¿Hora de acelerar el gobierno de las buenas prácticas? | El Nuevo Siglo
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Viernes, 15 de Mayo de 2020
Redacción Política
Expertos opinan qué tanto le servirá a nuestro país para su proceso de recuperación posCovid-19 pertenecer a ese club de naciones con modernas políticas públicas

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¿Cuál debe ser el modelo país al que debe apuntar Colombia en el marco del plan de reactivación económica y social una vez supere la fase crítica de la pandemia de Covid-19?

Para algunos expertos la solución está a la mano, e incluso hace apenas unos días se dio el paso más fundamental: el pasado 28 de abril Colombia se convirtió oficialmente en el Estado miembro número 37 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Depositar ese día en París el instrumento de adhesión sólo fue posible luego de que el 3 de marzo la Corte Constitucional avaló Ley 1958 de 2019 que aprobó el tratado.

La OCDE es un organismo que se especializa en formular políticas públicas y modelos de gobierno para generar cambios estructurales, modernos y efectivos en ámbitos como la agricultura; asuntos sociales y de bienestar; biotecnología y seguridad química; ciencia y tecnología; combate a la corrupción; competitividad nacional; comercio; desarrollo regional (rural y urbano); desarrollo sustentable y crecimiento verde; economía y crecimiento; educación; empleo; empresa, industria y servicios; energía; política fiscal; gobierno y administración pública; gobierno corporativo; industria pesquera; inversiones; medio ambiente; mercados financieros; migración; salud; seguros y pensiones; y tecnologías de la información y de las comunicaciones.

Para más coincidencia, la confirmación del ingreso de Colombia  se dio en el marco de una videoconferencia sobre “Repotenciación de la Economía, perspectivas de la OCDE para enfrentar la coyuntura sanitaria ocasionada por el Covid-19”. Foro en el que participaban la vicepresidente Martha Lucía Ramírez, el director de Planeación Nacional y los ministros de Relaciones Exteriores, Ambiente y de Cultura de nuestro país así como el secretario general de la Organización, Ángel Gurría; la jefe de gabinete, Gabriela Ramos; expertos y más de 100 delegados de distintas organizaciones y gremios.

No hay que olvidar que Colombia fue invitada a ser miembro de la OCDE en mayo de 2018, tras un largo proceso en el gobierno Santos para poder cumplir los estándares mínimos que exige esa organización para todos sus miembros en múltiples campos.

Nuevo escenario

¿Qué tanto el modelo de buenas prácticas de gobierno que impulsa la OCDE puede ser ahora la hoja de ruta que requiere el país para volver por el sendero del mayor crecimiento económico de América Latina y reducción de la pobreza?

En declaraciones a RCN radio días atrás, la coordinadora del proceso de acceso a la OCDE, Catalina Crane, indicó que el ingreso con plenas facultades de Colombia a esa organización podía ayudar a mantener la confianza inversionista en el país en medio de la difícil coyuntura por la pandemia.

“Estamos en un momento en el que el mundo necesita de la confianza, necesitamos evitar la salida de los capitales, necesitamos financiamiento externo y mostrar confianza en las instituciones… El ingreso muestra que Colombia es capaz de corregir y transformar sus políticas… En ningún momento se pondría en riesgo por la pandemia la pertenencia de ningún país a la OCDE. Es más, esto nos sirve para mirar qué nos puede ayudar en esta crisis y qué no”, precisó.

A su turno, el exministro de Hacienda, Juan Camilo Restrepo, explicó a EL NUEVO SIGLO que las pautas de la OCDE “no son obligatorias sino orientadoras de los países. De manera que en la pospandemia todo lo que se puede hacer y todo lo que hay que hacer no necesariamente lo va a dictar la OCDE. La obligación es de los colombianos a inventar y reinventar. La OCDE puede dar algunas orientaciones que sean útiles para ese gran reinvento, pero somos los colombianos los que debemos implementar esas herramientas a través de la ley”.

“En materia de tributación, por ejemplo, lo que dicen las leyes tributarias lo definen los colombianos. De esta pandemia va a salir la necesidad no solo para financiar los gastos, sino la oportunidad de hacer una legislación mucho más equitativa, más progresiva y más dinámica. De esta pandemia van a quedar más pobres los pobres y más indigentes los indigentes. Por eso la responsabilidad de reformarla está en las autoridades colombianas, para lo cual la OCDE puede ser útil pero no definitiva”.

Entretanto, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Enrique Bedoya, en diálogo con este Diario, indicó que “hay que mirar si las buenas prácticas de esa Organización se tienen que reinventar para todos los países miembros como consecuencia de la pandemia. Sin duda alguna, el país va a poder mirar, de las buenas prácticas de la OCDE, cuáles son útiles para aquellos sectores que no han sido tan afectados y cuáles de los afectados se pueden ver beneficiados de esas buenas prácticas. Indudablemente lo primero que tiene que hacer Colombia es comenzar a recoger esas buenas prácticas que hoy existen y mirar qué se puede aplicar en este momento. Ya las otras, inclusive al interior de la OCDE, habrá que revisarlas”.

Por otro lado, el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, indicó a EL NUEVO SIGLO que “el reciente acceso de Colombia ante la OCDE es una oportunidad muy importante en este momento crítico, porque abre la oportunidad de tener un intercambio con los diferentes países de esta organización que se distinguen por sus buenas prácticas. Ser miembro de este club permite la posibilidad de comparar las medidas de política pública y eso es muy importante en este momento, porque la incertidumbre es muy alta y ese club de países tiene esos mecanismos de intercambio de información que pueden ser muy útiles para la coyuntura y para la recuperación”.

“No hay que confundir a la OCDE con el FMI o con el Banco Mundial. Estos son organismos multilaterales que ponen  condicionamientos a los países para otorgar créditos. La OCDE no es un organismo de crédito ni tampoco obliga a que los países tomen ciertas medidas. Estamos hablando de un mecanismo de intercambio de información y estadísticas comparables. Con el ingreso de Colombia nuestro país se va a poder medir constante y sistemáticamente en una cantidad de dimensiones y variables a lo largo de los próximos años”.

EL NUEVO SIGLO también habló con el representante Juan David Vélez, del Centro Democrático, quien fue ponente del proyecto de ley de ratificación del tratado de adhesión a la OCDE.  “Nuestro país comenzará a recibir retroalimentación de buenas prácticas que, sin duda alguna, traerá grandes beneficios. Esa nueva realidad (por el Covid-19) necesita buenas prácticas en materia de salud, comercio y protección a la industria nacional”.

Otro de los ponentes, el parlamentario César Eugenio Martínez, sostuvo a este Diario que “el mundo va a cambiar y seguramente lo que era prioritario en el pasado puede cambiar. No se puede desestimar este tratado sino, por el contrario, esperemos que traiga medidas innovadoras para ayudarle a la estructura de desarrollo económico del país. Colombia ha hecho un esfuerzo por pertenecer a la OCDE y ahora lo que hay que buscar es que nos sea útil. Ese es un gran desafío”.   

Por último, el senador Berner Zambrano, de La U, también ponente, indicó que “Colombia como miembro de la OCDE debe aprovechar que allí también están otros países que han salido de grandes dificultades y gozan de toda la experiencia en esos procesos. Colombia deberá aprovechar para recibir ese conocimiento”.