Biden afloja tuercas a regímenes de Venezuela y Cuba | El Nuevo Siglo
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Martes, 17 de Mayo de 2022
Redacción internacional con AFP y Europa Press

Con la esperanza de que den pasos hacia la democracia, en Venezuela con la reinstalación del diálogo político y en Cuba con mayores oportunidades económicas para sus habitantes que de paso refuercen sus aspiraciones de libertad, el gobierno estadounidense de Joe Biden levantó algunas sanciones contra esos regímenes.

Días después de que el secretario de Estado, Antony Blinken, conversará con el dirigente opositor Juan Guaidó, a quien reconoce como el "presidente interino" de Venezuela y de las reuniones en Caracas entre altos representantes del gobierno estadounidense con el régimen Maduro, la Casa Blanca decidió flexibilizar, de manera ilimitada, de algunas de las sanciones con el fin de impulsar la reanudación del diálogo político.

Esta decisión está "vinculada a un acuerdo entre ambas partes para reanudar las negociaciones" en Ciudad de México para encontrar una solución a la crisis política venezolana, "que deberían anunciar muy pronto", dijo un alto funcionario estadounidense. 

El alto responsable dijo que este "alivio de sanciones" a Venezuela se refiere sobre todo a una "licencia limitada" otorgada al grupo petrolero estadounidense Chevron en el contexto del embargo al crudo venezolano, impuesto por Washington a Caracas en 2019 con la esperanza de sacar del poder a Maduro.

La exención "autoriza a Chevron a negociar los términos de las posibles actividades futuras en Venezuela" pero "no permite cerrar ningún nuevo acuerdo con (la petrolera estatal venezolana) Pdvsa", explicó.

El Tesoro estadounidense tiene previsto revelar "otra medida" más adelante, añadió.

Y enfatizó: "Ninguno de estos alivios de presión conduciría a un aumento de ingresos para el régimen".

El gobierno de Maduro, reelegido hasta 2025 en comicios denunciados como fraudulentos por varios países, y la Plataforma Unitaria de Venezuela, que agrupa a la oposición, iniciaron a mediados de agosto conversaciones en Ciudad de México para poner fin a la aguda crisis política y económica del país.

Pero Maduro suspendió las pláticas en octubre en rechazo a la extradición a Estados Unidos del empresario Alex Saab, acusado de ser su testaferro.

Esta flexibilización de la política estadounidense hacia Venezuela se conoce al día siguiente del levantamiento de ciertas restricciones de Washington con relación a Cuba, dos países que, al igual que Nicaragua, Estados Unidos considera dictaduras.

También se anuncia cuando faltan tres semanas para la IX Cumbre de las Américas organizada por el gobierno de Biden en junio en Los Ángeles y que México y otros países de la región amenazan con boicotear si hay países excluidos.

Decisiones para Cuba

¿Un paso forzado por Cuba tras amenazar con una migración masiva o el convencimiento Estados Unidos que será una vía para incentivar las exigencias prodemocracia en la isla? Esas son las dudas generadas tras el anuncio del gobierno Biden de reversar varias de las restricciones que su antecesor republicano impuso a ese régimen.

Tan sólo dos semanas después de que se realizara el primer diálogo de alto nivel en Washington entre representantes de Biden y del cubano Miguel Díaz Canel, la Casa Blanca anunció el levantamiento de una serie de restricciones, entre ellas los vuelos comerciales a varias ciudades de la isla, la reunificación de familias en suelo estadounidense una vez surtidos los canales regulares de migración, la reanudación del proceso de visas en La Habana, pero sobre todo, el envío ilimitado de remesas y no sólo a familiares.

Aunque el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, aseguró que “con estas medidas pretendemos apoyar las aspiraciones de libertad y mayores oportunidades económicas de los cubanos para que puedan llevar una vida exitosa en su hogar", varios congresistas, inclusive del partido demócrata, expresaron su rechazo al levantamiento de las restricciones que operaban desde 2017.

