El duelo francés: dos visiones de país en las antípodas | El Nuevo Siglo
AFP
Viernes, 22 de Abril de 2022
Redacción internacional con AFP y Europa Press

Dos visiones de lo que se debe hacer en Francia y de su rol en la geopolítica mundial oponen al presidente proeuropeo Emmanuel Macron y a su rival de extrema derecha, Marine Le Pen. Es sobre ellas que los ciudadanos se pronunciarán mañana en la definición presidencial a la que se llega con pronóstico reservado por el voto del electorado de izquierda.

Sin el factor sorpresa de hace cinco años y con balance de gestión que tiene más luces que sombras, Emmanuel Macron tiene el reto de ganar y aunque es el favorito ya que todas las encuestas le otorgan a hoy una ventaja de diez puntos porcentuales sobre la candidata de Agrupación Nacional que por tercera vez busca llegar al Elíseo, mantiene la cautela.

 Definido en 2017 como liberal centrista cuando fundó su partido La República en Marcha (LREM), durante su mandato ha ido ubicándose más a la derecha del espectro político, al punto que la mayoría de sus propuestas para reelegirse son de profundo arraigo conservador y, por ende, abismalmente opuestas a las que plantea su retadora de extrema derecha.

Así no tienen punto de encuentro en ninguno de los prioritarios temas nacionales ni internacionales y ello quedó claro en el reciente cara a cara televisivo, el cual fue ganado por Macron.

Los militantes de la izquierda liderados por Jean Luc Mélenchon, quien se encasilló tercero en la primera vuelta con tan solo un 2% de votos que Le Pen se han convertido en árbitros de esta decisiva jornada electoral. Aunque en una reciente encuesta a 200 mil de sus integrantes, el 37% dijo que se abstendrá de ir a las urnas mañana, un 23% dijo que lo haría para respaldar a Macron, ya que por concepto y agenda programática son opuestos a la candidata. De esta forma, también hay una importante franja que ejercerá votará para impedir un triunfo dela ultraderecha.

Pese a que como cualquier candidato y máxime si busca la reelección genera ‘odios y pasiones” como reza el refrán popular, Macron es visto por la mayoría como un candidato de consenso (a nivel doméstico e internacional), inclusive entre los sectores de izquierda.  De allí que una vez conocido el resultado de la primera vuelta, los que perdieron llamaron a votar por él, a excepción del ultraderechista Éric Zemmour, que respaldó a Le Pen, y del izquierdista Mélenchon, quién pidió no votar por Le Pen ni abstenerse,

A nivel internacional, especialmente a ojos de Europa y de la OTAN, el joven presidente galo se labró una imagen de líder sólido, capaz de mantener a Francia alejada de vaivenes populistas y de hacer equipo con potencias como Estados Unidos y Alemania en momentos de crisis sin descuidar a la Unión Europea en su conjunto. Una Francia sin Macron, o más bien una Francia con Le Pen, preocupa en Washington y Bruselas, y más en un momento clave de pulso militar y político con Rusia.

Si el líder francés gana mañana romperá la racha de presidentes de un solo mandato -Nicolas Sarkozy y François Hollande- y se pondría a la altura de nombres como los de Jacques Chirac, François Miterrand y Valéry Giscard d'Estaing, que lograron encadenar varios quinquenios en el Elíseo.

Entre tanto, con un discurso y propuestas más moderadas que las de hace cinco años, Le Pen busca que la “tercera sea la vencida” y las urnas le den las llaves del Elíseo. Difícil pero no imposible ya que, como reseñamos, todo el país está pendiente tanto del comportamiento del voto de izquierda como de los abstencionistas.



Las propuestas

El programa de gobierno de Macron contempla 100 medidas para una Francia más independiente, a nivel energético, agrícola y militar, entre otros.

En lo económico apuesta por potenciar la independencia energética y elevar la edad de jubilación a 65 años, una medida impopular pero necesaria para mantener el sistema pensional y que dijo reconsideraría pero solo rebajando un año a tal límite de edad; en lo social plantea reabrir el debate sobre la eutanasia o potenciar la sanidad pública y en lo político, por elevar el gasto en Defensa, entre otras medidas.

