Radiografía de la apuesta por el borde occidental de Bogotá | El Nuevo Siglo
Esta obra está contemplada en un Conpes de más de $30 billones, para que los grandes corredores de carga y de pasajeros aporten en la calidad de vida de la región.
Domingo, 18 de Julio de 2021
Redacción Bogotá

Uno de los cuellos de botella más complejos que tiene la ciudad ha sido el de la Calle 13, por donde ingresan la gran mayoría de pasajeros y carga a la capital del país. Este es un corredor que, además de recibir buena parte del tráfico pesado que entra y sale de la ciudad, también es la vía principal para los residentes de los municipios de Facatativá, Funza, Madrid, Mosquera, y en términos generales para quienes hacen vida en la Sabana occidental.

Aunque las últimas administraciones distritales plantearon distintas soluciones, que al final nunca se materializaron, al parecer ya hay una estrategia concreta y definitiva sobre la mesa para que esta arteria vial deje de ser un dolor de cabeza para la ciudad.

Este último capítulo comenzó a escribirse a finales de 2020 y la semana pasada terminó de consolidarse en la Casa de Nariño, cuando la alcaldesa Claudia López y el presidente Iván Duque le presentaron a la ciudad y al país el Conpes 4034 que contempla, entre otras cosas, una solución al Borde Occidental-Calle 13.

Este no es un Conpes declarativo, no es un Conpes de buenas intenciones ni filosófico; esto es una visión con recursos, una visión con obras que ya empezaron, que van a empezar, que están licitadas y tienen estudios y diseños. Lo que hoy se está presentando es la más grande transformación de nuestra ciudad capital y de nuestra región Cundinamarca. Estamos hablando de un Conpes de más de $30 billones y de los grandes corredores de carga y de pasajeros que van a mejorar la calidad de vida de esta región”, indicó el pasado 13 de julio el presidente Iván Duque.

Esta política pública, titulada “Apoyo del Gobierno nacional a la actualización del programa integral de movilidad de la región Bogotá-Cundinamarca (PIMRC)”, se trazó el mega objetivo de mejorar las tendencias de movilidad de la Región Bogotá-Cundinamarca con una visión a 2027, 2035, de largo plazo y establecer la priorización de proyectos para satisfacer las necesidades de movilidad de los habitantes de la región, y ello contempla hacerle toda una reingeniería a la 13. ¿En qué consiste?


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Lo que significa la Calle 13

Lo primero que es pertinente decir, es que la Calle 13 o Avenida Centenario es un proyecto estratégico para la Región de Bogotá-Cundinamarca, al ser el principal corredor de conexión de la ciudad, con un alto flujo de vehículos de pasajeros.

Este corredor se enmarca en una solución integral para todos los medios de transporte que lo utilizan, priorizando medios sostenibles como la bicicleta y el transporte público, como opción para los diversos viajes de trabajo entre los municipios del occidente y Bogotá.

Tan solo en transporte público se estima una carga máxima del corredor de 15.000 pasajeros hora-sentido en 2035, superior a lo que se puede movilizar a partir de un corredor con buses de transporte público sin un carril exclusivo. Así mismo, también se prevé organizar estos flujos y el uso del espacio vial, con el fin de reducir la congestión vehícular que afecta la productividad del transporte de carga.

La apuesta de esta vía

El Instituto de Desarrollo Urbano, mediante contrato 1475 de 2017, desarrolló los estudios y diseños de detalle del corredor. Estos comprenden una extensión de 11,4 km del tramo en el Distrito, desde la Carrera 50 hasta el límite occidental de Bogotá con Cundinamarca, mejorando la conexión de la ciudad con los municipios vecinos y atravesando las localidades de Fontibón y Puente Aranda.

De estos, 10,7 km se encuentran en el corredor principal y 0,7 km sobre la intersección Carrera 50. En su trazado cuenta con 6 intersecciones con corredores viales de gran importancia que conectan la ciudad de Norte a Sur, 14 estaciones y una más de cabecera para el intercambio de transporte intermunicipal.

El corredor diseñado tiene una sección transversal típica que oscila entre los 60,5 m y 71,50 m, el cual comprende dos calzadas principales por sentido con un separador central que varía en 5,0 metros y 7,0 metros de ancho.

Las calzadas exclusivas para servicios troncales se diseñaron para uno o dos carriles de 3,50 metros de ancho cada uno, y las calzadas de mixtos de cuatro carriles por sentido de 3,50 metros de ancho, para un total de 14 metros, acorde con las necesidades de circulación de diversos medios descritas en este documento.

Adicionalmente, el proyecto considera la totalidad del espacio público en ambos costados del corredor, con un ancho variable según las características físicas y urbanísticas del tramo por donde cruza, y se contempla una ciclorruta de 3 metros de ancho y 8 metros de andén.

Recientemente, el Gobierno nacional, a través de la Agencia Nacional de Infraestructura, la Gobernación de Cundinamarca y el Distrito suscribieron un convenio para la estructuración de proyectos de infraestructura urbana regional en el borde occidental de Bogotá y Cundinamarca.


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La última parte de la historia

El 3 de noviembre del año pasado, cuando la alcaldesa Claudia López socializó que su administración haría una troncal de Transmilenio por la Calle 13, advirtió que esta “podría estar siendo la peor vía del país”, pese a que es una milla de oro privilegiada por todo lo que por ella pasa.

Es clave referir que esta fue una decisión que le valió a la mandataria una lluvia de críticas, pues en campaña la candidata verde había dicho que no haría una troncal por esta vía. De hecho la mandataria había descartado una troncal por esta calle, argumentando que el Regiotram (tren de cercanías que conectará a la capital con el departamento de Cundinamarca) supliría toda la demanda de transporte público por el occidente.

Pero ese viraje de decisión se debió a que a principios del año pasado, cuando se desencadenó la pandemia en la ciudad de Bogotá, el Distrito implementó en esta vía uno de los carriles exclusivos para bicicletas, lo que terminó aumentando de forma considerable los tiempos para salir de Bogotá.

Esta decisión terminó, pasados unos meses, en una movilización que realizaron transportadores de carga pesada, conductores de buses intermunicipales y carros particulares, para que se eliminara dicho bicicarril.

Poco después la alcaldesa López firmó un acuerdo con la Gobernación de Cundinamarca con el fin de mejorar la movilidad, y anunció que se construiría la troncal de Transmilenio. No obstante, aclaró que no sería la misma troncal proyectada por la administración Peñalosa, que ya tenía estudios y diseños con un avance del 92%.

Por último, en un extenso diagnóstico, el Conpes establece que es claro que en los municipios aledaños a la capital los viajes han crecido a una tasa anual superior a la de Bogotá; se ha registrado un descenso en la participación de los medios sostenibles (transporte público y no motorizados) en los viajes cotidianos; y se han profundizado algunas externalidades negativas asociadas al transporte como la congestión vehicular, contaminación ambiental, siniestralidad vial y un acceso desigual al sistema de transporte y a las oportunidades que ofrece el territorio; todo eso es lo que esta intervención espera mitigar.