Ciberataques: la otra epidemia | El Nuevo Siglo
Miércoles, 29 de Abril de 2020
  • Alerta mundial por pico de crímenes informáticos
  • Otro flanco débil de una humanidad digitalizada

 

Con gran parte de la humanidad confinada en sus casas o sometida a distintas medidas de aislamiento social para frenar la curva de contagios y decesos por la pandemia del Covid-19, la utilización de las plataformas tecnológicas digitales se ha incrementado sustancialmente en lo corrido de este año en todo el planeta. Las estadísticas globales en la materia dan cuenta de un récord de utilización digital. Pero de forma paralela se han multiplicado también los crímenes cibernéticos, hackeos así como la circulación de información falsa y maliciosa en todas las autopistas de tráfico de contenidos en internet.

Una investigación de la multinacional Microsoft daba cuenta esta semana de que entre los varios millones de correos electrónicos cada día, aproximadamente 60 mil incluyen archivos adjuntos maliciosos relacionados con el coronavirus o direcciones virtuales relacionadas que representan un peligro en materia de seguridad informática. China, Estados Unidos y Rusia son países más afectados por ataques referidos a la temática de la crisis sanitaria. Los ciberdelincuentes y hackers se hacen pasar por entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y otras instituciones de salud. La mayoría de ellos busca ingresar subrepticiamente a los buzones de entrada de los correos electrónicos con el objetivo de robar información o contaminarla.

De acuerdo con la misma investigación de la multinacional, Colombia no ha sido ajena a esa grave situación. Citando datos de las autoridades locales, se reportó que durante la coyuntura sanitaria se ha registrado un incremento del 37 por ciento de los ciberataques. Al mismo tiempo, en el primer trimestre del año hubo un aumento del 27 por ciento en las denuncias por ciberdelitos, especialmente relacionados con hurto por medios informáticos, suplantación de sitios web y violación de datos personales. La DIAN, Fiscalía, organismos de tránsito, Policía y Ministerio de Salud son las entidades más suplantadas.

Pero esta no es la única alerta. En las últimas dos semanas los sistemas de seguridad de Google han detectado diariamente 18 millones de correos electrónicos de malware y “phishing” (espionaje) relacionados con el Covid-19. Son estrategias de suplantación de identidad que buscan engañar a las personas para que hagan clic en enlaces adjuntos. Incluso utilizan como fachada presuntos mensajes de organizaciones benéficas e instancias no gubernamentales que luchan contra la pandemia. También se hacen pasar por  instrucciones de ‘administradores’ a los empleados que trabajan desde casa por estos días de cuarentena. Hasta utilizan avisos de proveedores de atención médica. Google  también detectó sitios cargados de malware que posan de ser páginas de inicio de sesión de cuentas de redes sociales populares, organizaciones de salud e incluso mapas oficiales sobre el coronavirus. Y, como si fuera poco, se contabilizan más de 240 millones de mensajes de spam diarios relacionados con la crisis sanitaria.

Es más, hasta la propia OMS denunció días atrás que desde el comienzo de la pandemia se ha observado un “extraordinario” incremento del número de ciberataques contra su personal, así como de las estafas por correo electrónico. Hasta se filtraron en internet cerca de 450 direcciones y contraseñas de correos electrónicos activos de la rectora global sanitaria, junto con las de otros miles de personas que trabajan en la respuesta al nuevo coronavirus.

Otro de los riesgos que se ha puesto sobre la mesa se relaciona con el uso de algunas aplicaciones de mensajería, ambientes y conferencias virtuales, muy en boga en medio del aislamiento social y el teletrabajo. Se ha detectado que los protocolos y cortinas de seguridad no son las más fiables y pueden ser fácilmente vulneradas por los hackers y ciberdelincuentes.

Como se ve, este alud de ataques digitales que se esconde o aprovecha la pandemia no es un tema menor. Las personas y las empresas tienen que asegurarse de que sus herramientas de seguridad informática sean lo suficientemente sólidas y fiables con el fin de evitar no solo ser blanco de actividades delincuenciales sino de un alud de falsas noticias que pueden provocar pánico colectivo o inducir a los incautos a incurrir en procederes peligrosos para la salud y vida propias y de los demás. Sin embargo, es claro que la mayor responsabilidad recae en los proveedores y desarrolladores de software, aplicaciones y programas informáticos. Son ellos quienes deben asegurarse de que sus cortinas de seguridad no sean burladas por los cibercriminales y los hackers. En varios países, incluso, ya hay indagaciones judiciales abiertas contra estas empresas debido a las evidentes fallas en sus sistemas, productos y servicios. Esas pesquisas deben llegar hasta las últimas consecuencias. No se puede dejar que esta otra pandemia gane la partida a la humanidad.