En el décimo día de manifestaciones en la ciudad de Bogotá, este viernes al amanecer indígenas misak, en modo de protesta, derribaron la estatua de Gonzalo Jiménez de Quesada, fundador de la ciudad, que se encuentra en la Plazoleta de la Universidad del Rosario. Este acto simbólico lo hizo también la misma comunidad indígena en la ciudad de Cali, donde tumbaron la estatua de Sebastián de Belalcázar.

Poco después de que el hecho se registrara a través de un video que fue socializado por medio de las redes sociales, gestores de convivencia de la alcaldía local de La Candelaria se reunieron en el lugar con la comunidad indígena que se asentó en la Plazoleta para establecer un diálogo. Al lugar también asistieron uniformados de la Fuerza Disponible de la Policía Metropolitana de Bogotá.

En el video, publicado a través de la cuenta de Twitter de Ariel Ávila, los indígenas mandaron el siguiente mensaje: “A partir de este momento la ciudad no va a tener a este violador y supuesto conquistador. Este es el movimiento de mujeres y el movimiento de autoridades indígenas del suroccidente. Abajo las masacres, abajo el gobierno, abajo la brutalidad policial. No más ídolos asesinos. Que vivan las mujeres de Bogotá".

Paradójicamente, un día antes el director del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural dijo que no era casualidad que las marchas que se han congregado estos días se hayan convocado en lugares patrimoniales como la Plaza de Bolívar, el Monumento de los Héroes y el Parque Nacional.

“El patrimonio es el lugar de la construcción del vínculo social. El lugar para debatir los sentidos y significados en la construcción de ciudadanía. Queremos que a pesar de la muerte y el miedo el patrimonio siga constituyéndose como el espacio seguro para plantear conversaciones difíciles”, dijo el jueves en la tarde el director del IDPC, Patrick Morales.

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No obstante, al cierre de esta edición aún no se habían hecho declaraciones al respecto.

Bloqueos

Punto aparte, a lo largo del día en la ciudad se presentaron algunas manifestaciones y concentraciones en diferentes puntos, y el Transmilenio tuvo que suspender el servicio en la Avenida Jiménez con Carrera Séptima, a raíz de un aforo de alrededor de 300 personas que se dirigían a la Universidad Pedagógica.

Además de esta, tuvieron que ser suspendidas de manera temporal la ruta a la Plazoleta de la Mariposa. Así mismo, sobre la Troncal Caracas Sur a la altura de la Calle 44 sur no hubo paso; sobre la Calle 26 se cerró toda la Troncal y el servicio de alimentadores desde la Estación Universidades hasta el Portal el Dorado. También tuvo que ser suspendido el servicio en la Avenida Rojas por movilizaciones por la Calle 26 al occidente, y la troncal de la Calle 26, a la altura de la estación Concejo de Bogotá sentido Occidente, suspendió su paso.

Es importante recordar que este viernes había un total de 53 estaciones fuera de servicio por daño a su infraestructura. 

Abastecimiento

Punto aparte, a pesar de haber completado más de una semana de bloqueos y protestas, la articulación entre la Alcaldía de Bogotá, la Gobernación de Cundinamarca, los gremios y el Ejército Nacional permitieron que hasta el momento no se hayan presentado problemas de abastecimiento en la capital del país.

No obstante, ayer el volumen de alimentos que ingresa a la ciudad disminuyó dados los menores niveles de carga en el punto de origen y las demoras en el tránsito de vehículos y algunos casos de hurtos en las carreteras nacionales, explicó Carolina Duran, secretaria de Desarrollo Económico de Bogotá.

En la madrugada del día de hoy ingresaron a Corabastos 843 vehículos con un abastecimiento promedio de 6.971 toneladas de alimentos. Para un viernes normalmente ingresan entre 700 y 850 vehículos con producto y entre 7.000 y 8500 toneladas de alimentos.

Por lo que la ciudad capital y la central de abastos continúan con adecuados niveles de abastecimiento y buenos inventarios. Se han detectado aumentos de precios en algunos productos como yuca, limón, plátano, frijol, papa, maracuyá, papaya, habichuela así como una disminución en la entrada de productos como carnes, queso y huevo.