No saben para dónde van (I) | El Nuevo Siglo
Viernes, 7 de Mayo de 2021

Da vergüenza ajena ver empresarios y políticos, que no saben dónde están parados. Están convencidos que tienen la verdad y el derecho de hacer lo que creen según su verdad, llevando a algunos a vivir según las ideologías del líder de turno. Esta es la razón del desastre que estamos viviendo hoy en Colombia, con las manifestaciones de personas que no saben para donde van…Estos están dispuestos a dar la vida por una causa que desconocen. De aquí las siguientes opciones.   

La derecha neoliberal que prioriza el capital por encima de cualquier razón lógica: la ley sobre lo justo. Corresponde al Estado proteger las leyes de la economía como garantía de bienestar. Creen que la función del Estado es proteger las leyes de la economía y que así habrá, a la larga, bienestar general. La educación debe limitarse a preparar “individuos competentes” para un aparato productivo, reduciendo al trabajador a ser “pieza desechable” en el engranaje económico. La pobreza es algo natural con lo que hay que vivir, mientras crece la economía, mas cuando los salarios de hambre son más competitivos en los mercados internacionales. Los medios de comunicación son empresariales y manipulan la democracia. Los bienes de la tierra pertenecen a quienes la puedan comprar. La salud y demás servicios deben ser negocio privado. Los subsidios son para el capital, y el resto -trabajadores y consumidores- que paguen impuestos para sostener el aparato estatal. La libertad es absoluta en lo económico y en lo moral, mientras que la dignidad de la persona humana poco o nada interesa. No acepta que “la libertad económica es solamente un elemento de la libertad humana. Cuando aquella se vuelve autónoma, es decir, cuando el hombre es considerado más como un producto o un consumidor de bienes, que como sujeto que produce y consume para vivir dignamente, entonces pierde su necesaria relación con la persona humana y termina por alienarla y oprimirla”. Construye “sistemas de seguridad nacional que tratan de controlar capitalmente toda la sociedad para imposibilitar la filtración, corriendo el grave riesgo de destruir la libertad y los valores de la persona, en nombre de los cuales hay que oponerse al comunismo” o a los enemigos del régimen. Suple los vacíos de justicia social con políticas populistas asistenciales.

La izquierda o el bien de la colectividad que es su a única verdad. La iniciativa privada, la democracia, las libertades personales y los derechos humanos no tienen sentido. La libertad de la información no existe por el bien del régimen. “Se opone a la estabilización de los medios de producción, reduce a todo ciudadano a una “pieza desechable” en el engranaje de la máquina estatal”. El militarismo es su mejor argumento y la lucha de clases su fuerza. Las demandas sociales, por justas que sean, son “neutralizadas” con programas de seguridad nacional y la fuerza de las armas. Los bienes de la tierra y de las personas son propiedad del Estado.       

El centro o la economía social de mercado será mi prójimo artículo.

Las citas son de Juan Pablo II, en Centesimus Annus y Rerun Novarum.