Calentamiento global y cambio climático | El Nuevo Siglo
Foto archivo El Nuevo Siglo
Sábado, 18 de Mayo de 2019
Alvaro Sánchez

Recuerdo con nostalgia que mi abuela materna tenía una olla mágica, olla que heredó mi mamá y que creo que jamás tendrá otro destino; en casa de mi abuela o en mi casa paterna se solía decir “tranquilo mijo venga con él que donde comen tres comen cuatro” o “traiga a su amigo también que donde comen cuatro comen cinco” o “venga con todos ellos mijito que donde comen cinco comen seis”. Siempre me pregunté cual sería el límite de dichas frases pues siguiendo esa lógica podríamos haber acabado compitiendo con la multiplicación de los panes y los peces; sin embargo, es de deducir que habría algún momento en que ya no se podría extender más la invitación.

Y me detengo a pensar en este tema por cuanto encuentro cierta similitud con el grado de irresponsabilidad, por decir lo menos, con el que nos enfrentamos en la sociedad moderna a los fenómenos de cambio climático y calentamiento global; se lee en todos los estudios recientes que el planeta tendrá un aumento en su temperatura promedio de entre 1 y 1,5 grados en las próximas tres décadas, y se oyen frecuentes comentarios sobre lo poco que esto significa y la posibilidad de vivir con esa pequeña diferencia de más “un grado mas o un grado menos que podrían significar”.

Pues bien, significan muchísimo en términos de recursos útiles para la supervivencia de los seres humanos; significa la disminución paulatina de las posibilidades humanas de sobrevivir en el planeta debido a la afectación de los ecosistemas y a la desaparición o extinción de especies vitales para nuestra vida, como por ejemplo las abejas. Significa la desaparición de amplias franjas de terrenos costeros, las inundaciones en aumento y la merma significativa de los casquetes polares y de los nevados, con las consecuencias de estos hechos que incidirán directamente en el equilibrio del planeta.

Pero los problemas no paran ahí, el más grave de todos no tiene que ver directamente con el calentamiento promedio del globo terráqueo, tiene que ver con el denominado Cambio Climático, fenómeno que hace que se surtan una serie de cambios en los niveles extremos de frío y de calor en las diferentes regiones y que cambien los regímenes y las intensidades de las épocas de lluvia y de sequía en todos los rincones del planeta; este cambio hará, según todos los pronósticos, que las tierras, hoy fértiles, de nuestras altiplanicies, tiendan a secarse y a desertizarse y las zonas del pacífico colombiano tiendan a tener grandes inundaciones. No se trata de una novela para el siglo XXII, se trata de fechas que fácilmente muchos de los lectores llegarán a vivir y que con seguridad vivirán los hijos de la mayoría de ellos.

Entre tanto seguimos pensando que el problema se soluciona mediante las redes sociales, que tiene que ver con hacer grandes manifestaciones de desprecio por el desarrollo y por promover un animalismo y un conservacionismo a ultranza; malas noticias, hay que hacer algo práctico y real o vamos directo al abismo.

Colombia tiene el poco honroso sexto lugar entre los países con mayor deforestación en el planeta, pero el aún menos honroso segundo lugar en índice de deforestación por área; deforestación generada por la siembra de cultivos ilícitos, la minería ilegal y el movimiento de la frontera agrícola; Colombia sigue disponiendo sus residuos mediante rellenos sanitarios que generan entre 7 y 28 metros cúbicos de metano por tonelada dispuesta; Colombia sigue teniendo ganaderías extensivas que aumentan el problema en forma exponencial. Pero lo más grave, Colombia no esta tomando las riendas del asunto y el problema se agrava mientras se inauguran soluciones que no pasan de ser pañitos de agua tibia.

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