Sigue disparidad en la generación de empleo en el mundo | El Nuevo Siglo
EL DESEMPLEO en el mundo está afectando a las poblaciones con menos oportunidades de desarrollo en el mundo. /AFP
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Domingo, 4 de Junio de 2023
Redacción Economía

LAS CRISIS que se refuerzan mutuamente están afectando de manera desproporcionada a naciones en desarrollo, agravando las disparidades en materia de empleo entre países de altos y bajos ingresos, indica el más reciente reporte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Se prevé que en 2023 el desempleo mundial disminuya a los niveles anteriores a la pandemia Covid-19, hasta 191 millones de personas, una tasa global de 5,3 %, pero con los países de bajos ingresos muy atrás en el proceso de recuperación.

La OIT considera que los países de bajos ingresos de África y la región árabe tienen pocas probabilidades de recuperar este año los niveles de empleo anteriores a la pandemia.

Se estima que la tasa de desempleo de 2023 para África del Norte se ubicará en 11,2 % (10,9 % en 2019), con 6,3 % para África al sur del Sahara (5,7 % en 2019), y 9,3 % para los Estados árabes (8,7% en 2019).

Otras regiones han logrado reducir sus tasas de manera sustancial, por debajo de los niveles anteriores a la crisis, y es el caso de América Latina y el Caribe. También ocurre en Europa del norte, meridional y occidental, con un estimado de 6,3 % (7 % en 2019) y en Asia central y occidental, cuyo desempleo se calcula en 7,8 % (9,2 % inmediatamente antes de la pandemia).

En América del Norte hay similitud en las cifras de 2019 y 2023, con un desempleo de 3,9 % en 2019 y estimado de 4 % en 2023.

Bajos ingresos

El informe subraya que los países de bajos ingresos agobiados por la deuda enfrentan una brecha de empleo muy alta, que llega hasta 25 %, frente a 11 % en los países en desarrollo con bajo riesgo de sobreendeudamiento.

Esa crisis de deuda exacerba las dificultades encaradas a raíz de la pandemia y avivadas por situaciones como la guerra en Ucrania y otros conflictos armados, las interrupciones en las cadenas de comercio y suministro de alimentos, y la inflación en ese rubro y en los productos energéticos.

Más allá de las tasas de desempleo, un nuevo indicador desarrollado por la OIT, la brecha de empleo, ofrece una medida más exhaustiva de la demanda insatisfecha de empleo, sobre todo en los países en desarrollo. Comprende todas las personas que desearían trabajar, pero no tienen un empleo.

Los países de bajos ingresos enfrentan la mayor tasa de brecha de empleo, de un alarmante 21,5 %; en los países de ingresos medios se sitúa en poco más de 11 %, y los países de altos ingresos registran las tasas más bajas, de 8,2 %.

Además, las naciones de bajos ingresos constituyen el único grupo de países que ha registrado un incremento a largo plazo de la tasa de brecha de empleo, de 19,1 % en 2005 a 21,5 %.

Para los países en desarrollo, las dificultades financieras y fiscales obstaculizan las respuestas a amenazas complejas como conflictos, catástrofes y crisis económicas que se refuerzan mutuamente (policrisis), agravando la brecha de empleo.

Protección social

El estudio evidencia, además, carencias significativas en políticas de protección social en los países en desarrollo y aporta nuevas pruebas de que mayores inversiones en este ámbito aportarían beneficios económicos, sociales y del empleo, y reducirían la brecha mundial de empleo.

Se analizan el tema de las pensiones básicas de vejez, en especial en los países de ingresos medios-bajos y de ingresos bajos, donde solo 38,6 % y 23,2 % de los ancianos reciben, respectivamente, una pensión, frente a 77,5 % a nivel mundial.

La introducción de una pensión de ancianidad en los países en desarrollo aumentaría su producto interno bruto (PIB) per cápita en 14,8 % en 10 años, proyecta la OIT.



Además, reduciría la pobreza extrema (porcentaje de personas que viven con menos de 2,15 dólares diarios) en seis puntos porcentuales, una reducción drástica de la tasa actual de 15,5 %.

La financiación de la protección social es difícil, pero no imposible, sostiene el informe. Para los países en desarrollo, el costo anual de las pensiones de vejez al nivel de las líneas de pobreza nacional equivaldría a 1,6 por ciento de su PIB.

El informe, finalmente, destaca la importancia vital de crear un espacio fiscal para las inversiones sociales en los países de bajos ingresos, lo que debe ser considerado con urgencia como parte de la discusión actual sobre la reforma de la arquitectura financiera internacional.

Proyecciones

El número de desempleados en el mundo se reducirá en 1 millón en 2023, según las previsiones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

“Según las proyecciones basadas en las estimaciones más recientes de la OIT, la tasa mundial de desempleo descenderá 0,1 puntos porcentuales en 2023” para alcanzar una tasa del 5,3 %, indicó la organización con sede en Ginebra.

El número de personas sin empleo se reducirá así de 192 millones en 2022 a 191 millones en 2023, contra lo que pronosticaba la agencia de Naciones Unidas hace algunos meses. A mediados de enero, la OIT calculaba que iba a haber tres millones de desempleados más para este año.

Esta mejora de las previsiones refleja sin embargo “una resiliencia mayor a la esperada en los países de ingreso alto, y no una recuperación generalizada”, advirtió el organismo especializado de Naciones Unidas.

La región de América Latina y el Caribe sale bien parada y pertenece al bloque de regiones del mundo que lograron reducir sus tasas de desempleo “por debajo de los niveles previos a la crisis” del Covid-19, subrayó la OIT.

Es también el caso de Europa del Norte, del Oeste y del Sur, así como de Asia Central y Occidental.

En cambio, otras regiones como África del Norte, África Subsahariana y algunos Estados árabes aún no han vuelto a los niveles previos a la crisis.

América Latina

En Latinoamérica y el Caribe, la tasa de desempleo bajó del 8 % en 2019 al 7 % en 2022 y se reducirá al 6,7 % en 2023, según el informe.

El panorama laboral de 2022 de la OIT, publicado en febrero, destacó, sin embargo, la baja calidad del empleo en la región y los efectos de la inflación en los salarios.

Los trabajos informales representaron entre 40 y 80 % de los empleos generados entre el tercer trimestre de 2020 y el tercer trimestre de 2022, señaló el documento publicado en febrero.

Los países cuyas tasas de desempleo no se redujeron a los niveles de 2019, y en particular los más endeudados, “necesitan con urgencia ayuda internacional y coordinación multilateral para abordar los persistentes déficits de empleo y las crecientes desigualdades”, instó la OIT.

El llamado del organismo internacional se produce a tres semanas de la “Cumbre para un nuevo pacto financiero mundial”, que tendrá lugar el 22 y 23 de junio en París. La cita dará un nuevo impulso a las discusiones sobre los mecanismos de solidaridad financiera entre países desarrollados y Estados vulnerables.