Leal Daccarett viste de fiesta al Bogotá Fashion Week | El Nuevo Siglo
Foto cortesía Leal Daccarett
Miércoles, 18 de Mayo de 2022
Catalina Jaramillo Uribe

Por Catalina Jaramillo Uribe*

Especial para EL NUEVO SIGLO

Cuando hablamos de dúos creativos, Leal Daccarett es un buen punto de referencia. La marca fue fundada hace trece años por Francisco Leal y Karen Daccarett, dos colombianos que se encontraron estudiando en el corazón de la moda en Italia -para ser más específicos en el Instituto Marangoni- y quienes descubrieron, a través de sus talentos, la unión perfecta para dar a la luz a una marca inspirada en su apreciación de Colombia, vista a través de la lente de un inmigrante que se deja maravillar por su majestuosa hermosura.

Fue un proceso de valentía, dependencia y egocentrismo, en el buen sentido”, dijo Francisco Leal. “Queríamos hacer una marca colombiana, de la que se sintieran orgullosos y pudiéramos llegar a todas partes del mundo”.

No es de extrañar que la historia de la firma haya partido de la concepción de ver a Colombia con los ojos de una persona desde afuera y que sus creaciones tengan como fin reconocer nuestro saber hacer, mediante una perspectiva mundial. Gracias a diseñadores como ellos, en compañía de otros genios de la moda colombiana, como Johanna Ortiz, Esteban Cortázar, Andrés Otálora, entre otros, el panorama internacional tiene su mirada puesta en la industria de este país, debido a su admirable diseño, belleza artística y excelencia humana.

EL NUEVO SIGLO habló con los diseñadores, momentos antes de presentar la colección ‘El Contento 2022’, la encargada de abrir las pasarelas en formato presencial del Bogotá Fashion Week y, como siempre, totalmente deslumbrante.

Antes de su entrada, ya podía apreciarse el pálpito del desfile con el relato del comunicado: Esto era puro currulao. Pura melaza en el aire, cuando La Fantástica llega perdida al pueblo del Contento, estas tres esquinas que no prometían le abrieron las puertas a ser ella misma, narraba el texto. “Era tanta vibra, tanta vida que el alma se le salía del cuerpo. En la tienda soñaba, con el primero bailaba, con el segundo cantaba y cada cosita la inspiraba. Era Colombia y Colombia era fiesta, no se necesitaba nada”, concluía armoniosamente.

Entre líneas se evidenciaba que el objetivo de los anfitriones era dar vida a uno de los eventos más esperados del año. Estábamos invitados a una gran fiesta en el Palacio de San Francisco, uno de los lugares más emblemáticos de la capital, obra maestra de estilo neoclásico diseñado por el arquitecto francés Gastón Lelarge.

Sin duda alguna, este fue el espacio idóneo elegido por los creativos para conmemorar el regreso a las pasarelas físicas de la marca, después de dos años de pandemia. “Color, sabrosura, vibra, tumbao y brillo”, la emoción de vernos otra vez, sentir la energía del ambiente y apreciar de cerca la exquisitez de los looks, había vuelto… “Bienvenidos a El Contento, donde en cualquier esquina se arma una gran fiesta”, enunciaba la invitación.



Una explosión creativa

Rodeados por elementos arquitectónicos de diversos periodos, un artdeco característico del edificio y maravillosas obras de Gómez Campuzano, los diseñadores contaban la emoción que les producía estar de nuevo en una pasarela presencial: “Estamos encantados de poder volver a presentar un desfile de Leal Dacarett y en nuestra casa”, expresó uno de los creativos.

Un sentimiento que envolvió al público, cuando en medio de la fiesta de El Contento, las prendas se deslizaron rápidamente en una muestra vibrante, con volúmenes arriesgados, piezas estructuradas y tonalidades enérgicas. Una completa visión moderna de la feminidad y la atemporalidad, fresca y adorable, que dio homenaje a las siluetas escultóricas con mangas recargadas que abrazan el ADN de la firma. 

“Es una colección de celebración”, manifestó Francisco emotivo, mientras miraba con complicidad a su esposa y compañera Karen Daccarett; les pregunté sobre su inspiración. Y ahí fue cuando él empezó a hablar sobre el amor de ambos por Colombia, por Latinoamérica y su cultura popular. Para esta ocasión, añadió, “nos inspiramos en los plumeros que se ven en las tiendas, en las cortinas que se abren, en la idea que donde hay dos colombianos juntos hay fiesta, en las entradas de los mercados, en el juego de la rana y el dominó”.

Un estilo que impactó por el uso de lentejuelas, plumas, siluetas no ajustadas, mucho brillo, color, fuerza y cortes arquitectónicos mostrando, como lo dijo su diseñadora: “una comodidad de impacto”, es decir, prendas que destilan una cómoda elegancia.

Por otra parte, se hizo evidente una sensibilidad especial en los materiales. Cada prenda procesaba una cuidada selección entre terciopelos, plumas de marabú, tafetas y seda, algunos de los cuales declaró Karen “son cruelty free”. El enfoque de la marca es altamente consciente en un momento en el que la moda apuesta por la sostenibilidad. 

En una exposición de piezas destinadas a viajar y volar internacionalmente, Leal Daccarett dejó huella en el marco de la inauguración del Bogotá Fashion Week, que esta vez cuenta con la participación de 161 marcas cuidadosamente seleccionadas y curadas por la Cámara de Comercio, con el propósito de posicionar a Bogotá como epicentro de moda.