Colombia cada vez está alimentando peor a sus niños: Piñeros | El Nuevo Siglo
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Lunes, 22 de Julio de 2019
Redacción Nacional

Directora de Red Papaz dijo que etiquetado frontal para alimentos ultraprocesados es un paso para corregir

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EL NUEVO SIGLO: ¿Qué ha motivado a la organización que usted lidera a impulsar esta iniciativa del etiquetado frontal para productos ultraprocesados?

CAROLINA PIÑEROS: Colombia es un país que cada vez está alimentando peor a sus niños. En ese sentido, empezamos a trabajar con el ICBF y con varias organizaciones mirando qué era lo que se podía hacer y encontramos que este es un problema especialmente de los países en vía de desarrollo.

Resulta que cambiamos nuestra forma tradicional de alimentarnos por muchas razones, por los cambios en la estructura familiar, pero de manera muy importante porque nuestros países están siendo muy interesantes para las grandes multinacionales que venden estos productos ultraprocesados.

Entonces, en el desayuno estamos dejando de dar el chocolate, la arepa, el huevo, el pan, la naranja y empezamos a ver que esos cereales de caja eran un maravilla y que tenían una gran cantidad de nutrientes y así poco a poco se fue desplazando cierto tipo de alimentos del desayuno, de la lonchera, del almuerzo, de las onces, y esto es la razón por la que Colombia entre 2010 y 2015 pasó de que uno de cada seis niños tenía sobrepeso u obesidad a uno de cada cuatro. ¿Qué es lo que pasa con estos productos ultraprocesados? El ultraprocesamiento hace que si ese producto fue al principio hecho con avena o arroz pierde sus cualidades de nutrir. Y a pesar de que le añadan vitaminas al proceso nunca el organismo humano las asimila tan bien como las asimila directamente cuando yo le doy a mi hijo un banano, un vaso de leche, una taza de arroz o un poco de avena.

ENS: ¿Cuál es el mejor tipo de etiquetado?

CP: Lo que dice la evidencia científica es que el etiquetado que ha sido más eficiente es de Chile. La Organización Mundial de la Salud (OMS) premió hace unos meses al senador Guido Girardi de ese país.

Aquí lo importante es poner unos sellos que le adviertan a la población, especialmente a los niños, a las personas ancianas de forma muy sencilla si un producto ultraprocesado es alto en azúcar, en sodio o en grasas saturadas. ¿Qué significa eso? que tengan derecho a la información. Este es un primer paso, no es la solución completa.

Si las personas tienen información va a ser más fácil tomar unas mejores decisiones.

ENS: ¿Por qué se hunden iniciativas como esta?

CP: Las razón por la que se hunden estos proyectos es por la indebida interferencia de la industria alimentaria. La ANDI es una de las organizaciones que paga unos lobistas para que hagan una presión al Estado a todo nivel. A nivel de los congresistas, pero también a nivel de los ministerios.

ENS: ¿Volverán a impulsar una iniciativa para que se implemente el etiquetado?

CP: No sabemos. Seguramente sí. El tema es que toca mirar por cuál lado hay que sacar esta reglamentación.

Lo que pasa es que Colombia necesita por lo menos cuatro leyes o cuatro reglamentaciones. Uno, los sellos frontales de advertencia en los empaques.

Dos, necesitamos también sacar la publicidad de comida chatarra. Esta es una recomendación que viene haciendo desde 2010 la Organización Mundial de la Salud. Esto nos está ocurriendo en parte por la publicidad engañosa que les dice a los padres y niños que esos productos son ideales para la lonchera, que son nutritivos, que son saludables, pero esconden la información real en cuanto a las cantidades excesivas de sodio, azúcar y grasas saturadas. En ese sentido, Chile hizo algo novedoso, estableció que estos productos que tienen uno o varios sellos no pueden tener publicidad dirigida a los niños.

La tercera acción que se requiere desde el ámbito de decisión política tiene que ver con crear unos entornos escolares saludables. Tenemos una gran preocupación: si se va a cualquier quiosco o cualquier tienda escolar, estas están repletas de estos productos no saludables.

La cuarta política que se requiere es que se empiecen a implementar los impuestos saludables. Solo tenemos el impuesto al tabaco, pero deberíamos tener, como ya tienen varios países, un impuesto a las bebidas azucaradas. Como estas bebidas son responsables de muchos problemas de salud pública deben aportar y, además, al subir el precio una de las cosas que ha demostrado la evidencia es que se desincentiva el consumo en las personas más pobres y vulnerables.

El reto que tenemos por delante es enorme, seguramente van a venir nuevos proyectos de ley. Estamos conversando con varios senadores y Representantes porque esto no es un tema de un partido político sino que tiene que ser una alianza por la salud pública que empiece a impulsar estas medidas que requiere Colombia.