Alianza indígena para proteger el Santuario de Fauna y Flora Galeras | El Nuevo Siglo
Foto cortesía Parque Nacional
Martes, 16 de Julio de 2019
Redacción Nacional

Hacer visibles las iniciativas de conservación, y en especial el proceso de gestión de los ecosistemas de alta montaña así como las formas de trabajo y relacionamiento de los diferentes actores del territorio, fue el objetivo principal del Intercambio Binacional de Experiencias en Páramo realizado con el apoyo de la Unión Europea dentro del proyecto Páramos: Biodiversidad y Recursos Hídricos en los Andes del Norte.

Este Intercambio permitió la apertura de espacios de diálogo, participación y concertación de la comunidad que habitan en las zonas de páramo comprometidos con los procesos de conservación, en donde la importancia de la identidad ancestral, cultural y el arraigo con el territorio se perfilan como aspectos importantes que deben incluirse en las estrategias de conservación.

Además, con este Intercambio realizado en el Nudo de los Pastos, territorio del pueblo indígena Pastos en el departamento de Nariño, se formularon propuestas a partir de las estrategias de conservación del territorio binacional, relacionadas con la integración de las comunidades en estos procesos, actualmente en cabeza de las entidades públicas y privadas, así como la inclusión de mecanismos de participación y el fomento e implementación de alternativas de desarrollo local sostenible.

Teófilo Moreno, integrante del Resguardo indígena Chiles, participante en el Intercambio indicó que “conservar nuestro páramo ha sido un proceso largo que involucra a los colegios, la comunidad, los líderes…avanzamos en el proceso de restauración y los complementamos con el desarrollo de nuestro saber a través de la radio comunitaria. Así logramos establecer una ruta para cuidado de nuestros páramos”.

Frente a estos procesos de gestión, y durante este Intercambio, se establecieron las bases para la conformación de una red binacional de páramo articulada a las redes ya existentes, con un plan de trabajo conjunto para ambos países y, también, la construcción de una línea base sobre el estado de conservación del ecosistema de alta montaña que comparten Colombia y Ecuador.

Experiencias del intercambio

De acuerdo con la información publicada por el Instituto Humboldt, una de las experiencias de relacionamiento que más destacó fue la alianza generada entre las Reservas de la Sociedad Civil y Tierrandina ubicada alrededor del Santuario de Flora y Fauna Galeras; a través de un proceso de generación de confianza fue posible que más de 80 reservas participaran en los procesos de conservación que además contribuyen al bienestar de los vecinos del área protegida y sobre todo, a su mantenimiento.

Por otra parte, los procesos de comunicación con los habitantes, los programas de educación ambiental, la firma de acuerdos y el seguimiento a las actividades de conservación han sido algunas de las estrategias implementadas para fortalecer el tejido social en la zona de amortiguación del Santuario.

En el Ecuador (La Libertad y Montúfar) se han establecido grupos de trabajo como los Guardias Ambientales que aportan al cuidado y mantenimiento de la Reserva Ecológica El Ángel pero que, sobre todo, generan sentido de pertenencia entre los habitantes y beneficiarios del área; mientras que en Nariño, el trabajo comunitario con niños, jóvenes y adultos ha sido la base para el mantenimiento de la Reserva.

Indicó el Instituto Humboldt que gracias al encuentro de las comunidades de Colombia y Ecuador se establecieron las similitudes entre los territorios con respecto a las retos y esfuerzos necesarios para desarrollar procesos de trabajo binacionales que permitan la conservación de este ecosistema.

Damián Ponce, representante de la Reserva Ecológica El Ángel (Ecuador) considera que la importancia del Intercambio radica en la posibilidad de que los habitantes y/o beneficiarios directos e indirectos del páramo puedan dimensionar la importancia del ecosistema a partir de la identificación de las similitudes en los procesos de acuerdos de uso de la alta montaña.

“Al igual que en Ecuador, en Colombia las comunidades han establecido acuerdos voluntarios que les permite mantener y beneficiarse de los servicios ecosistémicos como el agua; ha establecido límites respecto a las áreas de cultivo y de conservación, pues han entendido que el páramo es un regulador del recurso hídrico, el cambio climático y sobre todo, cumple la función de capturar carbono”, manifestó Ponce.

De acuerdo con la información suministrada por el Instituto Humboldt, el intercambio finalizó con la estructuración de propuestas colectivas que contribuyan a la definición de una ruta de trabajo binacional, que incluya aspectos como la interculturalidad y el conocimiento tradicional como punto de partida para continuar con la red de páramos, fortalecida por las organizaciones locales, entidades públicas y privadas al igual que las autoridades indígenas