“La última cinta de Krapp” en tablas bogotanas | El Nuevo Siglo
Broderick, nacido en Melbourne, en 1935, ha hecho su casa en Colombia desde 1969. Sus versiones de Shakespeare han sido montadas con éxito por diferentes compañías teatrales colombianas.
Foto La Maldita Vanidad
Martes, 31 de Mayo de 2022
Redacción Cultura

Un clásico de la literatura de Samuel Beckett será llevado a las tablas bogotanas con la presentación de “La última cinta de Krapp”, una adaptación de Camilo Carvajal, protagonizada por el célebre actor y escritor de biografías Joe Broderick.

El escenario del teatro La Maldita Vanidad acogerá esta puesta en escena, que estará en temporada desde este jueves hasta este domingo, a las 8:00 p.m. La obra, además, contó con la producción de Yisley Bonilla y la traducción de Broderick.

En esta obra, su protagonista, Krapp, es un viejo solitario, a todas luces un escritor que ha tenido poco reconocimiento. En vísperas de su cumpleaños tiene la costumbre, desde muy joven, de grabar un recuerdo del año que acaba de vivir. Esta noche, antes de grabar, decide escuchar una cinta de 30 años atrás, cuando estaba “en la cresta de la ola… o casi”. Se burla de sí mismo como joven lleno de planes y pretensiones. Pero finalmente se conmueve al pensar en las oportunidades perdidas, sobre todo en el amor que rechazó, evidentemente para dedicarse a su “opus magnum”, obra que en realidad nunca realizó.

Beckett evoca aquí muchos detalles de su propios recuerdos (su primer enamoramiento, la muerte de su madre, la “revelación” que tuvo acerca de su propósito como escritor, entre otros) y con ellos ha armado una obra llena de nostalgia y de un amargo humor que, en el breve lapso de menos de una hora, nos permite conocer íntimamente la vida entera de su personaje.

Broderick, nacido en Melbourne, en 1935, ha hecho su casa en Colombia desde 1969, obteniendo cédula de ciudadanía en el 2013. Es el autor de varios libros, que incluyen “Samuel Beckett”, “La Tragicomedia de la vida (Panamericana)”, y de traducciones para el Teatro Nacional de obras de autores como David Mamet, Harold Pinter y Patrick Barber, entre otros.



Sus versiones de Shakespeare (“Hamlet”, “Otelo”, “Macbeth” y “Medida por Medida”) han sido montadas con éxito por diferentes compañías teatrales colombianas. Broderick empezó a actuar en escena en 2010 con su adaptación de “Primer amor” de Samuel Beckett bajo la dirección de Manolo Orjuela. Su versión de “La última cinta” de Krapp, dirigida por Camilo Carvajal, se estrenó en 2014, y después de numerosas funciones en Colombia, se presentó en México en 2018, en el marco de la reunión anual del International Samuel Beckett Society.

La compañía que está a cargo de esta obra es El Anhelo del Salmón, una asociación artística que funciona como centro de estudio para las artes y la sostenibilidad. Fue creada en el 2006 por profesionales de las artes escénicas y, desde entonces, completa 15 años de trayectoria ininterrumpida. Fue a partir de 2019 que migró su epicentro a la ruralidad. Lugar en donde ha establecido un modelo integral para el estudio de las artes anclado a procesos agroecológicos, ambientales, turísticos y de emprendimientos integrales, tanto para sí mismos como para la formación de la comunidad y del resto del país.

Por su parte, Carvajal inició su formación musical en el género folclórico llanero colombiano con los instrumentos de cuatro, capachos y arpa. Se dedica con gran interés al teatro con su maestro y mentor, Mario Jurado, quien lo guio y asesoró para continuar sus estudios en la academia Rubén Di Pietro. A temprana edad inicia en la docencia y la dirección en la Casa de la Cultura, área de Teatro, en el municipio de Mosquera, ganando como mejor director de obra del departamento.

Ha dirigido “Las lágrimas amargas de Petra”, “Von Kant” de Rainer Fassbinder, y de un texto de su propia autoría “Cinco mujeres, un mismo trato”, que dirigió junto a Alejandra Borrero. Es fundador de la Asociación Artística El Anhelo del Salmón, con la que ha actuado en “Esperando a Godot” de Samuel Beckett y “El misántropo” de Moliere, ambas bajo la dirección de Everett Dixon y “Hay que apagar el fuego” de Carlos Gorostiza, dirigida por Mario Jurado.