La prensa en la mira | El Nuevo Siglo
Domingo, 15 de Mayo de 2022

* Más periodistas asesinados en el mundo

* México y Ucrania, las mayores alertas

 

La libertad de prensa es una de las columnas vertebrales no solo del sistema democrático sino, ante todo, del respeto a las garantías fundamentales de las que debe gozar todo ser humano, sin importar su origen político, ideológico, religioso, económico, social, étnico, territorial… Lamentablemente la situación del periodismo es cada día más crítica, no solo por los ataques directos contra los comunicadores para impedirles ejercer su labor informativa, sino por múltiples mecanismos de censura y presión contra la prensa. Una circunstancia que si bien es más marcada y visible en países con regímenes autoritarios, también se presenta, aunque a menor escala y por vías menos evidentes, en muchas otras naciones.

Lo ocurrido en los últimos días es una prueba trágica e impactante de las amenazas que se ciernen sobre la libertad de prensa. En Chile, por ejemplo, la periodista Francisca Sandoval resultó gravemente herida cuando cubría una manifestación popular el pasado 1 de mayo y falleció el jueves pasado. Este fin de semana hubo protestas en Santiago por lo sucedido, en tanto las autoridades dicen tener ya a un sospechoso en custodia.

En México la situación es peor, al punto que todas las organizaciones que defienden la libertad de prensa a nivel continental y global advierten que se trata del país peligroso en todo el planeta para el periodismo. Las cifras son impactantes: en apenas cuatro meses y medio de 2022 han sido asesinados once comunicadores, siendo una reportera y su camarógrafa las últimas víctimas, luego de ser atacadas a tiros en un estacionamiento comercial de un poblado de Veracruz.

En Haití la situación no es mejor, por cuanto tres periodistas han muerto en lo corrido de este año mientras cubrían enfrentamientos entre pandillas o protestas sociales".

A lo anterior hay que sumar ataques a la prensa en otros países, aunque resulta claro que los regímenes de Nicaragua, Venezuela y Cuba continúan en el top de naciones que más restringen y censuran a los medios de comunicación, acudiendo a presiones de tipo político, económico, jurídico e incluso al encarcelamiento y eliminación física de los periodistas.

En el otro lado del mundo, también el periodismo está de luto. La reportera palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh fue impactada por un disparo el miércoles pasado cuando informaba sobre desórdenes tras una operación militar en un campo de refugiados de Cisjordania. En medio de la alta tensión en la zona, hasta el sepelio de la comunicadora terminó de nuevo en refriegas, luego de enfrentamientos entre fuerzas israelíes y manifestantes.

En la guerra en Ucrania la situación también es muy peligrosa para los periodistas locales y extranjeros que llevan más de dos meses cubriendo la evolución de la invasión rusa a ese país. En medio de un álgido cruce de acusaciones y desmentidos, las autoridades de ambos bandos señalan que no menos de 15 trabajadores de los medios de comunicación han resultados muertos o heridos. Se habla de víctimas por bombardeos, francotiradores y combates indiscriminados que violan todos los preceptos del Derecho Internacional Humanitario. Como si fuera poco, hay procesos judiciales contra reporteros, columnistas y analistas que alguna de las partes considera subjetivamente que ‘simpatizan con el enemigo’.

La valentía de los periodistas para hacer conocer al mundo la realidad de los que está pasando en esta guerra llevó, incluso, a que días atrás el jurado de los prestigiosos premios Pulitzer otorgaran una mención especial a los medios y reporteros ucranianos.

Como se ve, el panorama es muy sombrío. Los informes del Comité para la Protección de los Periodistas, la Unesco, Reporteros sin Fronteras y la Sociedad Interamericana de Prensa, entre otros, coinciden en que los medios de comunicación atraviesan graves momentos por esta ola de violencia, presiones, censura e incluso problemáticas derivadas del duro impacto de la pandemia a nivel global.

Ya el año pasado más de 55 trabajadores de la prensa resultaron asesinatos en todo el mundo. Lo más grave es que muchos de estos crímenes continúan en la impunidad. De hecho, al comienzo de este año la Unesco advertía que el 87% de los homicidios contra periodistas cometidos desde el 2006 seguían sin resolverse.

Paradójicamente, mientras que en 2021 se registró una baja en materia de víctimas mortales, este año la tendencia va rumbo a revertirse por lo que está ocurriendo en México, la guerra en Ucrania y el incremento de las acciones violentas contra la prensa libre por parte de gobiernos y facciones autoritarias de distinta laya en varias zonas del planeta.

Más allá de las condenas de la prensa internacional, es urgente que los gobiernos de cada país se comprometan a respetar en toda su integralidad la libertad de prensa, no solo por ser esta una garantía fundamental sino porque en medio de la desinformación, manipulación y peligrosa fruición en las redes sociales, el periodismo serio, objetivo y de buena fe es más necesario que nunca antes.