Entender a Duque | El Nuevo Siglo
Jueves, 10 de Junio de 2021

El arte de gobernar demanda mucha habilidad, destreza y firmeza en sus propósitos. El presidente Duque ha sido consecuente desde su campaña hasta lo que lleva de su mandato. Él advirtió estar lejos de la confrontación y de la polarización. Le ha sido muy difícil mantener esa premisa, sin embargo la ha cumplido, no obstante las críticas y calificativos de debilidad gubernativa.

Duque ha salido adelante en sus posiciones. En las primeras marchas campesinas el Presidente desgastó las caravanas de los indígenas que llegaron hasta la Plaza de Bolívar y tuvieron que regresar a sus tierras sin ningún triunfo.

La actual situación difícil ha cobrado un alto costo en vidas, heridos, afectaciones a la infraestructura, comercio y economía, así como brutales ataques a la fuerza pública por vándalos y terroristas pagados, trayendo enorme desprestigio al Gobierno y a la Policía, al punto de acabar recibiendo una visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a verificar la “barbarie del gobierno”. Tendrá que regresar con los crespos hechos, cuando comprueben que Colombia es un Estado de Derecho y el gobierno Duque respetuoso de las protestas, pero firme en el control del país.

El presidente Duque ha actuado con mesura, cálculo e inteligencia, no cabe duda. Aunque muchos lo tilden de débil, es más bien la consecuencia de ser fiel a sus propósitos cristianos de no devolver golpe con golpe. Ha controlado a un Comité de Paro estratégico, planificado e instruido para no permitir ningún arreglo, puesto que el fin no es obtener beneficios para los representados, sino el debilitamiento del Gobierno y del sistema para dar cabida a la fuerza opositora de cara a las próximas elecciones.

A la oposición no le interesa deponer al Presidente, eso sería un craso error. Le interesa que la derecha y centroderecha pierdan credibilidad y apoyo del electorado, para así poder erigirse en 2022 con sus planteamientos socialistas e instaurar un nuevo régimen, conocido en la región mas no experimentado en Colombia.   

Es fácil criticar desde afuera, pero estar en los zapatos del gobernante es otra cosa. Haber procedido con fuerza bruta hubiese sido peor para la estabilidad del país. Cuando un mandatario como Duque decide llevar el control evitando guerra, no cayendo en el juego del contrario, más bien debilitando sus intenciones, es la mejor medida.

Hay que entender al presidente Duque, pues le ha sido difícil con una pandemia creciente, el cierre del comercio, la afectación de la economía, los paros, bloqueos, exigencias, marchas, vandalismo, delincuencia, problemas en gobernabilidad y próximamente las elecciones. No obstante, el país creció económicamente un 3,2%, luchando contra el desempleo. Tenemos democracia y un gobierno respetable y honesto.

Si queremos que la democracia se mantenga en Colombia, que no nos lleguen aventuras socialistas devastadoras, debemos entender y respaldar al Gobierno, las instituciones y al Presidente, que son garantía de paz y estabilidad. Lo contrario es ponernos la soga al cuello para después lamentarlo.

arangodiego@hotmail.com