Calor ahoga a Europa | El Nuevo Siglo
Lunes, 18 de Julio de 2022

El cambio climático, amenaza aquí y ahora

* ¿La humanidad tiene una conducta suicida?

 

La crisis que atraviesa gran parte de Europa debido a la intensa ola de calor que provoca centenares de incendios forestales en España y Portugal, la evacuación de miles de personas en Francia y una declaratoria de emergencia nacional en Reino Unido -para solo hablar de algunos países- pone de presente que los efectos catastróficos del cambio climático se están sintiendo aquí y ahora, pero cada vez con más rigor, cobrando más víctimas y deteriorando la calidad de vida, sin importar que se trate de países desarrollados o pobres.

La situación es alarmante porque se reportan dos olas de calor en menos de un mes. La de junio afectó principalmente al centro y sur del viejo continente, con Alemania y Austria muy afectadas. Y la actual canícula ha elevado las temperaturas a los 40 grados centígrados en el territorio británica, llevando a la “primera alerta roja por calor excepcional”. No menos grave es la situación en Portugal y España que han registrado máximas de 46 grados. En Francia, entre tanto, se han evacuado miles de personas de las zonas más impactadas por las conflagraciones y el calor sofocante. El turismo se ha visto disminuido en todo el continente y hay restricciones en algunas naciones en cuanto a usos del agua o actividades al aire libre.

No hay todavía un balance oficial de fallecidos pero el saldo se cuenta por centenares, con el agravante de que la Comisión Europea advirtió que casi la mitad del territorio multinacional se encuentra "en riesgo" de sequía por la disminución crítica de lluvias y el bajo nivel de reservas naturales y embalsadas. No menos complicado es que esta ola de calor se presenta en momentos en que, por efectos de la guerra en Ucrania y la respuesta rusa a las sanciones de Occidente, la disponibilidad de gas y otros combustibles claves para aires acondicionados, suministros de agua y otros sistemas de enfriamiento empieza a disminuir preocupantemente.

La Organización Meteorológica Mundial advirtió que estos episodios de calor extremo se producen dentro de la “variación natural del clima debido a los cambios en los patrones meteorológicos globales”. Pero también aclaró que el aumento de la frecuencia, duración e intensidad de estos fenómenos en las últimas décadas “está claramente relacionado con el calentamiento observado del planeta y puede atribuirse a la actividad humana”.

Pero no es solo Europa. Hay un fenómeno global y en distinta intensidad. De hecho, en California y otros estados del oeste de Estados Unidos se está registrando un pico de la sequía más grave de las últimas décadas, dejando a embalses y ríos con sus mínimos históricos y paisajes casi apocalípticos. En China la semana pasada Shanghái reportó las temperaturas más altas jamás registradas y alertó a los sectores del agro y energético. Paradójicamente en otras provincias de la potencia asiática el duro invierno era el azote principal. En México, de otro lado, el gobierno declaró días atrás una emergencia por la intensa sequía en varios estados y tomó medidas de choque para garantizar el suministro de agua…

Como se dijo, casi todos los estudios advierten que estas olas intensas de calor, que se alternan con temporadas invernales cada vez más drásticas, tienen relación directa con el cambio climático, una mayor cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero y la disminución de la biodiversidad que afecta los mecanismos naturales de absorción de gas carbónico.

La prueba de esa progresividad en el nivel de afectación del desorden climático está en que en un poco más de dos décadas de este siglo Europa ha afrontado ocho olas de calor extremo, algunas con alto saldo fatal, como ocurrió en 2003 cuando se calcula hubo más de 70 mil las muertes relacionadas en los 16 países base del bloque.

Las pérdidas económicas también son cuantiosas. Días atrás, por ejemplo, Alemania publicó un estudio según el cual por las olas de calor, lluvias e inundaciones atribuidas al calentamiento global ese país sufrió daños en los últimos años por más de 80 mil millones de euros.

No hay que llamarse a engaños: el cambio climático es la mayor amenaza a la calidad de vida de la población mundial en estos momentos. No es un problema de las próximas generaciones ni de final de siglo. Sin embargo, no por ello se ve a la mayoría de los gobiernos del planeta asumiendo compromisos de fondo para combatirlo aquí y ahora. En ese orden de ideas, el incumplimiento de las metas del Acuerdo de París termina siendo la principal prueba de una conducta de la humanidad que, según algunos expertos, es casi suicida.