Museo Botero: 20 años ilustrando el progreso del arte moderno | El Nuevo Siglo
Foto cortesía
Domingo, 19 de Abril de 2020
A la celebración de este escenario cultural se suma el cumpleaños 88 de su fundador, quien se ha destacado en el mundo por sus pinturas y esculturas. Aquí un recorrido por los momentos más importantes de su carrera  

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EL VOLUMEN y la sensualidad de las formas que caracterizan cada trazo y obra de uno de los referentes del arte colombiano más destacados a nivel internacional, conquistaron al público colombiano hoy hace 20 años cuando el maestro Fernando Botero donó 123 obras de su autoría y 85 más de otros creadores, fundando el Museo Botero, uno de los mayores escenarios de la cultura, ubicado en el corazón de Bogotá.

Una vitrina de su esencia

A través de dibujos, pinturas y esculturas, el Museo, que abrió sus puertas desde el 2000, ilustra de manera completa el desarrollo del arte moderno desde el impresionismo, a finales del siglo XIX, hasta los últimos años del siglo XX. Este viaje a través de la historia del arte se logra, además de las características piezas de Botero, a partir de obras de grandes figuras como Picasso, Leger, Renoir, Monet, Dalí, Giacometti, Freud o Bacon

“A la barbarie hay que oponer la civilización; a la violencia, la cultura; a la intolerancia debemos oponer el arte, porque el arte no es un capricho que adorna una sociedad, sino una necesidad espiritual que debe ser compartida con entusiasmo”, así lo dijo el maestro Botero en la apertura del Museo, que contó con la curaduría de María Elvira Escallón y José Ignacio Roca.

Pero el arte hoy no solo celebra dos décadas desde la apertura del Museo, sino también la vida del destacado pintor Luis Fernando Botero, quien cumple 88 años. Por ello, durante este 2020 el Banco de la República realizará diferentes actividades y además, pondrá a disposición charlas, multimedia y artículos en sus espacios virtuales.

Así mismo, para continuar destacando el aporte de este artista a la cultura colombiana, su colección y la relación que por varios años ha construido con sus públicos, se mostrará un recorrido por la vida de un grande del arte moderno a través de artículos de expertos que se encontrarán en la plataforma “Banrepcultural.org”:

Sus primeros pasos

Fue en 1951 cuando el pintor Botero realizó su primera exposición individual, en Bogotá, a los 19 años.

“Se había establecido cinco meses atrás en la Capital colombiana, tal vez animado por la venta que hizo allí mismo en 1949, de su acuarela “Jornaleros”, obra que pintó en Puerto Berrío, donde estuvo de paso en camino hacia Barranquilla, porque quería conocer el mar. La exposición, que fue un éxito de público y ventas, tuvo lugar en la sala de recibo de la Galería Foto Estudio de Leo Matiz (1917-1998)”, afirmó el historiador Santiago Vélez en su artículo “Botero, cincuenta años”, en el que revisa la trayectoria del antioqueño.

Deformidad en sus obras

“Violación (Diablito erótico)”, hecha en 1958, es una de las obras en las que Botero incluye en sus trabajos un concepto abstracto, el de la deformidad. El crítico Mario Rivero explica a detalle sobre este elemento de las pinturas del antioqueño. “Esta poética de la ironía, deriva en Fernando Botero de la estética de la lucidez, que actúa en oposición a la poética clásica que convierte la perfección formal en un lugar común. Por medio de variaciones equívocas e ingeniosas de un gran cliché artístico, Botero insiste en la disolución de lo estético convencional. No descompone como lo hiciera Marcel Duchamp con un bigote de carabinero el misterio-convención de Monalisa, pero de todos modos rebaja la imagen hiperbólica, la rescata como término estereotipado de una visión superficial”.

Violencia en su trabajo

Botero nunca ha estado alejado de las preocupaciones sociales de su época y de Colombia. Desde obras tempranas se encuentran referencias a la violencia bipartidista en el país y a crímenes de crónica roja, que encontró como tema para sus composiciones de los años 50 y 60, haciendo referencia al narcotráfico, la guerrilla, el paramilitarismo, las masacres y el desplazamiento en Colombia. El historiador Christian Padilla así lo expresa en la conferencia “La violencia en la obra de Botero”.

La pintura como mundo

Las características de sus obras siempre han sido objeto de estudio, evidenciando los sentimientos que lo motivaron a incluir en su trabajo la volumetría, la sensualidad, el gusto por los detalles imprevistos y por una combinación de ironía y respeto, dando lugar a obras icónicas y reflexivas. El poeta Juan Gustavo Cobo Roa explica estas características tan destacadas de las obras del antioqueño.

“Las gordas y gordos de Botero, tan colombianos, y rodeándolos, en todo momento, esas montañas con sus volcanes y sus nevados, esos pueblos con sus coloreadas tejas de barro y sus calles estrechas y empinadas. Esas vírgenes, obispos y monjas. Esas sandías, plátanos, zapotes y naranjas. Esos batidos y esas morcillas, tan suculentas y apetitosas. Pintura para comer. También catedrales que parecen ponqués y, como si lo anterior fuera poco, banderitas colombianas que asoman por todos lados”, señaló Cobo.

El escultor

Las esculturas de Botero, obras destacadas en su producción creativa, que se pueden encontrar en plazas públicas a lo largo de todo el mundo, le han dado la oportunidad de hacer grandes exhibiciones al aire libre en lugares donde ningún otro artista ha tenido ese honor como la Piazza de la Signoria en Florencia o los Campos Elíseos en París, entre muchos otros espacios codiciados.

En escena

Dentro de los múltiples campos en los que Botero se destacó, también fue en el de crear escenografías para teatro, en el que debutó con la ópera “La Fille du Regiment”, del italiano Gaetano Donizetti. En Banrepcultural se podrá encontrar un tutorial para construir en casa su propio teatrino.