Amenazas al mundo | El Nuevo Siglo
Miércoles, 11 de Mayo de 2022

En los últimos años la tierra ha sufrido tremendas arremetidas de la naturaleza trayendo con ello grandes desastres en diversos puntos del planeta. Los terremotos, maremotos y tsunamis. Los incendios forestales e inundaciones muestran una actividad sísmica y violenta de la naturaleza, unida a la mano irresponsable del hombre.

Esos fenómenos telúricos en parte se deben, según expertos geólogos, a cambios y alteraciones en las diferentes placas terrestres, que producen fricción dejando como resultados movimientos de gran intensidad. Esta situación ha existido desde la formación de la tierra, pues no debemos olvidar que se trata de un órgano vivo con actividad permanente en su interior, con grandes temperaturas, placas en fricción constante, así como presiones de agua subterránea que generan vapores y gases, como consecuencia erupciones volcánicas. Es una respuesta natural del ejercicio de la vida del planeta y su evolución como cuerpo vivo integral.

A los ojos de la gente, ya no se perciben temblores de menos de 5 grados, si lo hay, éstos pasan inadvertidos. A diario se producen al menos 50 temblores en diferentes grados de intensidad que no se mencionan. La diferencia con el hoy y el ayer es la comunicación, cuando se dio el terremoto y tsunami del Japón en 1923, aquí se supo meses después, y eso que dejó 200 mil muertos y todo el país destruido. Desde luego no había los grandes edificios de hoy ni puentes ni autopistas, pocos carros, tampoco trenes y barcos de alto calado. Mucho menos televisión, ni internet o celulares con video y comunicación en línea.

Pero miremos solo esta pequeña estadística de estos años: en 2004 en el océano Índico el tsunami dejo 275.000 muertos y miles de desaparecidos; en 2010 Haití sufrió un terremoto de 7.3 grados: 316 mil muertos y destrucción total; Chile terremoto tsunami de 8.8 grados, 500 mil casas desplomadas; en Pakistán un monzón con inundaciones dejando a una cuarta parte de la población sin techo; Rusia, Australia y Colombia sufrieron terribles inundaciones con cientos de miles de damnificados y pérdidas. Los tsunamis y terremotos del Japón son recurrentes; y así sucesivamente seguirán muchos más, pero esto no significa que el mundo se vaya a acabar. Desde luego será algún día, pero todavía está muy lejano.

No obstante, el grave peligro no es solamente de la naturaleza porque ésta es cambiante y siempre da oportunidades. El problema es la mano del hombre que con su ingenio nos está colocando al borde de la extinción con las guerras, los programas nucleares, el calentamiento global y las pruebas atómicas bajo las profundidades del mar y la corteza sólida. El peligro es el hombre, por las plantas de reacción nuclear y en un desencadenamiento como lo podría ser la Fukushima en Japón y lo que fue Chernóbil, son ejemplos de lo que podría suceder, si no se decide ya el desarme nuclear acabando las plantas de enriquecimiento de uranio y producción atómica. Ese es el reto de la humanidad si no queremos volar en pedazos.

arangodiego@hotmail.com