Los Chiflamicas | El Nuevo Siglo
Lunes, 15 de Julio de 2019

Hay una cabeza más arriba que aún toma whiskey y se fuma sus cigarrillos tranquilo.

Seguirle el rastro a la corrupción no es tarea fácil. Por lo mezquina se enreda, escabulle y esfuma. Eso es justo lo que pasa con los dineros de Odebrecht y la campaña de reelección de Juan Manuel Santos. La mejor explicación del método que usaron para pasarse la ley por la faja, es la carta que los expresidentes Alvaro Uribe y Andrés Pastrana presentaron a la Fiscalía el 18 de Agosto de 2017. Allí pidieron investigar a Esteban Moreno posible articulador de un mecanismo que usó empresarios para hacer giros y pagos de la campaña, configurar falsos contratos y tercerizarlos para legalizar pagos por obras que nunca se hicieron. Después de revisar las noticias de varios medios de comunicación y de tratar de hacer el mapa de la corruptela, esto es lo que se puede resumir.

Las empresas son Gistic Logistics con Andrés Sanmiguel (giros por $4 mil millones), RQG Logistics con Alvaro Quimbaya (giros por $4 mil millones), Inversiones Torrosa con Javier Torres (giros por $9 mil millones), Presoan con Edgar Alfonso Chacón ($11.900 millones) y Fagar Servicios 97L (ya liquidada) con David Portilla socio de Sanmiguel.

El señor Jorge Enrique Pizano (QEPD) quien trabajó como contralor de la concesión Ruta del Sol II, advirtió las irregularidades de seis contratos por $24 mil millones con estas empresas. Habló con su amigo Nestor Humberto Martinez, antes de que fuera fiscal, pero terminó supuestamente suicidándose.

Los chiflamicas, como se diría coloquialmente, han sido los que han terminado tras las rejas, como Ñoño Elias, quien con una penita de cinco añitos ha quedado como si él fuera el más malo de los malos.

En el caso de RQG Logistics, he dicho que tuvo contratos en el SENA (dirigido por Alfonso Prada) y en 4-72 (dirigido por Adriana Barragan esposa de Prada) por más de 30 mil millones de pesos ¿Casualidad? Se lo dije a Santos cuando querían meterme a la fuerza, una conciliación de un consorcio donde estaba RGQ Logistics por siete mil millones de pesos, por unos servicios que hoy creo, ni se debieron haber prestado. En la reunión del 11 de Octubre de 2017 con Santos le dije: “acá en el SENA está esa empresa (RGQ) denunciada por Uribe y Pastrana”. A los quince días me sacaron. Este caso me hace pensar que la investigación debe cubrir no solo la entrada de los dineros en la campaña, sino investigar el posible pago posterior con contratos en el estado por haber hecho el “favor”.

Para RQG Logistics hay cabos que falta que alguien los una. Su representante legal Álvaro Quimbaya, trabajó en la empresa Surenvios de donde se sacó a una gran parte de clientes. Montó a RGQ en el 2011 y sus ex jefes lo denunciaron en la Superintendencia de Industria y Comercio por competencia desleal. Este año la investigación arrojó resultados alarmantes para los propietarios de Surenvíos, y es que en el computador de Quimbaya, no solo encontraron rastros de deslealtad, sino que hallaron chats entre Quimbaya y Esteban Moreno en donde hablan de consignar la plata de Odebrecht en las cuentas del Partido Liberal y de la campaña. 

El rastro que hay que seguir es el de la plata. Ninguno de estos empresarios salió como “patriota” a mover dineros así como así. Alguien les pidió el favor. Y ese alguien (podría ser Esteban Moreno) siguió las órdenes de uno que estaba más arriba en la campaña de Santos. 

Lo cierto es que el entramado no fue armado por chiflamicas. Hay una cabeza más arriba que aún toma whiskey y se fuma sus cigarrillos tranquilo, porque sabe que tiene varios fusibles para quemar, antes de que la justicia llegue donde él.