Le Pen centró su programa en inmigración para lo que plantea desde prohibir el uso del velo en lugares públicos y un referendo sobre el tema hasta privar a los extranjeros de varios beneficios y, en seguridad, especialmente retirar a Francia del mando militar integrado de la OTAN, lo que de suyo implica retirarse de dicha alianza militar trasatlántica.

Y aunque son muchas las propuestas de los candidatos que, como dijimos son visiones en las antípodas sobre el país y el mundo, estas son las principales:

Rusia. La ofensiva rusa en Ucrania marcó la campaña de la elección presidencial, tanto por la supuesta relación privilegiada de Le Pen con el inquilino del Kremlin, Vladimir Putin, con quien se reunió en 2017, como por las consecuencias de la guerra en el bolsillo de los franceses.

La candidata de Agrupación Nacional (RN) aboga por un "acercamiento estratégico entre la OTAN y Rusia", cuando "un tratado de paz" solvente la guerra entre ambos países. Parece apostar por volver a la situación geopolítica previa a la ampliación de la alianza militar hacia el Este de Europa en 1997, una de las reivindicaciones de Putin antes de lanzar su ofensiva en Ucrania.

Tras estimar que Putin podría "por supuesto" ser un aliado de Francia cuando la guerra termine, la heredera del Frente Nacional (FN) matizó sus declaraciones y aseguró que hablaba de Rusia y no de su presidente.

Aunque condenó en varias ocasiones la "inadmisible agresión" al pueblo ucraniano, también se opone a las sanciones occidentales contra Rusia al invocar su impacto en el poder adquisitivo de los franceses.

Emmanuel Macron, por su parte, conversó con el presidente ruso, incluso tras el inicio de la invasión el 24 de febrero, para intentar poner fin al conflicto, pero en paralelo también dio su visto bueno a las sanciones europeas.

Señala además la implicación del ejército ruso en las masacres de civiles --Moscú lo niega y lo considera un montaje de Kiev-- y su gobierno entregó más de 100 millones de euros (108 millones de dólares) en equipos militares a Ucrania.

Francia y la OTAN.  Invocando la herencia del general Charles de Gaulle, Le Pen desea que Francia abandone el mando integrado de la OTAN, órgano que define su estrategia militar, en nombre de la "soberanía nacional", pero no así la Alianza.

Durante su mandato, Macron sacudió la organización al preguntarse si estaba "en muerte cerebral", en un contexto de disputas internas. La guerra en Ucrania disipó esas dudas y la recentró en su misión original, defender Europa de Moscú.

Unión Europea. La candidata niega querer sacar a Francia de la UE y aboga por reformarla "desde el interior" para que el derecho nacional prime sobre las leyes comunitarias. Para sus detractores, equivale a una salida de facto del bloque. Quiere además crear una "Alianza Europea de Naciones que tenga como vocación sustituir progresivamente la UE".

El motor franco-alemán del proyecto europeo dejaría su lugar a una alianza más amplia de países "amigos" como la Hungría de Viktor Orban y la Polonia de Mateusz Morawiecki. "Queremos devolver a las naciones, que son soberanas, más competencias y a la UE dar menos competencias, que por otra parte se ha autoasignado", dijo Le Pen, que prometió reducir la contribución financiera de Francia al bloque.

Macron, por su parte, se presentó como el adalid de "más Europa", ya sea en materia económica, social o de defensa, y de la afirmación geopolítica de la UE frente a Estados Unidos y a China. Hoy se le reconoce como líder europeo y devolver a Francia al centro de la geopolítica global.

Alemania.  Le Pen acusa a su rival político de no "defender los intereses de Francia" frente a la "hegemonía" alemana. Y aunque asegura que "aprecia" la reconciliación franco-alemana operada tras la Segunda Guerra Mundial, tiene la intención de romper todos los acuerdos de cooperación militar-industrial cerrados desde 2017 por Macron, que considera ventajosos para Berlín.

Para el candidato de LREM, la coordinación entre Francia y Alemania sigue siendo clave para la UE, más aún desde la retirada del Reino Unido y recordó la importancia del eje que creó con la hoy excanciller Angela Merkel para el desarrollo de temas trascendentales como mutualizar deuda a nivel europeo para enfrentar las consecuencias de la pandemia. /