El testigo rodeado | El Nuevo Siglo
Lunes, 16 de Mayo de 2022

Tres veces he visitado “El Testigo”, la exposición permanente del invaluable trabajo de Jesús Abad Colorado que enhorabuena acogió la Universidad Nacional de Colombia en el claustro de San Agustín en Bogotá. Las cuatro salas con más de 500 fotografías son hoy un lugar de la memoria. Un documento único sobre el conflicto armado.

El registro en la lente de Jesús Abad es un legado para la historia de Colombia. El cual, debe ser conservado y ojalá todos los colombianos puedan conocerlo. Sin embargo, a veces la visita para el diálogo silencioso con las miles de voces del testigo, paradójicamente no se hace fácil por los vaivenes y el ajetreo de la seguridad alrededor de este espacio cultural en el centro histórico de la ciudad.

El claustro y el testigo están rodeados por los lugares del poder político y militar. Vecinos de la Casa de Nariño, sede de la Presidencial de la Republica. En la calle de atrás por la sede de la Vicepresidencia. Al frente, por el batallón Guardia Presidencial y en la esquina sur oriental, el Ministerio de Hacienda. A una calle, hacia los cerros de la ciudad, el edificio del Congreso de la República. Es tal vez la zona más vigilada del país político-administrativo. Por eso, cuando dejan caminar por allí se puede percibir, en cierta forma, el pulso de la situación de orden público y de cercanía o distanciamiento del gobierno con los ciudadanos. Actualmente las calles que rodean la Casa de Nariño están bloqueadas por la custodia militar, y transitar se dificulta como pasó el viernes 13 de mayo, dirigiéndonos con mi hijo a visitar el testigo.

A dos cuadras del claustro, en la esquina del Archivo Nacional, había un puesto de control de acceso, efectivos de la policía nacional preguntan a las personas ¿a dónde se dirigen? Cuando dijimos al Claustro de San Agustín, respondieron “eso está cerrado hoy, no hay visitas. De allá llamaron esta mañana para avisar.” Como también íbamos para el edificio del Archivo Nacional pudimos entrar a la zona. Todo el tramo de la avenida 7 entre carreras 6 y 9 está con barreras físicas, carros militares y efectivos de todas las fuerzas. Cerca de la puerta del Claustro “solo pueden pasar funcionarios con carnet” dicen los soldados. Vamos al claustro a visitar el testigo; y pudimos entrar. Estaba abierto. Transitar por esta zona como espacio público no resulta amable para el visitante, es más bien intimidante.

Visitar “El Testigo2 es un diálogo con muchas voces de la población indígena, afro y campesina que particularmente han padecido las violencias del conflicto. Es ver la exuberancia del paisaje en su majestad y en su degradación por el impacto de la guerra; de la fauna silvestre y doméstica también abusada y sometida por la fuerza del conflicto. Presencias de la Colombia abandonada que en cada imagen obtenida por Abad registran la soledad y el sufrimiento. Y también las solidaridades que las víctimas despliegan en medio de la tragedia y que al final las logra mantener con vida y esperanza.

Es valioso que la Universidad Nacional, a través del claustro de San Agustín y la exposición, posibilite que el testigo siga contando su historia y que Colombia pueda avanzar en la construcción de las memorias del conflicto.

@Fer_GuzmanR