evalúan de forma puntual sus indicadores en cuanto a disminución de la pobreza e indigencia, indicadores de nutrición y seguridad alimentaria, salud, educación, igualdad de género y empoderamiento de la mujer, agua y saneamiento, energía, crecimiento económico e infraestructura. También se califican la superación de la desigualdad, urbanización, producción y consumo sostenibles, lucha contra el cambio climático, protección de océanos, bosques y diversidad biológica. Igualmente se analizan aspectos relacionados con paz y justicia así como con alianzas multidisciplinarias en distintos tópicos de progreso.

El último informe sobre cómo va la agenda de cumplimiento de los ODS fue dado a conocer días atrás por el propio Secretario General de la ONU y las conclusiones no fueron las más auspiciosas. Si bien hay avances globales en varias de las metas, en algunas los porcentajes de progreso son muy lentos y en otras, lo que es más preocupante, se registran retrocesos.

Según el corte de cuentas, la estrategia aprobada por los líderes mundiales para crear un planeta más justo y saludable presenta avances en algunas áreas, como la reducción de la pobreza extrema, la inmunización generalizada, la disminución de las tasas de mortalidad infantil y el aumento del acceso de las personas a electricidad. Sin embargo, el mismo reporte advierte que esos avances son demasiado lentos y muchas personas y países vulnerables se están quedando marginadas. En ese orden de ideas, se indicó que se necesita una respuesta mucho más profunda, rápida y ambiciosa al quedar un poco más de una década para que los ODS estén cumplidos en un porcentaje potable y se produzcan la transformación social y económica en buena parte de los 193 países que comprometieron con estas metas hace cuatro años.

Dentro de las alertas dadas por la ONU, una de las más preocupantes es la que tiene ver con las acciones para combatir el cambio climático, sobre todo en lo relativo a limitar el calentamiento global a 2 grados o incluso, en el mejor de los casos a 1,5. Sin embargo, el aumento de la temperatura mundial no se ha detenido y si no se redoblan los esfuerzos y cumplimiento de metas, esta continuará creciendo de forma insostenible.

Sobre la disminución de la pobreza, Naciones Unidas advierte que si bien esta continúa disminuyendo, esa tendencia se está desacelerando y se ve complicado cumplir la meta de que a 2030 este indicador mundial no sea mayor a 3 por ciento en todo el mundo. Las guerras y los desastres naturales son una de las causas de esta desaceleración.

No menos grave es que el hambre en el mundo está de nuevo al alza. Los datos indican que más de 821 millones de personas padecían  desnutrición en 2017. En otras palabras, una de cada nueve personas no tiene suficiente que comer, siendo África el continente con la mayor prevalencia de desnutrición, en tanto que la inversión pública en la agricultura está en declive a nivel planetario.

La salud es otro de los ODS que presenta nubarrones en torno a si en la próxima década se cumplirán las metas pactadas. El informe anual indicó que se han logrado importantes avances como el aumento de la esperanza de vida, reducción de la mortalidad materna e infantil y mejoría en la lucha contra las enfermedades contagiosas más peligrosas. Sin embargo, recalca la ONU, los avances se han ido estancado o no están sucediendo lo suficientemente rápido para abordar otras enfermedades importantes, como la malaria y la tuberculosis. Además, al menos la mitad de la población mundial no tiene acceso a servicios de salud esenciales.

También se lanzaron alertas en torno a que persiste la violencia de género, así se presenten avances en otros tópicos. Y, por último, frente al ODS relacionado con el empleo, la evaluación sostiene que la productividad laboral ha aumentado y el desempleo vuelto a los niveles vistos antes de la crisis financiera de 2008. Sin embargo, la economía mundial crece a un ritmo más lento y los jóvenes tienen tres veces más probabilidades de estar desempleados que los adultos.

Cada país debe tomar atenta nota de su respectiva evaluación y tomar los correctivos, en el marco de políticas públicas de Estado. Si no se hace este esfuerzo colectivo, los ODS quedarán a medio camino en 2030 y el mundo seguirá apostando por una ruta casi suicida.