La tragedia en Texas | El Nuevo Siglo
Jueves, 26 de Mayo de 2022

* 35 muertes diarias por armas de fuego en EE.UU.

+ Resurge el debate con posturas más polarizadas  

 

Un joven de 18 años de edad asesinó el pasado martes a diecinueve niños y dos profesoras en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas (Estados Unidos), un hecho dramático y doloroso que, lamentablemente, cada vez es más recurrente. Este es el tiroteo masivo número 38 en lo que va corrido del año en instituciones educativas de ese país. 

La relación de los habitantes de Estados Unidos con las armas de fuego y su afición por las mismas es única en el mundo, con consecuencias en violencia y muerte que tampoco tienen comparación. Hay más armas que personas (120 por cada 100 habitantes, según Small Arms Survey). Un informe de Gallup señaló que hay al menos un arma en el 44% de los hogares y que un tercio de la población posee una, sobre todo porque son muy fáciles de comprar. Como se sabe, poseer y portar armas de fuego en esa nación es un derecho constitucional, en tanto que fabricarlas es un negocio muy rentable que pone alrededor de 10 millones de unidades en el mercado cada año.

Estados Unidos es el país desarrollado con más muertes por violencia armada en el mundo y, algo peor, las armas de fuego son la principal causa de muerte de menores de edad, con 4.368 víctimas en el 2020. Aunque algunas estadísticas disgregan los decesos producidos por tiroteos y masacres de las cifras sobre asesinatos, suicidios y accidentes, otras señalan que en esta nación mueren 35 personas diariamente por armas de fuego. Sin embargo, lo más impactante es que 45 mil vidas se perdieron en 2021 por esta causa.

Lo peor de esta tragedia es que entre más crece el saldo fatal, más se endurece la resistencia interna a que se modifique la Segunda Enmienda que da alcance constitucional a la venta y uso libre de armas así como la oposición a que el Congreso y el Gobierno establezcan medidas para limitar la compra y el porte de las mismas.  Los representantes y senadores del Partido Republicano se mantienen inamovibles en su postura de las últimas décadas en torno a defender este derecho y por ello bloquean cualquier iniciativa gubernamental o del partido Demócrata para restringirlo o, incluso, eliminarlo.

Desde que comenzó su administración, y en respuesta a la sucesión de masacres, el presidente Biden ha intentado impulsar algunas medidas restrictivas, hasta ahora sin éxito. Cualquier iniciativa al respecto se estrella con una poderosa y hasta ahora imbatible alianza entre los republicanos y la Asociación Nacional del Rifle, que reúne a las principales redes de defensores de armas en el país.

Esta situación sorprende porque va en contravía de experiencias como las de Reino Unido, Australia, Sudáfrica y Nueva Zelanda, donde las restricciones a la compra y uso de armas se tradujeron en notables disminuciones en el número de víctimas de ataques y homicidios. Para algunos expertos el debate en EE.UU. se opone a la voluntad que expresa la mayoría en estudios de opinión realizados para aprobar medidas como crear bases de datos sobre el mercado de armas o evitar su venta a personas registradas como peligrosas por autoridades de policía o entidades de salud mental.

En el 2021 la Cámara de Representantes aprobó una ley que exige que los vendedores verifiquen los antecedentes de todos los compradores de armas, pero la norma permanece bloqueada en el Senado por congresistas que parecen anteponer al derecho a la vida, el de portarlas y usarlas.

La Corte Suprema dictaminó en el 2008 que la Segunda Enmienda protege el derecho de los individuos a tener y portar armas en casa por defensa propia, y en la actualidad estudia una disputa en torno de una ley de transporte oculto de Nueva York que podría facilitar las restricciones a las armas de asalto o al uso de los cargadores de alta velocidad.

Mientras se define qué pasará con estas reformas lo más probable, a juzgar por lo ocurrido a lo largo de este año, es que Estados Unidos siga corriendo el riesgo de registrar situaciones como las de Texas: un joven desadaptado de 18 años compró libre y legalmente un rifle de asalto y mató con él a diecinueve niños y dos maestras. Una circunstancia, lamentablemente, recurrente en un país que, como muchos otros, registra conflictos culturales y políticos, así como alta incidencia de individuos con problemas de salud mental o aislamiento social pero que, a diferencia con otras naciones, permite la libre e indiscriminada venta y porte de armas de todo tipo.