Vacuna contra Covid: estudio de U. de Oxford avanza a paso firme | El Nuevo Siglo
Foto archivo Anadolu
Viernes, 22 de Mayo de 2020
Redacción internacional
Peso pesado en la investigación biológica, iniciará ensayos clínicos con adultos mayores y niños menores de 5 años. Es tan probable que resulte efectiva, que farmacéutica AstraZeneca firmó para producirla y distribuirla.

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EN una competencia global y contra el reloj para salvar la humanidad está enfrascada la comunidad científica casi que desde el mismo momento en que apareció el virulento Covid-19 que tiene arrinconado al mundo y que amenaza con un marcado retroceso en el desarrollo humano.

Hay cientos de investigaciones sobre el coronavirus, que van desde descifrar su genoma, determinar su origen, hallar el paciente cero y establecer las razones de su letal mutación hasta descubrir la fórmula para neutralizarlo o exterminarlo.

En esta carrera de la comunidad científica, según registra la Organización Mundial de la Salud, hay decenas de proyectos dedicados a encontrar la forma de generar anticuerpos y 118 en el desarrollo de una vacuna, entre los que destacan los hallazgos realizados por Israel, Japón, Estados Unidos, Reino Unido y China, cuna de la pandemia.

En los proyectos que trabajan en inmunización al Covid-19 está en primera línea el de la británica Universidad de Oxford, uno de los ocho que en el mundo realizan ensayos clínicos en humanos, porque  se encuentra en segunda fase  de los mismos, es decir en la ampliación del universo de dichas pruebas.

La vacuna que ha desarrollado está basada en un adenovirus modificado de chimpancé y tras lograr positivos resultados en la primera fase, con la inmunización en abril a mil voluntarios entre 18 y 55 años, comenzará la próxima semana a hacerlo con más de 10 mil, pero adultos y niños.

Andrew Pollard, jefe del grupo de vacunas de Oxford, aseguró que “los estudios clínicos están progresando muy bien. Se mantiene seguimiento a los voluntarios de la primera fase y ahora buscamos en esta nueva fase incluir a los grupos de 56-69 años, personas de más de 70 años y de entre 5 y 12 años”.

El objetivo de esta ampliación de los ensayos es evaluar la respuesta inmunológica a la vacuna en personas de diferentes edades, “para averiguar si existe una variación en la respuesta del sistema inmunológico en personas mayores o niños y así probar si brinda protección a la población en general”, agregó el científico.

Si se surte con positivos resultados se avanzará hacia la tercera fase, cuya fecha de inicio se desconoce, y que buscará determinar cómo funciona la vacuna en un gran número de personas mayores de 18 años (serán 30 mil participantes y un ensayo pediátrico). Y aunque solo hasta entonces se podrá tener la evidencia científica de haber desarrollado la inmunización contra el coronavirus, los avances registrados son un paso esperanzador hacia ello.

De hecho, por lo alcanzado, la investigación de la Universidad de Oxford desarrollada en parte con el apoyo financiero estatal de US$104 millones, acaba de suscribir un acuerdo con el gigante farmacéutico AstraZeneca para la fabricación y distribución mundial de la vacuna si se comprueba su eficacia.

A su vez, dicha farmacéutica recibió una contribución de US$1.000 millones de dólares de la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado de Estados Unidos para ampliar la producción hasta mil millones de dosis. 

En un comunicado, la compañía indicó que está colaborando con varios países y organizaciones multilaterales "para hacer que la potencial vacuna de la Universidad de Oxford sea ampliamente accesible en todo el mundo de manera equitativa".

Si todo va viento en popa y la U. de Oxford logra la vacuna contra el coronavirus, 30 millones de dosis podrían estar disponibles para el Reino Unido en septiembre y, en poco tiempo, millones más para distribuir en el mundo.

“Estamos muy orgullosos de colaborar con la Universidad de Oxford para convertir su trabajo innovador en un medicamento que se pueda producir a escala mundial. Nos gustaría agradecer a los Gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido por su apoyo sustancial para acelerar el desarrollo y la producción de la vacuna. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que esta vacuna esté disponible de forma rápida y amplia", señaló Pascal Sopriot, director ejecutivo de AstraZeneca.

Después de finalizar su acuerdo de licencia con Oxford, la farmacéutica renombró la vacuna potencial como AZD1222. Anteriormente se nombraba como ChAdOx1 nCoV-19

Pero el proyecto de esta universidad no es el único que descolla en la comunidad científica, ya que el Imperial College de Londres, que trabaja en una vacuna basada en el ARN, que utiliza una forma de codificación genética para crear una inoculación que instruye a las células a provocar una respuesta inmune a la Covid-19 tiene también grandes avances. El gobierno conservador de Boris Johnson le ha dado un apoyo de US$52 millones.

Junto a estos pesos pesados de la investigación biológica hay una docena de proyectos en fase de ensayos clínicos, pero ninguno tan avanzando como el de la U. de Oxford. London School of Hygiene & Tropical Medicine indica que existe un proyecto chino, dirigido por la empresa CanSino que prevé en pocos tiempo iniciar la fase II, mientras que otros tres, también de ese país (Instituto Médico Shenzhen y el laboratorio Sinovac) no han concluido con la primera etapa de ensayos.

Entre tanto Estados Unidos tiene dos proyectos en esa misma fase, uno conducido por la empresa de biotecnología Moderna en asociación con los Institutos Nacionales de Salud Estadounidenses (NIH) y otro por la compañía de biotecnología Inovio Pharmaceuticals; mientras que en Alemania está el que realiza el laboratorio BioNTech.

Se sabe que Israel y Japón, líderes en los proyectos para determinar la forma de generar anticuerpos para así poder desarrollar fármacos, están dando sus primeros pasos en el desarrollo de una vacuna.

Como lo han dicho científicos, médicos y gobernantes, el mundo no podrá recuperar su seguridad sino hasta que se logre un arma eficaz contra el coronavirus. Sin embargo, la esperanza de hallarla, más temprano que tarde, comienza a visualizarse. La U. de Oxford da otro firme paso hacia el descubrimiento de la anhelada vacuna.