Así, el senador republicano y de origen cubano Marco Rubio sostuvo que “el régimen en Cuba amenazó a Biden con la migración masiva y tiene simpatizantes dentro de la administración y el resultado es que hoy vemos los primeros pasos hacia las políticas de Obama sobre Cuba".

Pero el descontento fue más allá de la oposición republicana. El también congresista, presidente del Comité de Relaciones Exteriores y activo dirigente demócrata Bob Menéndez expresó “seamos claros, aquellos que aún piensan que incrementar los viajes servirá para fomentar la democracia en Cuba están simplemente negándose a reconocer la realidad”.


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Agregó que "el anuncio corre el riesgo de enviar el mensaje equivocado a las personas equivocadas en el momento equivocado y por las razones equivocadas", al tiempo que denunció que el gobierno de Miguel Díaz-Canel "continúa su persecución despiadada de innumerables cubanos" por participar en las protestas de hace un año. 

A esas voces se sumaron la de otros parlamentarios y hasta del exilio cubano en Miami quienes consideraron que si bien las medidas ayudarán a aliviar en parte las necesidades de sus familiares en La Habana no hay garantías de que el régimen las desvíe o se adueñe de ellas.

El Departamento de Estado agregó que estas decisiones surgen tras la revisión de la política hacia La Habana prometida por Biden cuando llegó a la Casa Blanca en enero de 2021, pero que comenzó a tomar forma tras las históricas protestas que sacudieron a Cuba en julio pasado y, por la cuales hay cientos de condenados con penas excesivas.

Remesas, sin límite

En el paquete de flexibilización hacia la isla anunciada por el Departamento de Estado destaca que, de ahora en adelante, ya no habrá tope para los envíos de dinero, los cuales podrán dirigirse no sólo a familiares sino a “empresarios cubanos independientes”.

Como se recordará, entre las primeras medidas adoptadas por el entonces presidente Donald Trump, fue fijar un límite máximo de US$1.000 dólares trimestrales en los envíos de cubanos en el exilio a sus familias, así como la suspensión de los trámites de visado en La Habana, lo que llevó a que en septiembre de 2017 se redujera a mínima la operación de la embajada estadounidense y cuando se denunciaron "ataques sónicos" que afectaron la salud de sus diplomáticos meses atrás.

Ahora se podrá enviar cualquier cantidad de dinero a Cuba y se autoriza que, además de los familiares, podrán girarse a cubanos que tengan empresas. Sin embargo, según acotó el Departamento de Estado, "seguirán prohibidas las remesas a través de Fincimex", propiedad de GAESA, un conglomerado empresarial controlado por las fuerzas armadas cubanas. 

Trump limitó en 2019 las transferencias formales de dinero a Cuba, sostén para muchas familias y clave para la economía cubana, y en 2020 sancionó a Fincimex para evitar que el gobierno cubano se beneficiara como intermediario. 

El comunicado del Departamento de Estado enfatiza en que se “garantizará que las remesas fluyan más libremente hacia el pueblo cubano sin enriquecer a quienes cometen abusos contra los derechos humanos” y para ello se mantendrán las “entidades de la Lista restringida de Cuba”.

Pero esa es solo una de las restricciones levantadas. Las otras tienen que ver con la reanudación y aumento de los vuelos entre Estados Unidos y la isla, habilitando conexiones a otras ciudades además de La Habana. De igual forma, se quita la prohibición para determinados viajes en grupo y prometió, aunque sin definir cómo ni cuándo, un acceso amplio a internet en la isla.

El gobierno Biden también anunció que restablecerá el programa CFRP, suspendido desde 2017 y que permite a ciudadanos y residentes estadounidenses reunirse en Estados Unidos con sus familiares cubanos y que para ello aumentará la capacidad de procesamiento de solicitudes de visa en La Habana, mientras sigue haciendo la mayoría de estos trámites migratorios en Guyana.

Cuba calificó de "paso limitado en la dirección correcta" esta flexibilización, pero resaltó que "no modifica" el embargo vigente desde hace seis décadas.