Semblante de un presidente | El Nuevo Siglo
Sábado, 16 de Junio de 2018

En la proximidad de las elecciones para Presidente, sin lugar a dudas, cualquier ciudadano quiere tener la satisfacción, a mediano plazo, de haber escogido la mejor opción con responsabilidad del futuro.

En la conciencia del voto siempre entra en juego el deseo de un cambio. Es por esto que esta última sea la palabra que más resuena en la persuasión electoral. Y es evidente que la política, bien entendida, trae consigo la capacidad del líder para transformar una realidad y mejorarla. En algunas circunstancias, sin embargo, se quiere defender también la facultad para darle continuidad a hechos que necesitan consolidarse.

Si bien esa combinación de fuerzas son claves, y más cuando se trata de escoger entre diferentes tendencias, la izquierda y la derecha, donde muchos ya tienen una firme posición, en realidad viene a entrar en juego, de manera muy importante, y casi que inconsciente, la emoción que despierta el candidato.

“Si el semblante de la virtud pudiera verse, enamoraría a todos”, es frase de  Platón y en el fondo, si el voto “en contra de” no primara, esto podría contar de gran forma para quienes aún tienen incertidumbre.

Ya en la recta final de estas elecciones me llegó un mensaje muy certero que no requería tampoco mucha explicación: “La razón para votar por Iván Duque es Iván Duque”. Y es la mejor de las invitaciones.

Resilencia, dijo ser una de sus palabras preferidas. Esa capacidad para adaptarse a situaciones adversas, para afrontarlas y salir incluso fortalecido de ellas. Actitud que Colombia necesita y que ejerce en medio de una campaña bien polarizada.

Duque pudo contener la agresividad de los debates con la línea de “es con soluciones y no con agresiones” y es de esperar que sea ésta una conducta para imprimir en su gobierno. De ahí que los argumentos sean parte de su talante, junto con su fórmula presidencial, Marta Lucía Ramírez, con quien han hecho una notable sinergia.   

Bien se le ha reconocido como una figura fresca, que invita a “volver a creer”, a tener esperanza en un nuevo futuro y en distintas formas de ejercer la política.

La admiración por su padre, pero más allá su sensibilidad por su ausencia, hace parte de ese ser, que como dijera Dickens: “Abre los pulmones, lava el semblante, ejercita los ojos y suaviza el temperamento, así que llora”.

Su visión de país, a semejanza de un árbol -en un país con triste tasa de reforestación-, nace de la libertad y el orden, raíces de una economía con sentido social y sostenibilidad ambiental, que se sienta en la legalidad, el emprendimiento y la equidad.

Así entrelaza un serio programa con la identidad con el fútbol, los artistas,  quienes lo han apoyado a lo largo de la vida, su aprecio por la lectura y por el vallenato. Esto le da la posibilidad de acercarse a la comunidad y deja sin razones para quienes decían “no lo conoce nadie” o no tiene autonomía e independencia. #EsDuque.

 

*  Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI