¿Qué cartas climáticas destaparán EE.UU. y China? | El Nuevo Siglo
JOE BIDEN y Xi Jinping, los protagonistas de la cumbre climática virtual.
Foto Montaje El Nuevo Siglo
Miércoles, 21 de Abril de 2021
Redacción internacional

EL carbón es un tema político especialmente delicado tanto en China como en Estados Unidos. Y lograr un punto de encuentro para reducir la dependencia de este combustible fósil, en un futuro cercano, es el reto que tendrán hoy estas potencias, las mayores contaminantes del mundo, en la cumbre sobre el clima convocada por Washington.

La cita virtual, en la que participarán durante dos días 40 líderes mundiales, centra la atención en los planteamientos que realizarán el presidente norteamericano Joe Biden y su homólogo chino Xi Jinping, porque el primero priorizó la lucha contra el cambio climático a problema de seguridad nacional, mientras que el segundo, abanderando en los últimos años esa ‘batalla’ ha prometido volverse neutral en carbono para 2060, aunque  ha avanzado en la construcción de plantas de este recurso no renovable.

Una vez asumió la presidencia de Estados Unidos, Biden retornó al país al Acuerdo de París y calificó tal decisión como un “regreso triunfal”, el gobierno chino aseguró que ello no es "una vuelta gloriosa" sino más bien de "un mal alumno que vuelve a clase después de haber suspendido un curso", en una muestra más de las desavenencias que subsisten en estos rivales geopolíticos. Sin embargo, la inaplazable lucha global contra el cambio climático, cuyos efectos son cada vez más impactantes, fuerzan un impostergable entendimiento, más allá del consabido duelo de liderazgos.

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, admitió que su país está rezagado en la transición hacia la energía renovable y que China lidera en tecnología solar y de otros tipos. Sin embargo advirtió que la potencia asiática es también el mayor emisor de carbono del mundo y, por lejos, el mayor consumidor de carbón, la forma de energía más sucia.

Como se sabe los mayores emisores de CO2 (dióxido de carbono), el principal de los Gases de Efecto Invernadero que sobrecalientan el planeta son, en su orden, China, Estados Unidos, la Unión Europea, India, Rusia y Japón. Todos, al igual que el resto de naciones han reiterado su compromiso con esta lucha climática y han anunciado sus metas de reducción pero, según el más reciente informe de Naciones Unidas, no están a la altura de la emergencia climática y distan mucho de lo acordado hace seis años en el Acuerdo de París.


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Es por ello que esta cita virtual de dos días es clave para ‘aterrizar’ las acciones en marcha o implementar otras (pasar de la voluntad política a los hechos) y que serán revisadas en dos cumbres previstas en pocos meses: la COP15 biodiversidad (en octubre en China) y la COP26 clima (en noviembre en Glasgow).

De esta forma inicia este jueves una revisión a los compromisos climáticos adquiridos en la COP25 de París, cuyo objetivo es limitar el calentamiento por debajo de +2 ºC, e incluso a +1,5 ºC, respecto a la era preindustrial. Para ello se tiene como métrica las denominadas “Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional” (NDC) y que arrojan por ahora, contrario a lo previsto, un aumento de la temperatura de la Tierra de entre +3 ºC y +4 ºC, pese a que el año anterior, por efectos de la pandemia, en algo contribuyó a reducir la emisión de gases contaminantes.

Este es el balance de los compromisos climáticos de los grandes Estados emisores, así como sus nuevas metas:

China. En su primera NDC de 2016, China, responsable de más del 25% de las emisiones mundiales, se comprometió a reducir su intensidad carbono -las emisiones de CO2 respecto al PIB-, entre 60 y 65% para 2030 y alcanzar su pico alrededor de esa fecha. El gigante asiático se halla en vías de alcanzar esa meta, y a la vez el presidente Xi Jinping anunció en septiembre pasado un nuevo propósito: la neutralidad carbono para 2060, es decir, absorber tanto como emite. En su discurso el mandatario reiterará que “China cumple lo que dice” y se espera que entregue detalles sobre el plan que seguirá para alcanzar dicha meta. Sin embargo, el grupo Climate Action Tracker (CAT) considera que los compromisos chinos son "muy insuficientes".

