Rusia no es Putin | El Nuevo Siglo
Martes, 10 de Mayo de 2022

La imagen del jefe de la operación militar especial en Ucrania debe diferenciarse de la que corresponde a ciento cuarenta y cinco millones de habitantes de los diez y seis países que después de la disolución de la Unión Soviética a finales de 1991 integran la Federación Rusa, pobladores de la novena parte de la tierra firme del globo.

Me gustan los iconos, el ballet de Bolshoi, el Lago de los Cisnes, Ana Karenina, Crimen y Castigo, la literatura que gira alrededor de éxitos y fracasos de personajes históricos, admiro museos, artistas, arquitectura, el Kremlin, a los intelectuales rusos, a las Universidades, a investigadores, cosmonautas, deportistas, profesionales.  El pueblo ruso no es enemigo de los Estados tildado de tales por defender la civilización y la vigencia de los derechos humanos.

Las dolorosas escenas de crímenes de guerra, devastación y destrucción en Ucrania, las muertes de civiles, la separación de familias, los miles de difuntos y heridos de las Fuerzas Armadas Rusas, la pérdida de barcos, tanques, aviones, los abusos cometidos contra la soberanía de Ucrania, prueban insensatez, que la raza humana corre peligro de extinción por culpa de la irracionalidad.

Equivocación de Boris Yeltsin el primer día del año 2002, cuando renunció de su cargo, entregar la presidencia al antiguo funcionario del temible cuerpo de seguridad KGB y erróneo por parte de la mayoría de electores en comicios respaldar un gobierno ejercido con criterio personalista, que ha conformado un grupo dueño de prebendas, enquistado alrededor del autócrata. 

Fallaron en el 2017 los directivos de la Organización Para la Prohibición de Armas Nucleares (OPAC) al decretar su prohibición en Rusia bajo la supervisión de Vladimir Putin, pensando que éste colaboraría en el fortalecimiento y reorganización de la Organización de Naciones Unidas (ONU), al suponer que así se avanzaría en la consecución del nuevo orden mundial basado en cooperación mutua y paz.

 El pueblo ruso no es enemigo de los Estados calificados como tales por defender la vida, millones de ciudadanos de la Federación muestran interés en adquirir libertad, no comparten el acontecer de la invasión despiadada. Importante anotar que Rusia tiene fronteras con diez y seis países, límites de aguas territoriales con Japón y los Estados Unidos, es reconocida en el Derecho Internacional la continuidad de la personalidad jurídica de la antigua Unión Soviética, sin la prevalencia de la doctrina comunista.

En la Federación subsiste, merced a la propaganda, el culto a la personalidad, la información es restringida, la noticia se acomoda; sin embargo, las consecuencias del descalabro ruso en Ucrania se sienten.  Las explicaciones sobre la fatídica operación militar especial no convencen a multitud de compatriotas del actual y obstinado presidente, ni a quienes la critican a lo largo y ancho del planeta.  Hace tiempo descubrimos que Hitler no era Alemania, ahora que Putin no es Rusia. Desacertado entablar discusiones con Israel en referencia a la dimensión del holocausto. En fin, “después de un fracaso, los planes mejor elaborados parecen absurdos,” decía Dostoievski.