Estados Unidos. Segundo emisor mundial, Estado Unidos se comprometió bajo la presidencia de Barack Obama a reducir sus emisiones de entre 26 y 28% para 2025, respecto a 2005. Esta meta podría alcanzarse pese a la retirada temporal del Acuerdo de París, durante la presidencia de Donald Trump. El actual mandatario, Joe Biden, se fijó el objetivo de neutralidad carbono para 2050. Está previsto que el presidente anuncie la NDC revisada durante esta cumbre internacional.

Unión Europea. La UE se comprometió en 2015 a reducir sus emisiones de CO2 en al menos 40% para 2030 respecto a 1990. El objetivo fue aumentado en diciembre a "al menos 55%" para 2030 y, precisamente este miércoles, los eurodiputados y Estados ratificaron dicho objetivo, -tras varios meses de debate- el que será formalmente integrado en una “ley del clima” en preparación con lo cual el objetivo de la neutralidad de carbono para 2050 será vinculante. En el acuerdo alcanzado, el objetivo es una reducción "neta" de las emisiones de gases de efecto invernadero, es decir que incluye la compensación de las emisiones de CO2 por "sumideros de carbono" naturales, a través de la reforestación, por ejemplo.


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India. Como en el caso de China, el compromiso inicial de India se basa en una reducción de la intensidad carbono: entre 33 y 35% para 2030 respecto a 2005. Una trayectoria "compatible" con un mundo a +2 ºC, según el CAT. Sin embargo, el gigante asiático no ha comunicado sus acciones al plan “Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional” (NDC).

Rusia. Se adhirió formalmente al Acuerdo de París en 2019 y formuló su primera contribución nacional a finales del año pasado. En ella retomó su compromiso precedente de reducir 30% sus emisiones respecto a 1990, una meta juzgada "considerablemente insuficiente" por el CAT.

Japón. Se comprometió en 2016 a reducir sus emisiones en 26% para 2030 respecto a 2013. Su nueva NDC sometida en marzo de 2020 no modificó esta cifra, pero el primer ministro Yoshihide Suga anunció un objetivo de neutralidad carbono en 2050 y el gobierno aseguró que presentará una revisión "ambiciosa" de su contribución nacional.

Reino Unido. Fuera de la UE, inscribió la neutralidad carbono en su ley y tiene previsto reducir sus emisiones en 68% para 2030, respecto a 1990. Ayer el primer ministro Boris Johnson  subió la meta al anunciar que sería de 78% para el 2035.  "Queremos seguir subiendo el listón de la lucha contra el cambio climático, y por eso estamos fijando el objetivo de reducción de emisiones más ambicioso del mundo…El Reino Unido pretende así predicar con el ejemplo a pocos meses de acoger en noviembre en la ciudad escocesa de Glasgow la gran conferencia de la ONU sobre el clima. "Queremos que los líderes mundiales sigan nuestro ejemplo y se pongan a la altura de nuestras”, manifestó el premier británico. Su gobierno aspira a alcanzar la neutralidad de carbono en 2050, lo que implicará una gran transformación de la economía británica. Para lograr este objetivo, "el Reino Unido albergará empresas pioneras, nuevas tecnologías e innovaciones ecológicas", afirmó Johnson, mientras que para reducir las emisiones de CO2 evalúa invertir en la renovación energética y en la construcción de edificios que consuman menos energía, desarrollar vehículos eléctricos y plantar árboles.  

¿Y los demás?

Entre los otros grandes países emisores, Brasil, México, Australia y Corea del Sur presentaron -sin anunciarlas públicamente- sus NDC revisadas, pero sin reforzar sus objetivos, según expertos. El CAT cree que las metas de México y Brasil habrían incluso retrocedido. Entre tanto, Indonesia, Canadá, Arabia Saudita y Sudáfrica no depositaron nuevos compromisos, incluso si este último acaba de revelar un proyecto más ambicioso.   

En total, unos 80 países que representan menos de 30% de las emisiones mundiales presentaron sus NDC revisadas. Según la ONU, su impacto conjunto supondría menos de un 1% de reducción de emisiones de aquí a 2030, respecto a 2010, muy lejos del 45% necesario estimado por los científicos.